I padroni della città (a.k.a. “Mr. Scarface”)
Italia, 1976
Director: Fernando Di Leo
Género: gangsters, acción, comedia
Guión: Fernando Di Leo, Peter Berling
Intérpretes: Jack Palance (Scarface Manzari), Al Cliver (Rick), Harry Baer (Tony)
Música: Luis E. Bacalov
Argumento
Nos introduce al film una secuencia de carácter onírico y ralentizado, donde vemos a un individuo que asesina a otro en una casa en presencia de un niño (que suponemos es el hijo de la víctima). No hay diálogos y las imágenes están acompañadas por una música que subraya la tensión y la angustia de la escena. El asesino es un personaje inquietante con el rostro marcado por una cicatriz. El chico, que estaba en la cama y ha sido testigo del asesinato de su padre, se levanta, toma la pistola que el criminal ha dejado sobre la mesa y le dispara. Pero ya no había balas. El asesino golpea al muchacho y se marcha.
Tras ese preámbulo y los títulos de crédito comienza la historia: Estamos en Roma en 1976. Tony se desempeña como cobrador para una banda de extorsionistas, dedicándose a recolectar semanalmente el dinero de “protección” a comerciantes de la zona. Recorre Roma en un llamativo y extraño descapotable todoterreno y a los que no quieren o pueden pagar les hace “cobrar” a base de golpes. Es un buen luchador curtido en innumerables peleas callejeras.
Tony trabaja para la banda de Luigi, quien tiene sus oficinas en unas salas de billar. El cobrador está cansado de desempeñar siempre la misma tarea, y piensa que no es posible ganar mucho dinero de ese modo. Además, una nueva organización más violenta y peligrosa está comenzando a hacerles la competencia: Se trata del grupo dirigido por un siniestro individuo apodado “Lo Sfregiato” (El Cicatrizado).