Dellamorte Dellamore (a.k.a. “Cemetery Man”)
Italia, 1994
Director: Michele Soavi
Género: Terror, comedia negra
Guión: Gianni Romoli, Tiziano Sclavi
Intérpretes: Rupert Everett (Francesco Dellamorte), François Hadji-Lazaro, (Gnaghi), Anna Falchi
Música: Riccardo Biseo, Manuel De Sica
Argumento
Francesco Dellamorte es el cuidador del cementerio de Buffalora, un pequeño pueblo italiano. Un extraño fenómeno acontece desde hace algún tiempo en ese camposanto: Aproximadamente una semana tras ser enterrados, los cadáveres emergen de sus tumbas.
Dellamorte piensa que lo que está provocando el regreso de los muertos en forma de zombies es una misteriosa epidemia. No ha hablado con las autoridades acerca de lo que está sucediendo, porque teme que cerrarían el cementerio y él se quedaría sin trabajo. Además, está seguro de que nadie le creería. Así pues, por su cuenta y pertrechado con un revólver, Dellamorte dispara a la cabeza de los “retornados” cada noche que aparecen, y los envía de vuelta bajo tierra. El vigilante tiene a su servicio un asistente retrasado mental llamado Gnaghi, que vive con él en la casa del cementerio.
La vida de Dellamorte (quien ya se ha acostumbrado a esos sobresaltos nocturnos) es sombría, gris y rutinaria. Hasta que cierto día, entre los asistentes a un entierro, ve a una hermosa rubia de la que se enamora instantáneamente (“Es la mujer viva más bella que he visto…”). Vuelve a encontrarla pocos días después del sepelio, depositando flores en la tumba del finado. Dellamorte busca iniciar una conversación con ella, y descubre que el muerto era su marido. Cuando ella le dice que falleció hace dos semanas, él repone con alivio “Menos mal…” (pues cree entonces, habiendo ya pasado tanto tiempo, que éste ya no será uno de los que “retornan”). Pero la joven viuda, que no sabe lo que sucede allí por las noches, se indigna ante ese comentario que considera insensible. Dellamorte intenta arreglarlo, pero ella se marcha y no quiere saber nada más de él. Sin embargo, la chica cambia de opinión cuando el encargado del camposanto le habla de un osario que tienen allí en el cementerio. La joven se interesa de inmediato por ver ese lóbrego lugar, que parece excitarla en sumo grado.
De ese modo, en unas catacumbas repletas de esqueletos, ella terminará correspondiendo a los amores de Dellamorte. Esa noche ambos se disponen a tener sexo sobre la tumba del esposo cuando el putrefacto difunto, percibiendo lo que sucede, sale furibundo de debajo de la losa… El zombi del marido muerde a la chica, tras lo cual es devuelto al reino de los muertos por una bala que a la cabeza le dispara el vigilante. Pero para la amada de Dellamorte ya es demasiado tarde, pues ella ha sido infectada tras el mordisco y expira poco después. “Nada logrará separarnos… ni siquiera la muerte” había prometido el acongojado Francesco Dellamorte…
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