Tempestad sobre Asia – Vsevolod Pudovkin, 1928

Storm over Asia (“Tempestad sobre Asia”) V.O. Потомок Чингисхана – Potomok Chingis-Khana (“El descendiente de Gengis Khan”)

URSS, 1928

Director: Vsevolod Pudovkin

Guión: Osip Brik

Intérpretes: Valeri Inkijinov (Bair), I. Didintsev (Comandante británico)

Música: Nikolai Kryukov

Género: Histórica, bélica, aventuras (muda)

Argumento

En una yurta en la árida Mongolia, en 1918, un joven cazador es encargado por su enfermo padre de llevar unas valiosas pieles de zorro para vender al bazar. “No las vendas por menos de 500 monedas de plata”. Con ese dinero piensan tener la comida asegurada para muchos meses.

Un lama se encontraba allí rezando por la recuperación del padre. Al marcharse, olvida un amuleto budista de buena fortuna. La madre del joven se lo entrega a su hijo, para que tenga suerte en el bazar.

En el mercado local, un arrogante mercader occidental se dedica a comprar las pieles que los nativos le traen a cambio de una miseria, para después venderlas a precios exorbitantes y enriquecerse.

Cuando el joven llega ante el comerciante extranjero, éste le da sólo un par de monedas por la valiosa mercancía. Indignado, el cazador mongol trata de recuperar las pieles y se produce una trifulca entre los autóctonos y los hombres del negociante foráneo, en la que uno de los occidentales es herido. El rebelde muchacho mongol debe huir a las tundras.

Utilizando ese incidente como pretexto, los extranjeros (ingleses) mandan sus tropas a Mongolia. El joven cazador, por su parte, se encuentra a unos partisanos bolcheviques que luchan contra los remanentes del Ejército Blanco zarista.

El comandante de las tropas imperialistas británicas, para tratar de congraciarse con la población local, acude con su mujer a un templo budista. Allí establecen relaciones diplomáticas con las autoridades religiosas, el alto clero lamaísta. Intercambian regalos. Los extranjeros son llevados ante el Gran Lama Inmortal, el Divino, el más Sabio… que resulta ser un niño de aproximadamente un año de edad. “El Gran Lama murió hace poco y se volvió a reencarnar” explican los clérigos del templo.

El niño lama tiene un porte solemne y regio. El comandante británico le dice respetuosamente „Mi gobierno lamenta Vuestro reciente fallecimiento pero se congratula de Vuestro nuevo nacimiento“. El pequeño, que todavía no habla, sonríe; y todos los presentes se regocijan con él…

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