El lujurioso shogun y sus 21 concubinas, a.k.a. “The Lustful Shogun and his 21 concubines” – Norifumi Suzuki, 1972

El lujurioso shogun y sus 21 concubinas, a.k.a. “The Lustful Shogun and his 21 concubines” (V.O. Ero shogun to nijuichi no aisho)

Japón, 1972

Director: Norifumi Suzuki

Género: Pinku Eiga / Jidaigeki / Comedia

Guión: Norifumi Suzuki

Intérpretes: Shenichiro Hayashi, Reiko Ike, Yayoi Watanabe, Miki Sugimoto

Argumento

En el Japón del siglo XVIII viven dos jóvenes coetáneos de idéntica apariencia física pero posición social completamente distinta: El aristócrata Toyochiyo y el pobre aldeano Kakusuke, hijo de campesinos. No sólo el estatus es diametralmente opuesto, sino también los intereses y preferencias. Mientras el rústico Kakusuke (que “vino al mundo con un condón bajo el brazo”) es un erotómano compulsivo, experto con las mujeres desde muy tierna edad, el noble Toyochiyo es muy culto y muy instruído pero ignora las más elementales funciones orgánico-reproductivas. Cuando, en medio de una orgía fallece el décimo shogun Tokugawa, el instruído pero inexperto Toyochiyo es propuesto como su sucesor (bajo el nombre de Ienari). Sus consejeros le comunican la opinión de que “ya ha aprendido bastante teoría” y que “es hora de iniciarse con las mujeres” para poder desempeñar el cargo de shogun como corresponde. Pese a leer toneladas de libros, el ingenuo e inocente aristócrata aún está firmemente convencido de que a los niños “los traen las cigüeñas”.

Toyochiyo/Ienari es llevado a un prostíbulo, y durante el intento de acoplamiento con una de las meretrices, se siente indispuesto y es incapaz de comparecer ante la corte para su investidura, que ha de tener lugar próximamente. Debido a ello, los consejeros necesitan un doble, un suplente, para que temporalmente ocupe el lugar del shogun; y lo encuentran en el obseso sexual Kakusuke, que se parece al nuevo jefe militar del imperio como una gota de agua se asemeja a otra.

Ambos son así intercambiados; Ienari es ocultado de la corte y Kakusuke ocupa su lugar. Se supone que ambos tienen “15 años” (según el narrador) pero salta a la vista que el actor que los interpreta a ambos (Shinichiro Hayashi) es mucho mayor, probablemente rondando la cuarentena.

Hace su aparición una especie de ninja-robinhood femenina llamada Nezumi Kozo, que significa literalmente “Hombre-Rata” (aunque en la película es una mujer, muy bella por cierto; se trata de Reiko Ike, una actriz habitual de los pinku eiga de la época).

A Kakusuke le empieza a gustar su vida como shogun. Sin embargo su ocupación favorita no es la política, sino las visitas diarias a su Ooku (el harén), donde incansablemente se dedica a satisfacer con maestría a su veintena de concubinas. El sosias Kakusuke desea permanecer en la corte shogunal por tiempo ilimitado.

Gracias a su amiga Okiko, el falso regente consigue que el auténtico Ienari sea secuestrado y ocultado fuera del alcance de sus ministros. Éstos, por su parte, empiezan a cansarse de las libertades que se toma el sustituto que ellos mismos han contratado.

Se ha arreglado el matrimonio entre Ienari y una princesa de Kyoto (como efectivamente era habitual; los shoguns acostumbraban a desposarse con las hijas de los aristócratas del entorno del emperador, la corte imperial estaba en Kyoto y la shogunal en Edo). Ésta (interpretada por Miki Sugimoto, otra habitual de las pinku eiga) es desflorada por el fogoso Kakusuke antes del matrimonio, lo que irrita a los ministros.

En cierta ocasión llega de visita oficial a Edo una delegación de emisarios chinos, diplomáticos de la dinastía Qin. Éstos regalan al que creen shogun unos enanos disfrazados de osos panda y entrenados para el cunnilingus, para que sean empleados como mascotas sexuales por las concubinas del Ooku. Ésos mensajeros chinos tienen la característica de carecer de miembro viril, pues (según la tradición) para entrar al servicio del emperador era requisito indispensable amputarse el órgano masculino…

Comentario

Divertida y desenfadada comedia erótico-histórica, que satiriza los desenfrenos del realmente muy libertino Tokugawa Ienari. Similar a la otra película de Norifumi Suzuki también de 1972 (y donde igualmente participa Miki Sugimoto como Kiyo-hime), aunque más liviana y con más momentos cómicos.

El Nezumi-Kozo (u Hombre-Rata) por cierto, sí existió en la vida real. Fue una especie de bandolero-ninja nipón, cuyo nombre real era Jirokichi Nakamura y fue ejecutado en 1831 por haber cometido numerosos robos. En la cultura popular del Japón equivale a la figura romántica medieval-occidental de Robin Hood.

FHP, 2014

El Imperio del Sexo, a.k.a. “Tokugawa Sex Ban: Lustful Lord” – Norifumi Suzuki, 1972

El Imperio del Sexo, a.k.a. “Tokugawa Sex Ban: Lustful Lord” (V.O. Tokugawa sekkusu kinshi-rei: shikijô daimyô)

Japón, 1972

Director: Norifumi Suzuki

Género: Pinku Eiga / Jidaigeki

Guión: Norifumi Suzuki, Masahiro Kakefuda

Intérpretes: Audrey Cruise, Ryoko Ema, Kaya Hozumi, Sandra Julien

Música: Ichiro Araki

Argumento

Japón, siglo XVIII. El shogun Tokugawa Ienaru es famoso en la corte por sus proezas amatorias. Tiene más de 20 concubinas y una cincuentena de hijos. Al mismo tiempo, un poderoso daimyo, de 34 años, todavía sigue sin haber tenido relaciones sexuales pues al parecer ha sido muy introvertido con las mujeres. Los aristócratas han decidido que será éste daimyo el destinado a desposar a la hija mayor (también virgen) del shogun, la princesa Kiyo (Kiyo-hime).

El inexperto daimyo, Tadateru Ogura, fracasa en el primer encuentro sexual con la princesa, y es por ello asesorado por sus consejeros. Éstos le traen a varias cortesanas y algunas prostitutas para que “practique” y se “entrene”; entre ellas dos “exóticas” gaijin; una negra con el pelo a lo afro (tan de moda cuando se rodó ésta película) y una bella francesa llamada Sandra, hija de un misionero cristiano ejecutado por el shogunato.

Rápidamente el daimyo descubre los placeres de la carne, conviertiéndose en un erotómano empedernido, en un auténtico obseso sexual, en todo un maníaco. Sandra es la favorita de su harén; y su legítima esposa, Kiyo-hime, se siente desplazada e ignorada.

El señor feudal decide promulgar un decreto por el cual prohíbe tajantemente las relaciones sexuales en todos sus dominios. El tirano quiere ser el único privilegiado que pueda gozar de las voluptuosidades eróticas. A aquellos que incumplen su mandamiento, les será amputado el miembro.

Las consejeras de Kiyo-hime deciden raptar a Sandra para fustigarla. La consideran responsable del comportamiento despótico y lunático que exhibe Ogura. Pero Morita, uno de los más cercanos vasallos del daimyo, la libera. Antes, éste Morita ha debido realizar la función del kaishakunin decapitando a su amante, la cual fue forzada a practicarse el seppuku por desobediencia al decreto de abstinencia.

La trama se torna confusa hacia el final de la cinta. Sandra es capturada y torturada sádicamente por Ogura en una escena de pésimo gusto donde de manera grotesca se suceden referencias con imaginería cristiana por ser la francesa hija de un misionero. Sandra trata de zafarse de su agresor, y le clava al daimyo un crucifijo en el ojo. A continuación, el resto de las concubinas, entre ellas la negra, se abalanzan sobre él y terminan de liquidarlo.

Pero más tarde, cuando Sandra es liberada por Morita (que también es cristiano) y ambos se convierten en amantes, son sorprendidos por el daimyo (no se supone que estaba muerto, o al menos tuerto?). Morita se hace el hara-kiri, y poco después, Sandra es crucificada en la playa boca abajo (sin que el daimyo lo supiera, pues se entera por sus hombres y corre hacia la playa para salvarla) (?!)

Ogura llega demasiado tarde, Sandra ya se ha ahogado a causa de la subida de la marea. Seguidamente, la absurda ley anti-sexo es derogada, el pueblo lo celebra. Ogura se reconcilia con la princesa Kiyo y ambos tienen relaciones sexuales, durante las cuales el daimyo colapsa y termina muriendo (por segunda vez en la película…)

Comentario

Pese a sus lagunas argumentales y a su trama sumamente incoherente, la película resulta interesante como muestra del cine erótico-grotesco setentero japonés con el periodo Edo como escenario. No le faltan toques cómicos al film, debido al hiperbólico desfase de muchas situaciones. Buena banda sonora, con ritmos muy propios de la época. También es destacable el seppuku femenino que se ve forzada a practicarse la amante de Morita.

La incongruencia más grave es sin duda lo que sucede con el daimyo, uno de los protagonistas de la película. Parece que ha habido un desdoblamiento de éste personaje sin que el espectador lo advierta.

Al parecer Tokugawa Ienari (1773-1841), el undécimo shogun de su dinastía y el que tuvo un reinado más largo, era efectivamente un sátiro, famoso en la vida real por sus lúbricos excesos, y poseedor de un harén con más de 90 concubinas. No obstante, en el film el shogun sólo aparece al principio y la película sólo se centra en su hija Kiyo-hime y el bizarro marido de ésta, que pasa rápidamente de ser un inexperto con miedo a las mujeres a convertirse en un pervertido sexualmente más activo que su suegro.

La actriz francesa que interpreta a Sandra participó en películas de Jean Rollin.

El estilo fílmico sería el que décadas después Quentin Tarantino se dedicaría a imitar y reciclar para sus películas. No sería extraño que Norifumi Suzuki (director también de “Sex & Fury”) fuera uno de sus referentes.

FHP, 2014