El ciudadano se rebela – Enzo G. Castellari, 1974

Il cittadino si ribella

Italia, 1974

Director: Enzo G. Castellari

Género: Polizziesco

Guión: Massimo De Rita

Intérpretes: Franco Nero (Carlo), Barbara Bach (Barbara), Giancarlo Prete (Tommy)

Música: Guido & Maurizio De Angelis

Argumento

Italia, años setenta. Atracos y robos violentos están a la orden del día. Los delincuentes campan a sus anchas, casi con impunidad, cometiendo los más atroces asaltos. Un trío de profesionales del crimen realiza un brutal atraco en un banco. En su huída, se llevan consigo a Carlo (Franco Nero), un ingeniero. No es el primer delito del cual es víctima; poco antes su casa ha sido desvalijada e incendiada por desconocidos. Se sucede una trepidante persecución automovilística por las calles. Durante la fuga, los criminales (que se han sacado los pasamontañas dejando sus rostros al descubierto) golpean con saña a Carlo, y una vez en el puerto, lo abandonan y escapan en un segundo coche que tenían preparado.

Carlo es llamado a declarar ante la policía. Pero el comisario no parece demasiado interesado en indagar en profundidad, y Carlo tiene la impresión de que los agentes no hacen todo lo que está en su poder para proteger al ciudadano. Carlo se siente humillado, y abandonado por la “justicia”, por lo cual decide investigar por su cuenta y vengarse de los tres bandidos una vez los haya encontrado. Sus conocidos y amigos (entre ellos, su novia Barbara) tratan de hacerle desistir, insistiendo en que es demasiado arriesgado, en que “no hay que tomarse la justicia por su mano”, etc.

Sin embargo el intrépido (pero muy ingenuo) Carlo está decidido a aventurarse en los bajos fondos de la ciudad para averiguar las identidades de sus agresores (cuyas caras recuerda perfectamente). Pero lo inexperto de su metodología impide que sus pesquisas den sus frutos: Se dedica a preguntar (casi abiertamente) en los locales de la malavita sobre los tres individuos, realizando descripciones de los mismos. Obviamente, los delincuentes interpelados lo miran con suspicacia y buscarán quitárselo de encima, también se burlarán e incluso golpearán a ese extraño que hace demasiadas preguntas. De ese modo, Carlo no va a ninguna parte: Está comportándose como un “pardillo”.

A pesar de las dificultades iniciales, Carlo emplea más tarde una táctica más fructífera: Sigue a un delincuente al azar y le fotografía constantemente, logrando unas instantáneas a su salida de una joyería, que prueban su implicación en un delito. Así, con las fotos comprometidas en su poder, Carlo le hace chantaje a ese gangster (llamado Tommy), presionándole para que le revele los nombres de los tres asaltantes que la policía “no ha podido” capturar. Por mediación de Tommy, Carlo busca asimismo tener acceso a armas de fuego, para el caso de verse confrontado a sus enemigos.

Tommy se dispone a ayudarlo; y como muestra de buena voluntad, Carlo le entrega los carretes de las fotos que probaban su autoría del atraco (aunque sigue sin saber la identidad de los tres). Carlo había conseguido citarlos a través de Tommy en una nave industrial, y cuando estuvieron allí avisó velozmente a la policía, pero los criminales supieron por adelantado que les buscaban y escaparon a tiempo… Ello levantó en Carlo sospechas de una connivencia entre la policía y ciertos delincuentes profesionales, aunque el comisario lo negó, haciendo hincapié en que el crimen organizado tiene la capacidad de interceptar llamadas…

Carlo y Tommy terminan haciéndose amigos. Cuando Carlo llega a la presencia de los tres delincuentes que está buscando, éstos se abalanzan sobre él y lo masacran, propinándole una paliza bestial. Tras ello lo encierran en una especie de zulo, pero Tommy le ayuda a salir (Es irónico que al ciudadano justiciero le sea de más ayuda un delincuente que la policía). Uno de los tres criminales se percata de su fuga y le persigue en coche, Carlo corre desesperado delante del vehículo, y es embestido en varias ocasiones, hasta que cae rodando por un barranco… Pero logra salir casi ileso, y encuentra una pala, que usa para destrozar el parabrisas del coche de su perseguidor… y poco después a su propio perseguidor. No obstante, Tommy le detiene antes de que Carlo descargase el “palazo” de gracia… Ambos tratarán a partir de ese momento de dar caza a los otros dos criminales y probar ante la policía que fueron ellos tres los autores del atraco que le tomaron como rehén.

Comentario

Curioso polizziotesco de Enzo Castellari desde una perspectiva un tanto diferente: Ésta vez la historia no es vista a través de los ojos de un policía, ni a través los de un delincuente; sino desde el punto de vista del ciudadano común y corriente, que harto de la ola de crímenes y de la ineficiencia policial está dispuesto a asumir los riesgos necesarios para convertirse él mismo en “justiciero”… aunque sus procedimientos amateur dejen al inicio bastante que desear.

Viendo sobre todo las escenas iniciales de éste film, resulta bastante bastante obvio de dónde recogieron su inspiración directores como Martin Scorsese (las escenas violentas con música de fondo recuerdan a “Casino” -1995- o “Goodfellas” -1990) para rodar algunas películas de su exitosa filmografía. Castellari es sin duda uno de los directores a los que Scorsese le debe mucho. Tarantino, por su parte, no es que “se inspire”, sino que más bien plagia y recicla en numerosas ocasiones el estilo italiano-setentero (inclusive en la música) tan característico de los polizzioteschi.

Muy buena, por cierto, la banda sonora de los hermanos De Angelis.

FHP, 2014

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