Santa Sangre – Alejandro Jodorowsky, 1989

Santa Sangre

México/Italia, 1989

Director: Alejandro Jodorowsky

Guión: Alejandro Jodorowsky, Roberto Leoni, Claudio Argento

Intérpretes: Adán Jodorowsky (pequeño Fénix), Axel Jodorowsky (Fénix adulto), Blanca Guerra (Concha), Sabrina Dennison (Alma), Guy Stockwell (Orgo), Thelma Tixou (La Tatuada), Teo Jodorowsky (Chulo)

Música: Simon Boswell

Género: Psico-thriller surrealista

Argumento

El pequeño Fénix, de unos 10 años, es un niño mago que forma parte del „Circo del Gringo“ en México DF. Su padre, Orgo, es un alcohólico lanzador de cuchillos siempre vestido de estrafalario cowboy. Su madre, la trapecista Concha, pertenece a una bizarra secta llamada “Santa Sangre”. Orgo tiene una amante en la compañía circense, una contorsionista con el cuerpo completamente tatuado que acostumbra a colocarse en la diana a la que Orgo lanza los cuchillos. Ella se excita cuando los puñales (símbolo fálico) se clavan a su alrededor, a escasos milímetros de su piel. Orgo tiene un ave fénix tatuada en el pecho.

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La montaña sagrada – Alejandro Jodorowsky, 1973

La Montaña Sagrada (a.k.a. “The Holy Mountain”)

México/EEUU, 1973

Director: Alejandro Jodorowsky

Guión: Alejandro Jodorowsky

Intérpretes: Alejandro Jodorowsky (Alquimista), Horacio Salinas (Ladrón), Valerie Jodorowsky (Sel), Ana De Sade (Prostituta)

Música: Alejandro Jodorowsky, Ronald Frangipane, Don Cherry

Género: Fantástico/Surrealista

Argumento

Un hombre con barba y melena despierta con el rostro cubierto de moscas. Aparece un enano sin manos ni pies y a continuación el hombre se encuentra clavado a una cruz en forma de T, mientras una multitud de niños se burla de él. Pero logra bajarse y ahuyentarlos. El enano le implora clemencia y ambos se hacen amigos tras fumar lo que parece ser hachís o marihuana. Caminan a través de una ciudad mexicana, donde hay un desfile militar/procesión de despellajados carneros crucificados y donde un ejército represivo ejecuta ciudadanos desarmados ante el deleite de los turistas. De las heridas de los muertos salen volando pequeños pájaros.

Los dos llegan hasta un “circo de sapos y camaleones” que escenifica la conquista de América. Los camaleones se mueven ataviados con plumas y adornos indígenas en una plataforma llena de blancas pirámides aztecas. Se aproximan tres carabelas de las que descienden varios sapos vestidos de misioneros y guerreros españoles a la usanza del siglo XV. A continuación todo el escenario va tiñéndose de sangre y se producen explosiones que lo destruyen todo, sapos y camaleones incluídos.

El hombre (similar a Jesucristo) y su amigo el enano tullido llegan a una tienda que vende cruces y figuras religiosas. A cargo de ese negocio están unos obesos legionarios romanos, que incitan al “Cristo” a beber una botella entera de tequila para provocar que caiga sin sentido. Una vez está inconsciente, lo desnudan y usan su cuerpo para fabricar un molde – que utilizan a su vez para producir centenares de figuras de Jesucristo a tamaño natural.

Cuando el hombre despierta, tumbado entre montañas de patatas, grita desesperado al comprobar lo que han hecho con él; y a latigazos expulsa virulentamente a los “romanos” igual que Cristo a los mercaderes del templo. Después, presa de una gran furia, destruye todas las figuras que puede. Pero toma una y se la lleva, caminando con ella a través de las calles hasta llegar a una iglesia abandonada que sirve ahora como salón de baile: Sólo parejas de hombres están bailando, y uno de los dos porta siempre una máscara de gas. El principal músico de la orquesta lleva un sombrero con el símbolo del “ojo que todo lo ve” y una mujer sobre el tablado está caracterizada como diablesa.

El hombre coloca a la figura de Cristo sobre el polvoriento altar. De una Biblia salen gusanos como si se tratara de un cadáver en descomposición. Despierta a un individuo vestido de obispo, quien airado le expulsa del lugar.

De camino se ha encontrado con un grupo de prostitutas que salían de otra iglesia. Entre ellas, una niña pequeña, a la que un viejo entrega su ojo de cristal. Una de las prostitutas, acompañada de un chimpancé, se enamora del hombre similar a Jesucristo y comienza a seguirlo. Éste, al haber sido expulsado de la iglesia por el “obispo”, procede a comerse el rostro de la figura del Cristo (moldeada a partir de su propio cuerpo) que hasta el momento llevaba con él. Lo que queda del muñeco lo ata a unos globos y el maniquí se eleva así a los cielos.

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El Topo – Alejandro Jodorowsky, 1970

El Topo

México, 1970

Director: Alejandro Jodorowsky

Guión: Alejandro Jodorowsky

Intérpretes: Alejandro Jodorowsky (El Topo), Brontis Jodorowsky / Robert John (Hijo), Alfonso Arau (Bandido), Mara Lorenzio (Mara), Paula Romo (Desconocida)

Música: Alejandro Jodorowsky

Género: Western surrealista

Argumento

Un pistolero vestido de cuero negro atraviesa el desierto junto a su hijo pequeño. El misterioso individuo, conocido como “El Topo”, descabalga y hace que el niño completamente desnudo entierre en la arena un peluche y la fotografía de una mujer: “Ahora tienes siete años y ya eres un hombre. Entierra tu primer juguete y el retrato de tu madre”.

Padre e hijo continúan a lomos de su caballo hasta llegar a un pueblo abandonado donde ha tenido lugar una masacre. Charcos de sangre por doquier, cadáveres putrefactos, animales destripados… En el interior de una saqueada iglesia penden multitud de hombres ahorcados.

Se encuentran a un moribundo y el Topo le pregunta quién cometió esa atroz carnicería. El agonizante le ruega que le mate, pues no puede soportar el sufrimiento. El Topo le entrega la pistola a su hijo y es éste quien dispara el tiro de gracia. Tras ello, el Topo se coloca unos extravagantes anillos en los dedos.

No lejos de allí tienen su escondrijo un grupo de bandidos mexicanos fetichistas. Uno se deleita acariciando unos zapatos de mujer (a los que luego dispara con su revólver para practicar su puntería), otro corta un plátano a rodajas con su sable para despues comerse los pedazos, y el tercero delinea en el rocoso suelo la figura de una mujer usando piedrecitas para a continuación tumbarse sobre ella en actitud coital…

Los bandidos ven llegar al Topo y salen a su encuentro con burlesca algarabía. Cerca de ellos hay un rebaño de ovejas balando. Uno de los forajidos infla un globo, el cual coloca en el suelo. El aire va saliendo por un diminuto agujero, y todos entienden que cuando el globo se desinfle llegará el momento de desenfundar y disparar. El Topo es el más rápido y elimina a dos de sus oponentes. El tercero, que estaba en el centro, es desarmado, herido y cuestionado acerca del lugar donde se encuentra el resto de la banda y su líder. Cuando recibe la información que necesitaba, el Topo ultima al forajido y le mete al muerto sus anillos en la boca.

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