Sure death revenge (V.O. Hissatsu 4: Urami harashimasu) – Kinji Fukasaku, 1987

Sure death revenge (V.O. Hissatsu 4: Urami harashimasu)

Japón, 1987

Director: Kinji Fukasaku

Género: Jidaigeki, thriller, acción

Guión: Kinji Fukasaku

Intérpretes: Makoto Fujita (Mondo Nakamura), Hiroaki Murakami (Masa), Kazuko Kato (Otama)

Argumento

Mondo Nakamura es un veterano samurai, agente de policía en algún momento del último tramo del periodo Tokugawa. Tras el asesinato de su jefe, llega a suplantarlo un nuevo magistrado. De esa forma, su superior pasa a ser el muy joven y un tanto afeminado Okuda, que nadie sabe muy bien cómo ha podido llegar a un puesto de tan alta responsabilidad. A partir de ese momento, comienzan a sucederse misteriosos asesinatos en la corte, y Nakamura iniciará sus investigaciones, comenzando pronto a sospechar del nuevo magistrado. Por otra parte, los criados del shogun, excéntricos jinetes con estrafalarias vestimentas de colores y pelucas leoninas, hostigan a los campesinos que habitan en una aldea, y provocan la muerte de un anciano, antiguo samurai retirado. No lo asesinaron directamente, pero el deceso se produce después de que el hombre fuera coceado por un caballo que a su vez se había encabritado al ser alcanzado por un shuriken ninja. Nakamura, que descubre el shuriken, se pregunta quién lo lanzó, y por qué. Por su parte, la hija del anciano jura venganza. Intenta recaudar oro para pagar a un asesino que de caza al responsable de la muerte de su progenitor. Pero al carecer de recursos, deberá recurrir a prostituírse.

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Dojo yaburi (V.O.) a.k.a. «Samurai from nowhere» – Seiichiro Uchikawa, 1964

Dojo yaburi (V.O.) a.k.a. Samurai from nowhere

Japón, 1964

Director: Seiichiro Uchikawa

Género: Jidaigeki, Chanbara

Guión: Hideo Oguni

Intérpretes: Isamu Nagato, Tetsuro Tanba, Shima Iwashita

Música: Masaru Sato

Argumento

Ishikawa Hachiemon es un ronin en busca de empleo que vive en una destartalada posada, y que se ve obligado a realizar tareas de toda índole para garantizar su sustento. Está casado, pero su esposa se encuentra ausente, y Hachiemon tiene previsto reencontrarse con ella cuando haya ahorrado lo suficiente para permitirse una vida digna. El ronin interviene para defender a una bella joven de noble familia que, en compañía de un sirviente y una criada se disponía a cruzar el río: Los barqueros que habitualmente realizan ese servicio reclamaron una suma mucho más alta, y comenzaron además a hostigarla. Hachiemon logra ponerlos en fuga sin tener ni siquiera que enfrentarse directamente a ellos, pues basta una demostración de sus proezas con las artes marciales para que los matones-barqueros emprendan la retirada. La joven aristócrata resultó ser Chigusa, la hija de Komuro Tatewaki, un importante funcionario del daimyo. El ronin carga a la chica en sus espaldas para cruzarla a la otra orilla, y a cambio recibe varios ryo como recompensa. Así, Ishikawa va ahorrando para que un día no muy lejano pueda presentarse ante su aguardante esposa.

Mientras tanto, otro ronin llamado Ohba Gunjuro (Tetsuro Tanba), reside en otra posada y también busca trabajo. De momento, como Hachiemon, sobrevive participando en combates en los dojos, recibiendo dinero de las recaudaciones de las apuestas por derrotar a sus oponentes. Tras amputar el brazo al propietario de un dojo durante una disputa, explica a la posadera cuáles son sus precios mientras devora su bol de arroz: cobra por la comisión de asesinatos por encargo, por secuestros, por enfrentamientos en puestos fronterizos, etc. Su temperamento, frío como un témpano, parco de palabras pero siempre contundente en sus acciones, es diametralmente opuesto al de Hachiemon, de aire bonachón, campechano y entrañablemente despistado. No obstante ambos ronin tienen algo muy importante en común: son maestros indiscutibles de las artes marciales y dominan la espada como si fuera una parte más de su cuerpo.

Así pues, está claro que tarde o temprano ambos se tendrán que enfrentar. En una competición de artes marciales (en la que los samurai tienen moralmente prohibido participar, porque sus técnicas de lucha no son para las exhibiciones ni para el lucro), Gunjuro derrota fácilmente a todos los oponentes que se habían atrevido a luchar contra él… Los miembros del jurado están a punto de concederle el máximo premio cuando aparece Hachiemon, que también busca probar su suerte. Ambos combaten, con palos en lugar de espadas, y las depuradas técnicas de las cuales ambos hacen gala, demuestran que se encuentran muy igualados. Finalmente, el palo de Gunjuro sale volando… pero al mismo tiempo, por el mismo golpe, el de Hachiemon se ha partido en dos. Están pues empatados, y se ven obligados a compartir el premio.

Poco después, Ishikawa pesca en el río con el niño de una de las mujeres que se hospeda en su posada. Le explica al pequeño que para pescar es importante el desapego, y lo mismo sirve para la esgrima: “Una espada sin pensamientos mundanos es invencible”. En ese momento, se produce una lucha en el cercano bosque, e Ishikawa interviene para separar a los bandos contendientes y evitar el derramamiento de sangre… y también “para impedir que se les escapen los peces”. Su intromisión es observada atentamente.

A continuación, la posada donde se aloja Ishikawa es visitada por un huésped de muy alto rango: Komuro Tatewaki, el funcionario del daimyo. Es él quien ha observado las proezas del ronin con las armas, al lograr separar a los bandos que luchaban entre sí, y además está al corriente de que fue él quien ayudó a su hija Chigusa. Por ello, Komuro desea ofrecerle un empleo, como supervisor de esgrima en el señorío. Sin embargo, Ishikawa debe confesar algo sobre su pasado que le impide aceptar un puesto de tal categoría: Para empezar, no es Ishikawa Hachiemon su verdadero nombre, sino Misawa Ihei, antiguo samurai que se vió obligado a escapar. Su prometida Tae había sido elegida contra su voluntad como concubina por un importante señor feudal, e Ihei intervino para rescatarla de caer en sus garras. Ambos huyeron y se casaron, permaneciendo desde entonces como prófugos, y en busca de un nuevo trabajo. Tras escuchar su historia, Komuro afirma que no le importa su pasado, y que pese a lo sucedido está dispuesto a contratarlo igualmente.

Sumamente halagado y agradecido de haber finalmente encontrado un trabajo de tanto prestigio y tan buena remuneración, Ihei (que ya no debe emplear su nombre falso) se dirige a recoger a su esposa Tae, y juntos retornan a la posada para prepararse a emprender su nueva vida al servicio de Komuro… Pero lamentablemente surgen complicaciones. Komuro ha descubierto que Ihei ha participado recientemente en esos torneos-espectáculo de lucha a cambio de dinero. Ésto está considerado como algo sumamente indigno para el código de honor samurai, y Komuro por tanto retira su oferta de empleo. Ihei pierde así una brillante oportunidad de prosperar. Ya estaba ataviado con el kimono de gala y su mujer le había afeitado la parte superior de la cabeza al estilo “samurai en funciones”, pero sus perspectivas de trabajar como supervisor de esgrima se ven frustradas en el último momento.

Tras despedirse de los inquilinos de la cochambrosa posada, Ihei y su esposa Tae abandonan el poblado y cruzan una frontera entre señoríos feudales. Allí son abordados por los hombres del daimyo que pretendía hacer de Tae su concubina, quienes se abalanzan sobre ellos para arrestarlos. Pero, sorpresivamente aparece el hosco Gunjuro quien interviene en auxilio de la pareja. Ambos ronin luchan contra el destacamento del paso fronterizo y logran derrotarlos.

Cuando los tres están solos, Gunjuro (que les había delatado sólo para cobrar la recompensa, pero no estaba dispuesto a permitir que fueran detenidos) dice a Ihei que intervino porque hace cinco años él estaba en la misma situación que él, pero en cambio su esposa murió antes de que hubiese conseguido un buen empleo.

Comentario

Clásico jidaigeki con la presencia del gran Tetsuro Tanba y muy buenas escenas de lucha, donde los entendidos apreciarán las técnicas de combate y iaido que con soberbia pericia ejecutan los espadachines. Como ya se ha indicado, en el film intervienen dos polarizados personajes con opuestos temperamentos: Gunjuro encarna al prototípico “tipo duro”, hierático, impertérrito y taciturno, de pétreas facciones y gélida mirada. Por su parte, Hachiemon/Ihei (interpretado por el actor Isamu Nagato) recuerda en su forma de proceder al teniente Colombo, una especie de Peter Falk japonés; da la falsa impresión de ser patoso y despistado, sin embargo es tan diestro con la espada y tan buen luchador como el que más.

Ambos actores, Tanba y Nagato, participan en la obra maestra “Sanbiki no samurai” (a.k.a. Three outlaw samurai), también de 1964, y dirigida por Hideo Gosha. Tetsuro Tanba también interviene en “Seppuku”/”Harakiri” (1962) de Masaki Kobayashi.

FHP, 2014

Gardenia il giustiziere della mala – Domenico Paolella, 1979

Gardenia il giustiziere della mala

Italia, 1979

Director: Domenico Paolella

Género: Polizziesco

Guión: Augusto Caminito

Intérpretes: Franco Califano (Gardenia), Martin Balsam (Salluzzo), Licinia Lentini (Miriam Bella)

Música: Franco Califano

Argumento

El popular y exitoso Gardenia, muy apreciado en su barrio y gran conquistador de mujeres, es el propietario de un restaurante en Roma, y está muy bien conectado con los bajos fondos. La banda de Salluzzo, interesada en extender a la zona el tráfico de heroína, y operar entre otros sitios desde su restaurante, intentará extorsionar a Gardenia, para “convencerle” de que lo mejor es aceptar su hegemonía. Pero Gardenia no se deja intimidar, y para contrarrestar los hostiles esfuerzos de Salluzzo cuenta con la ayuda de sus fieles y entrañables (aunque patosos) colaboradores, como “el Abogado” o “el Colombiano”, así como con los chivatazos de sus mujeres, que le mantienen informado acerca de los movimientos del enemigo.

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Quelli della calibro 38 – Massimo Dallamano, 1976

Quelli della calibro 38

Italia, 1976

Director: Massimo Dallamano

Género: Polizziesco

Guión: Massimo Dallamano, Franco Bottari

Intérpretes:Marcel Bozzuffi (inspector Vanni), Carole Andre (Sandra), Ivan Rassimov (Marsigliese)

Música: Stelvio Cipriani

Argumento

El inspector Vanni organiza una redada en un caserón abandonado contra la banda del Marsellés. Éste logra zafarse del cerco policial, pero varios de sus hombres son detenidos, otros perecen en el tiroteo.

En la siguiente escena vemos a dos niños jugando a persecuciones y tiroteos en las escaleras de un edificio. Uno de ellos se despide, “pero la próxima vez te toca morir a tí“. El otro, sube hasta su piso, junto al cual aguarda (en el portal) un misterioso individuo con gabardina y bigote: Es el Marsellés. El niño, instintivamente asustado, deja caer su pistola de juguete y golpea insistentemente la puerta hasta que le abre su madre. En ese momento, el sombrío personaje saca su pistola (que es de verdad) y dispara varios tiros contra la mujer, ante la atónita y acongojada presencia de su pequeño hijo. A continuación, el comisario Vanni recibe una llamada telefónica en su oficina: Se trata del Marsellés que le recuerda que “tú mataste a mi hermano…” (en el tiroteo inicial) “…y ahora yo me he vengado”. Vanni, presintiendo lo peor, acude a su domicilio, donde ya se han congregado agentes, vecinos y curiosos. Allí debe constatar, sin perder la compostura, que su mujer ha sido asesinada.

Tras la tragedia personal sufrida, Vanni logra finalmente que sus superiores autoricen la constitución de una escuadrón policial de élite para combatir al crimen con más eficacia. Él y su grupo reciben las pistolas del calibre 38 (que dan nombre a la película) y comienzan los entrenamientos: destreza al volante, pericia con las motos, luchas cuerpo a cuerpo, dominio de las armas de fuego… El escuadrón de Vanni consigue detener a una banda de atracadores que habían tomado una rehén, evitando el derramamiento de sangre durante la peligrosa operación.

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El ciudadano se rebela – Enzo G. Castellari, 1974

Il cittadino si ribella

Italia, 1974

Director: Enzo G. Castellari

Género: Polizziesco

Guión: Massimo De Rita

Intérpretes: Franco Nero (Carlo), Barbara Bach (Barbara), Giancarlo Prete (Tommy)

Música: Guido & Maurizio De Angelis

Argumento

Italia, años setenta. Atracos y robos violentos están a la orden del día. Los delincuentes campan a sus anchas, casi con impunidad, cometiendo los más atroces asaltos. Un trío de profesionales del crimen realiza un brutal atraco en un banco. En su huída, se llevan consigo a Carlo (Franco Nero), un ingeniero. No es el primer delito del cual es víctima; poco antes su casa ha sido desvalijada e incendiada por desconocidos. Se sucede una trepidante persecución automovilística por las calles. Durante la fuga, los criminales (que se han sacado los pasamontañas dejando sus rostros al descubierto) golpean con saña a Carlo, y una vez en el puerto, lo abandonan y escapan en un segundo coche que tenían preparado.

Carlo es llamado a declarar ante la policía. Pero el comisario no parece demasiado interesado en indagar en profundidad, y Carlo tiene la impresión de que los agentes no hacen todo lo que está en su poder para proteger al ciudadano. Carlo se siente humillado, y abandonado por la “justicia”, por lo cual decide investigar por su cuenta y vengarse de los tres bandidos una vez los haya encontrado. Sus conocidos y amigos (entre ellos, su novia Barbara) tratan de hacerle desistir, insistiendo en que es demasiado arriesgado, en que “no hay que tomarse la justicia por su mano”, etc.

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La polizia ringrazia – Steno, 1972

La polizia ringrazia

Italia, 1972

Director: Stefano Vanzina (a.k.a. Steno)

Género: Polizziesco

Guión: Steno, Lucio De Caro

Intérpretes: Enrico Maria Salerno (comisario Bertone), Mariangela Melato (Sandra), Mario Adorf (Ricciuti)

Música: Stelvio Cipriani

Argumento

Roma, principios de los años setenta. La policía tiene las manos atadas. Una ola insólita de delitos violentos asola la ciudad. Los criminales son arrestados, pero poco después deben ser puestos en libertad “por falta de pruebas”. Los agentes no pueden emplear una metodología expeditiva para arrancar confesiones a los delincuentes y poner fin a sus sangrientas fechorías.

El veterano gangster Bettarini, detenido por un atraco con homicidio, es absuelto. Cuando vuelven a arrestarlo poco después, por posesión ilícita de armas, es conducido a la comisaría, donde reclama la presencia de su abogado. Mientras esperan al letrado, provoca a los policías iniciando una trifulca, para conseguir así que le golpeen. De ese modo, con fracturas y lesiones, puede declararse “víctima de la brutalidad policial” y afirmar que “le torturaron”.

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Bandidos en Milán – Carlo Lizzani, 1968

Banditi a Milano (a.k.a. “The Violent Four”)

Italia, 1968

Director: Carlo Lizzani

Género: Polizziesco

Guión: Massimo De Rita, Carlo Lizzani

Intérpretes: Gian Maria Volontè (Piero Cavallero), Tomas Milian (comisario Basevi)

Música: Riz Ortolani

Argumento

Milán, finales de los años sesenta. El comisario Basevi (Tomas Milian) debe arrestar a una banda de peligrosos atracadores de bancos, cuyo principal líder es Piero Cavallero (Gian Maria Volontè). Los periódicos (extrañamente en alemán) informan sobre los robos y asaltos (en muchas ocasiones con víctimas) que se van sucediendo en Milán, los actos delictivos planificados por grupos criminales muy bien estructurados, que se reparten además fuentes de ingresos poco loables como la extorsión recaudada por la “protección” de locales de ocio, o la prostitución (presenciaremos, de forma harto sintética, la desventurada historia de una joven, quien tras ganar un concurso artístico es embaucada para ir a caer en las redes de unos proxenetas, que terminan rociándola con gasolina para quemarla viva).

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Napoli, Palermo, New York – Il triangolo della Camorra (Alfonso Brescia, 1981)

Napoli, Palermo, New York – Il triangolo della Camorra

Italia, 1981

Director: Alfonso Brescia

Género: Polizziesco

Guión: Alfonso Brescia, Gino Capone

Intérpretes: Mario Merola (Gennaro Savarese), Howard Ross (Galante)

Música: Eduardo Alfieri

Argumento

Gennaro Savarese es un camorrista retirado que regenta un restaurante en Nápoles y deleita a los clientes con sus canciones. Desde que se casó y tuvo un hijo, se mantiene alejado de la vida turbulenta de los bajos fondos. Ahora sólo se dedica a la gastronomía y a la música, con dos fieles (pero patosos) empleados. Una ola de homicidios conmueve a la ciudad. Personajes relacionados con el crimen organizado están siendo asesinados a plena luz del día. El comisario Galante, encargado de esclarecer las muertes, intenta conseguir información preguntando a Gennaro. Éste, sin embargo no sabe nada. Un importante jefe de la Camorra regresa a Nápoles procedente de los EEUU para celebrar su sexagésimo aniversario. Gennaro es uno de los invitados a la fiesta, a la que acude junto a su esposa. Mientras el guateque tiene lugar y el restaurador entona una tradicional canción napolitana, unos enmascarados atracadores irrumpen en la sala de banquetes y reclaman los objetos de valor de los invitados. (Los asaltantes han llegado desde la cocina, y allí, uno de ellos se pinchó en el dedo con un cuchillo, lo cual provocó que brotara sangre. Ante ésto, el atracador reaccionó con histérico pánico, gritando fuera de sí. Uno de sus compañeros le golpeó para que mantuviese la calma y prosiguieron la ejecución de su plan). Pero todo desemboca en un caos, se va la luz y se produce un tiroteo. Gennaro intenta proteger a su mujer y escapar, pero comprueba horrorizado que su esposa ha sido alcanzada por las balas: Está muerta.

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Baciamo le mani – Vittorio Schiraldi, 1973

Baciamo le mani

Italia, 1973

Director: Vittorio Schiraldi

Género: Drama

Guión: Vittorio Schiraldi

Intérpretes: Arthur Kennedy (Don Angelino Ferrante), John Saxon (Gaspare Ardizzone), Agostina Belli (Mariuccia), Spiros Focás (Luca)

Música: Enrico Simonetti

Argumento

La película comienza con una genial escena digna de ser descrita: En mitad de la noche, en un dormitorio matrimonial, un hombre llamado Stefano se está vistiendo y se prepara para salir a un encuentro, para acudir a una enigmática cita. Su mujer, le aborda sumamente preocupada y le hace todo tipo de preguntas: “A dónde vas”, “con quién te encuentras”, “quiero saber”, “tengo miedo”, etc, etc. El paciente y taciturno Stefano, le dice a su esposa que tome sus pantalones de él y que se los ponga. Ante éste insólito requerimiento, ella reacciona sorprendida; pero piensa que se trata de una broma, y accede risueña. “Y bien, mírate en el espejo, cómo te quedan mis pantalones?” pregunta Stefano sonriente. “Pues mal, me están grandes, no son de mi medida”. “Exacto. Pues así como mis pantalones no son de tu talla, mis asuntos tampoco son de tu incumbencia” (o “así como no te metes en mis pantalones, tampoco te metas en mis asuntos” – no es cita textual, en italiano queda mejor, pero el sentido es lo que importa). Tras ésta escena (que hoy sería calificada de políticamente incorrecta), Stefano acude a la reunión, en un campo. Sale de su coche y es acribillado a tiros; se trataba de una emboscada.

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El horror de los hombres deformados – Teruo Ishii, 1969

El horror de los hombres deformados (v.o. Kyôfu kikei ningen: Edogawa Rampo zenshû) a.k.a. Horror of Malformed Men

Japón, 1969

Director: Teruo Ishii

Género: Misterio

Guión: Teruo Ishii, Masahiro Kakefuda

Intérpretes: Teruo Yoshida (Hirosuke/Genzaburo), Yukie Kagawa (Shizuko), Teruko Yumi (Hideko/Hatsuyo)

Música: Hajime Kaburagi

 

Argumento

El estudiante de medicina Hirosuke Hitomi se encuentra retenido en un manicomio y no recuerda cómo ha llegado hasta allí. En su celda escucha una canción de cuna que conoce de su infancia. Un extraño individuo calvo (otro interno?) intenta asesinarlo, pero Hirosuke se defiende y logra matarlo; tras lo cual consigue escapar del frenopático. Una vez fuera, conoce a una jóven llamada Hatsuyo, quien era la que cantaba la canción de cuna que evocó en él nostálgicos recuerdos. Hirosuke parece sufrir una especie de amnesia, por su parte Hatsuyo trabaja en un circo, y tampoco sabe de dónde viene. Lo único que les une es esa canción (al parecer, popular en el litoral japonés) y juntos deciden indagar para descubrir su pasado (tal vez un pasado común?).

Pero no mucho tiempo después, Hatsuyo es misteriosamente asesinada, las sospechas recaen en Hirosuke (que fue visto junto a ella poco antes de su muerte) y éste, se queda sólo y se ve obligado a huir. Ligeramente disfrazado, viaja en tren hacia el litoral nipón, en busca de más pistas sobre su origen. Para su gran asombro, descubre viendo „su“ foto en un periódico, que el recientemente fallecido Genzaburo Komoda, un magnate de influyente familia, es físicamente idéntico a él. Y no sólo eso: también ambos comparten la misma cicatriz en forma de manji (svástica) en uno de sus pies.

Hirosuke decide aclarar el misterio, haciéndose pasar por un “resucitado” Genzaburo. Para los familiares y sirvientes de éste, su señor retornó pues milagrosamente a la vida tras una “falsa alarma” de muerte; es decir volvió en sí tras sufrir una catalepsia. Pero existen algunas diferencias entre ambos: Genzaburo era zurdo, mientras que Hirosuke es diestro. Aquel necesitaba gafas para leer, mientras que éste no precisa de lentes. Tambien las mujeres de Genzaburo (su esposa y su amante) comienzan a notar algo extraño…

Inquietantes criaturas empiezan a acosar a quienes habitan en la residencia de los Komoda. Saliendo de la bañera, la amante de Genzaburo sufre un percance con serpientes venenosas, pero Hirosuke la salva. Sin embargo, el “impostor” no puede evitar que “su” esposa muera en extrañas circunstancias, tras resultar víctima de lo que parece ser un envenenamiento. Hirosuke descubre por medio de una misteriosa anciana, que la respuesta a todos sus interrogantes se halla en una isla; y decide embarcarse hacia allí, con su amante, su mayordomo y otros servidores.

Una vez en la isla, se encuentra allí con una especie de asceta melenudo y barbudo (y semidesnudo), llamado Jagoro y que dice ser su padre. Cuando Hirosuke revela su identidad, el excéntrico ermitaño comprende que no se trata de Genzaburo, sino de su hermano gemelo, que fue enviado a Tokyo con un circo para que en la capital estudiase cirujía. El padre, hombre trastornado, es el líder de un grupo de bizarras criaturas deformes, y busca que éstas se hagan poderosas para más tarde dominar a los humanos normales… Sus delirantes planes serán obstaculizados por el detective Akechi Kogoro, así como por el propio Hirosuke y su nueva amante (y hermana) Hideko (una “réplica” físicamente idéntica a Hatsuyo, la chica que trabajaba en el circo).

Comentario

Los “deformados” de la isla, han sido reducidos a un estado de animalístico primitivismo por el demencial asceta, quien con ínfulas mesiánicas (no exentas de cinismo) busca esclavizar a la humanidad por su “ejército” de deformes autómatas, para “castigar” a los “normales” y hacerles comprobar el sufrimiento de “quienes habían sido rechazados por la sociedad” (es decir, los deformes de la isla, de cuya condición el lunático padre de Hirosuke – y Genzaburo – es el máximo responsable…) Sólo el sacrificio final de Hirosuke y su hermana-amante Hideko, quienes se inmolarán estallando en el aire en una cascada de fuegos artificiales, redimirá a los atormentados y salvará a la humanidad de la pesadilla.

Estamos ante una adaptación cinematográfica de un relato (escrito en 1926) del autor Edogawa Ranpo (el “Edgar Allan Poe” japonés, como incluso su pseudónimo refleja); uno de los máximos exponentes del género misterioso-detectivesco y del ero-guro-nonsensu (erotique-grotesque-nonsense) en la literatura japonesa. En el film de Ishii se aprecian influencias surrealistas y psicodélicas reminiscentes de los lisérgicos (y ligeramente posteriores) “midnight movies” jodorovskyanos como “El Topo” (1970) o “La Montaña Sagrada” (1973).

Al parecer, ésta película ha sido prohibida en Japón durante décadas, así como muchas de las novelas de Edogawa Ranpo.

FHP, 2014