La muerte no tiene sexo – Massimo Dallamano, 1968

La muerte no tiene sexo (V.O. La morte non ha sesso, a.k.a. “A black veil for Lisa”)

Italia, 1968

Director: Massimo Dallamano

Guión: Massimo Dallamano, Giuseppe Belli, Vittoriano Petrilli, Audrey Nohra, Peter Kintzel

Intérpretes: John Mills (Inspector Franz Bulon), Luciana Paluzzi (Lisa), Robert Hoffmann (Max Lindt), Renate Kasché (Marianne), Carlo Hintermann (Mansfeld)

Música: Giovanni Fusco, Richard Markowitz, Gianfranco Reverberi

Género: Giallo

Argumento

El inspector Franz Bulon, del departamento de narcóticos, está investigado en Hamburgo una serie de homicidios. Todos ellos parecen estar relacionados entre sí, pues las víctimas siempre son individuos implicados en el tráfico de drogas y los crímenes se cometen siguiendo un idéntico procedimiento.

El último de los asesinados es un tal Zoll, que había poco antes decidido colaborar con las autoridades. Zoll estaba citado con el inspector Franz para revelarle lo que sabía, pero antes de que tuviera tiempo de hacerlo es acuchillado hasta la muerte en un oscuro callejón tras salir de una cervecería.

El maduro Franz está casado con la joven y bella Lisa. Él vive atormentado porque está convencido de que su mujer tiene un amante. Las preocupaciones del inspector repercuten en su trabajo, y tanto sus superiores como sus subordinados empiezan a darse cuenta: Su vida privada no le deja concentrarse en su vida laboral.

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La policía pide ayuda – Massimo Dallamano, 1974

La polizia chiede aiuto

Italia, 1974

Director: Massimo Dallamano

Género: Polizziesco, giallo

Guión: Massimo Dallamano, Ettore Sanzò (basándose en una novela de Peter McCurtin)

Intérpretes: Giovanna Ralli (juez Vittoria Stori), Claudio Cassinelli (Inspector Silvestri), Mario Adorf (Inspector Valentini), Farley Granger (Polvesi), Sherri Buchannan (Silvia)

Música: Stelvio Cipriani

Argumento

En el pequeño ático de un edificio, la policía encuentra el cadáver de una muchacha ahorcada. La chica cuelga desnuda. El comisario Valentini ha llegado hasta allí tras recibir una llamada anónima. Por el momento se desconoce la identidad de la adolescente y todo apunta a un suicidio. La autopsia determina que la joven mantuvo relaciones sexuales poco antes de su muerte.

La juez Vittoria Stori recibe el encargo de dirigir las investigaciones. Las autoridades consiguen desvelar la identidad de la chica: Se trata de Silvia Polvese. La quinceañera, de buena familia, acudía a un exclusivo colegio de monjas. En el momento de la tragedia, sus padres se hallaban ausentes en África, donde tenían negocios. La criada explica que Silvia había cambiado mucho en los últimos meses, y que se comportaba de manera extraña; siempre llevaba consigo una pequeña hoja de afeitar para cortarse las venas “en caso de emergencia”.

Las pesquisas policiales son delegadas al inspector Silvestri. Valentini se siente aliviado al no tener ya ocuparse del escabroso caso; pues tiene una hija, Patrizia, de la misma edad que la muerta.

Casualmente, mientras en la comisaría se proyectan las grabaciones policiales de una reciente manifestación, la juez Stori reconoce en las imágenes a la difunta Silvia. Allí se ve cómo la chica se mete en un portal, frente a la calle donde tienen lugar las protestas estudiantiles. Se trata del mismo día de su muerte, y sólo como una hora antes. Aquella manifestación se realizó en la otra punta de la ciudad respecto al ático donde apareció el cuerpo de Silvia: Los investigadores llegan pues a la conclusión de que la chica fue asesinada y su cadáver transportado seguidamente al lugar donde fue encontrado.

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Quelli della calibro 38 – Massimo Dallamano, 1976

Quelli della calibro 38

Italia, 1976

Director: Massimo Dallamano

Género: Polizziesco

Guión: Massimo Dallamano, Franco Bottari

Intérpretes:Marcel Bozzuffi (inspector Vanni), Carole Andre (Sandra), Ivan Rassimov (Marsigliese)

Música: Stelvio Cipriani

Argumento

El inspector Vanni organiza una redada en un caserón abandonado contra la banda del Marsellés. Éste logra zafarse del cerco policial, pero varios de sus hombres son detenidos, otros perecen en el tiroteo.

En la siguiente escena vemos a dos niños jugando a persecuciones y tiroteos en las escaleras de un edificio. Uno de ellos se despide, “pero la próxima vez te toca morir a tí“. El otro, sube hasta su piso, junto al cual aguarda (en el portal) un misterioso individuo con gabardina y bigote: Es el Marsellés. El niño, instintivamente asustado, deja caer su pistola de juguete y golpea insistentemente la puerta hasta que le abre su madre. En ese momento, el sombrío personaje saca su pistola (que es de verdad) y dispara varios tiros contra la mujer, ante la atónita y acongojada presencia de su pequeño hijo. A continuación, el comisario Vanni recibe una llamada telefónica en su oficina: Se trata del Marsellés que le recuerda que “tú mataste a mi hermano…” (en el tiroteo inicial) “…y ahora yo me he vengado”. Vanni, presintiendo lo peor, acude a su domicilio, donde ya se han congregado agentes, vecinos y curiosos. Allí debe constatar, sin perder la compostura, que su mujer ha sido asesinada.

Tras la tragedia personal sufrida, Vanni logra finalmente que sus superiores autoricen la constitución de una escuadrón policial de élite para combatir al crimen con más eficacia. Él y su grupo reciben las pistolas del calibre 38 (que dan nombre a la película) y comienzan los entrenamientos: destreza al volante, pericia con las motos, luchas cuerpo a cuerpo, dominio de las armas de fuego… El escuadrón de Vanni consigue detener a una banda de atracadores que habían tomado una rehén, evitando el derramamiento de sangre durante la peligrosa operación.

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