Livia, una vergine per l´impero (a.k.a. “Diario di una vergine romana”)
Italia, 1973
Director: Joe D´Amato
Género: Peplum
Guión: Joe D´Amato (como Michael Wotruba)
Intérpretes: Lucretia Love (Livia), linda Sini, Attilio Dottesio
Música: Berto Pisano
Argumento
La joven Livia llega a Roma tras un terremoto y una virulenta erupción volcánica que han devastado su pueblo provocando la muerte de su familia.
Allí se convierte en la “protegida” de la matrona Lucila, quien suministra cortesanas a los potentados del imperio. Pronto su belleza llama la atención del influyente senador Lucius. Éste se enamora de ella, proponiéndole que de ahora en adelante pase a ofrecerle sus servicios sólo a él. Ella duda, pues afirma temer la “venganza” de Lucila y su amante Tarsius; éstos no permitirán tan fácilmente que una “empleada” tan productiva como ella les abandone. Lucius menciona que pagará una cuantiosa indemnización a los dueños de Livia, pero ella insiste en que la malvada Lucila intentará asesinarla aún así como represalia (“No tienes idea de lo pérfida que es esa mujer”), sugiriendo que su seguridad sólo estará garantizada tras la muerte de la “protectora” y su amante…
Lucius, que está dispuesto a todo con tal de tener a Livia siempre junto a sí, envía a uno de sus soldados a los aposentos de Lucila y Tarsius. Ambos son ensartados con una lanza. Livia se convierte ahora en la amante permanente del poderoso senador. Pero Lucius tiene muchos enemigos, y es conciente de que existe una conspiración que trata de eliminarlo. Por ello cuenta con muchos soldados que le protegen día y noche. El más leal de todos ellos es Marcus, su escolta personal, un joven para quien Lucius es como un padre.
Un día, Livia recibe la visita de un misterioso individuo. Se trata de un militar que encabeza la oposición contra el liderazgo de Lucius en el senado. El conspirador, sabiendo que Livia es la única vía para llegar hasta Lucius, solicita su colaboración, ofreciendo a la cortesana una jugosa recompensa. El intrigante ocupará el puesto de Lucius, multiplicará sus riquezas y hará de Livia la mujer más poderosa de Roma. “Es una oferta que no puedo rechazar” dice ella tras haberse hecho de rogar un rato.