El caso está cerrado, olvídelo (V.O. L´istruttoria é chiusa, dimentichi)
Italia, 1971
Director: Damiano Damiani
Guión: Damiano Damiani, Massimo De Rita, Arduino Maiuri
Intérpretes: Franco Nero (Vanzi), Riccardo Cucciola (Pesenti), Patrizia Adiutori (Milena), Claudio Nicastro (Salvatore Rosa)
Música: Ennio Morricone
Género: Drama social, drama penitenciario
Argumento
El arquitecto Vanzi es acusado de homicidio por atropellar a un peatón y darse a la fuga. Aunque él insiste en su inocencia y en que no fue su coche el que segó la vida del infeliz, va a dar con sus huesos en la cárcel.
Allí, tras pasar la primera noche en una celda de aislamiento, es trasladado a un calabozo con otros cuatro o cinco presos. Éstos son delincuentes comunes, experimentados tras las rejas, que aprovechándose de la ingenuidad del recién llegado comienzan a hacerle “novatadas”. Sólo Campolini, un viejo y enfermo reo, no es un criminal profesional. Campolini terminó en la cárcel por ceder a la tentación de robar cierta cantidad cuando trabajaba en un banco.
El demacrado anciano se convierte en el único aliado de Vanzi en prisión. Los demás en la celda comienzan a hostigar al arquitecto, presionándolo para que les haga mandar de su familia artículos de lujo del exterior.
Tras una discusión con su abogado, Vanzi intenta acelerar el proceso para conseguir ser puesto en libertad. Pero por el momento sólo puede acceder a pequeños privilegios dentro de la cárcel. Por ejemplo se le permite, a cambio de una retribución económica a los funcionarios, verse en el departamento de radiología de la enfermería penitenciaria con una mujer, una presa de la sección femenina del centro. Tras un tórrido encuentro con la tal Milena debe regresar a su celda, donde los otros continúan atormenándolo. Especialmente molesto es un joven que ya acumula varias cadenas perpetuas por asesinatos. Ese psicópata puede matar a quien se le antoje, pues de todas maneras no tiene ya nada que perder.