Zatoichi y el ajedrecista – Kenji Misumi, 1965

Zatoichi jigoku tabi (a.k.a. “Zatoichi and the chess expert”)

Japón, 1965

Director: Kenji Misumi

Género: Chanbara, Jidaigeki

Guión: Daisuke Ito

Intérpretes: Shintaro Katsu (Zatoichi), Mikio Narita (Tadasu Jumonji)

Música: Akira Ifukube

Argumento

Zatoichi se dirige en ésta ocasión a la isla de Honshu. Durante el viaje, participa a bordo del barco en un juego de dados apostando con otros pasajeros. Éstos tratan de engañarlo, aprovechándose de su condición de ciego. Pero Ichi ya contaba con eso, y se les adelanta astutamente… Logra así ganar la partida final. El invidente masajista errante es un experto jugador de dados, y raras veces es derrotado en las apuestas. Además, sabe siempre defenderse, y cuando sus contrincantes no se resignan con haber perdido y tratan de retomar su dinero, Zatoichi los contiene sin necesidad siquiera de desenvainar su espada (una afilada hoja siempre oculta en la caña de bambú que usa como bastón de ciego). A dos que poco después le atacan en la cubierta, les quema en la cara con su pipa y casi les tira por la borda.

Durante el naval trayecto, Ichi conoce al samurai Tadasu Jumonji, un avezado jugador de ajedrez. Se hacen amigos y juegan varias partidas (sin hacer apuestas de dinero). El misterioso  Jumonji tiene una misión que cumplir, sobre la cual no da detalles al ciego vagabundo. En el barco también se encuentran, además de otros muchos viajeros, una mujer llamada Tane y una niña pequeña.

Más adelante, en Honshu, Zatoichi y Jumonji se hospedan en la misma posada. Allí, durante una nueva partida de ajedrez, el samurai se da cuenta de que no es justo que él tenga la facultad de ver mientras que su oponente sea ciego y no pueda contemplar los movimientos de las fichas. Así, Jumonji se coloca una venda en los ojos para que ambos estén en igualdad de condiciones. Resulta sumamente memorable verles jugar de ese modo: El tablero lo han colocado a un lado y ya no lo usan para nada, pero cada vez que a uno le llega su turno, dice en voz alta su “movimiento de fichas” y el otro, tras unos instantes para pensar su estrategia, contesta con el suyo. Nadie toca ya las fichas ni el tablero, no los necesitan, y se dedican a ejercitar un “ajedrez mental”. (Para lo que es necesario un prodigioso grado de concentración)

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Katana maldita – Kenji Misumi, 1965

Katana Maldita (V.O. Ken Ki)

Japón, 1965

Director: Kenji Misumi

Género: Chanbara, Jidaigeki

Guión: Seiji Hoshikawa (basado en la novela de Renzaburo Shibata)

Intérpretes: Reizo Ichikawa (Hanpei), Michiko Sugata (Osaki)

Música: Hajime Kaburagi

Argumento

La señora Makino, afectada por una extraña enfermedad que perturba sus facultades mentales, es la viuda de un daimyo. Años después de la muerte de su marido, ha dado a luz un hijo. El padre del bebé es desconocido, y ninguna de las cortesanas sabe cómo un hombre ha podido acceder a las dependencias de la señora para dejarla encinta. Tan solo un perro se encuentra siempre al lado de la aristocrática viuda, y las malas lenguas comienzan a sugerir (medio en serio medio en broma) que sería el can el padre de la criatura. Poco después del nacimiento del niño, la enferma Makino fallece. Antes de morir, le confía a sus sirvientas el niño y el perro (al que encomienda sea tratado también  “como un hijo”). El perro se declara “en huelga de hambre” tras la defunción de su dueña, y muere poco después de ella. Por su parte el bebé Hanpei, es dado en adopción a un viejo y empobrecido samurai. Oficialmente, el niño no es hijo de la viuda del daimyo, sino de una de sus criadas.

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Zatoichi kessho-tabi – Kenji Misumi, 1964

Zatoichi kessho-tabi (a.k.a. “Fight, Zatoichi, fight!”)

Japón, 1964

Director: Kenji Misumi

Género: Chanbara, Jidaigeki

Guión: Seiji Hoshikawa, Kan Shimozawa, Tetsuro Yoshida

Intérpretes: Shintaro Katsu (Zatoichi), Nobuo Kaneko (Unosuke)

Música: Akira Ifukube

Argumento

Al masajista ciego Zatoichi una banda de facinerosos le pisan los talones. Un clan de bandidos ha sido contratado para ajustarle las cuentas, y lo persiguen allá a donde va. Por suerte, pese a su invidencia, Zatoichi es un excelente espadachín, y sabe defenderse siempre de sus atacantes, aunque éstos le superen en número. En muchas ocasiones debe emplear tácticas de estrategia y recurrir a la astucia para evitar ser hallado. Otras veces le ayudan personas que va encontrando en su camino. Tal es el caso de una cofradía de ciegos, que solidariamente le permiten esconderse entre ellos para despistar a los bandidos.

Más adelante, después de que unos porteadores le insistieran mucho, Zatoichi accede a ser transportado en una jinrikisha (una modalidad de proto-taxi en el Japón de la era Tokugawa, y en otros países asiáticos). Los perseguidores que quieren matar al ciego ven como monta en el vehículo, pues lo vigilan de cerca. Al borde de la calzada, Zatoichi y sus porteadores se encuentran con una mujer con bebé que se siente indispuesta. Caballerosamente Zatoichi propone a la madre que se suba al carro en su lugar; él continuará a pie. Unos cuantos metros más adelante, la jinrikisha es atacada, los asesinos ensartan a la persona que se encuentra en su interior pensando que se trata de Zatoichi… y matando en su lugar a la joven madre, que cae de lado con su lloroso bebé en brazos.

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Serie „Oshi Samurai“ („El Samurai Mudo“) con Tomisaburo Wakayama

Serie jidaigeki „Oshi Samurai“ („El Samurai Mudo“) con Tomisaburo Wakayama

Tras el éxito de la saga sobre Zatoichi (el masajista ciego y experto espadachín que recorre el Japón decimonónico “desfaziendo entuertos”), el protagonista Shintaro Katsu lanzó en 1973 una serie de televisión de 26 capítulos que sería protagonizada por su hermano Tomisaburo Wakayama. Ésta vez, el personaje principal ya no sería un justiciero ciego… sino uno mudo: “Oshi Samurai”.

Kiichi Hogan (“Magistrado del Demonio”) es el nombre por el cual el siempre silencioso ronin es conocido. Su padre (Yanagida Toemon) era un funcionario shogunal, un honesto e incorruptible magistrado que se opuso a comerciantes sin escrúpulos y a la influencia mercantil procedente del exterior. Por su tenaz lucha contra las transacciones ilegales y especulativas fue asesinado por un mercader español; un tal González. Éste además violó a la novia de Yanagida Kennosuke ante sus ojos, y después le rajó a él la garganta, dándole por muerto. Pero Kennosuke (alias Kiichi Hogan) sobrevivió, aunque al ser dañadas sus cuerdas vocales perdió para siempre su facultad de hablar… transformándose así en el Oshi Samurai – el Samurai Mudo, sediento de venganza.

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Lone Wolf and Cub / Kozure Okami (Parte V): “Meifumado” – Kenji Misumi, 1973

El lobo solitario y su cachorro: Meifumadō (V.O. Kozure Ōkami: Meifumado / T.I. “Lone Wolf and Cub: Baby Cart in the Land of Demons”)

Japón, 1973

Director: Kenji Misumi

Género: Chambara, Jidaigeki

Guión: Kazuo Koike, Goseki Kojima

Intérpretes: Tomisaburo Wakayama (Itto Ogami), Akihiro Tomikawa (Daigoro), Michiyo Ohkusu (Shiranui), Tomomi Sato (Oyo), Hideji Otaki (Jikei)

Música: Hideaki Sakurai

Argumento

Itto Ogami y su hijo Daigoro se encuentran atravesando un paraje a los pies de una cascada. Junto a ellos pasa un individuo que en su sombrero porta colgada la imagen con la que se dan a conocer aquellos que quieren contactar al ex-kaishakunin para encargarle un asesinato. Ogami le interpela al respecto y el otro le ataca. El ronin reacciona velozmente, hiriendo de muerte a su contrincante. El agresor le explica que se trataba de una prueba. Le dice que es un samurai del clan Kuroda y le entrega 100 ryo, la quinta parte de lo que Ogami suele cobrar por sus trabajos; pero le dice que en su camino se encontrará con otros cuatro miembros del clan que le irán revelando detalles sobre la misión a cumplir y le darán 100 ryos más cada uno. Para que los restantes cuatro agentes de los Kuroda le reconozcan, Ogami deberá llevar colgado al cuello un mala (o rosario budista) que el samurai le entrega antes de expirar.

Así, Ogami se va encontrando sucesivamente a los otros cuatro espadachines de los Kuroda, que igualmente tratan de comprobar su habilidad en la esgrima, muriendo siempre en el intento tras entregarle 100 ryos, un mala, y contarle los pormenores de su encargo: Debe matar a la princesa Hamachiyo, una niña de 5 años, por ser la hija ilegítima del daimyo Naritako. Éste encerró al auténtico heredero Matsumaru, su primogénito e hijo de su mujer legal; y hace pasar a Hamachiyo (cuya madre es una de sus concubinas) por el príncipe. Ogami también tendrá que arrebatarle un importante documento relacionado con ese conflicto familiar a Wajo Jikei, máximo sacerdote del templo Sofuku; y a continuación matar a ese importante clérigo, venerado como un Buda viviente. Ogami aprende que Wajo Jikei está relacionado con los Yagyu, y que próximamente tiene previsto entregarle el confidencial manuscrito al propio Retsudo. Los agentes del clan Kuroda quieren evitar eso a todo a costa. Si sale a la luz que el príncipe legítimo Matsumaru está en un calabozo y que en su lugar se sienta una impostora, hija de una concubina, el shogun podría ordenar la disolución del clan; y sus posesiones y territorios serían absorbidos por los Yagyu.

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Lone Wolf and Cub / Kozure Okami (Parte II): «Coche de bebé en el Río Estigia» – Kenji Misumi, 1972

El lobo solitario y su cachorro: coche de bebé en el río Estigia (V.O. Kozure Ōkami: Sanzu no kawa no ubaguruma / T.I “Lone Wolf and Cub: Baby Cart at the River Styx”)

Japón, 1972

Director: Kenji Misumi

Género: Chambara, Jidaigeki

Guión: Kazuo Koike, Goseki Kojima

Intérpretes: Tomisaburo Wakayama (Itto Ogami), Akihiro Tomikawa (Daigoro), Kayo Matsuo (Sayaka Yagyu), Akiji Kobayashi (Ozuno)

Música: Hideaki Sakurai

Argumento

En la escena que sirve de preludio a ésta segunda entrega de la saga del Lobo Solitario, el fugitivo ronin Ogami y su hijo Daigoro son atacados por dos espadachines. Pero el antiguo kaishakunin los vence sin dificultad. Antes de expirar, uno de los asesinos le dice que no le servirá de nada esconderse, pues el clan Yagyu tiene poder en todo Japón; tarde o temprano acabarán con él…

Tras los títulos de crédito, Ogami Itto y su “cachorro” llegan a un poblado, donde se hospedan en una pensión. El dueño de la posada originalmente es un tanto escéptico cuando ve aparecer al ronin, pues piensa que se trata de un pobre vagabundo, que no tendrá dinero para pagar y que puede causar problemas. Cuando, con una cortesía postiza el hotelero trata de decirle que no tienen habitaciones libres, Ogami le entrega un paquete con 500 ryo (suponemos que es mucho dinero) para que se lo guarde en lugar seguro mientras esté hospedado allí. Entonces, de repente, la actitud del dueño de la pensión cambia y se muestra sumamente servicial…

Mientras tanto, Ozuno del clan Kurokawa (aliado a los Yagyu) es enviado por Retsudo a contactar a Sayaka, la hermosa pero sumamente peligrosa jefa de un grupo de asesinas. Sayaka pertenece a una rama del clan Yagyu. Forma parte de los Akashi-Yagyu, y cuando es informada de que Ogami mató en duelo a dos importantes exponentes de su clan en Edo, y que ha osado desafiar a los Yagyu, estalla de furia y promete al emisario que ella y las ninjas que comanda vencerán al Lobo Solitario, tal y como ha ordenado Retsudo. Ozuno dice que hay que tener mucho cuidado con Ogami y con su espada, en ningún momento hay que bajar la guardia, pues era el kaishakunin oficial y es un maestro del estilo Suio… Sayaka profiere una demencial carcajada, pues está convencida de que nadie es superior en las artes marciales y que nadie domina las técnicas de combate mejor que su equipo femenino de mortales ninjas… Para demostrarlo, le dice a Ozuno que el mejor de sus hombres “trate de llegar hasta el jardín” (tratando de esquivar a sus asesinas, que se encuentran junto a la puerta que da al jardín). El elegido por Ozuno se dispone a realizar lo que le piden, da un salto con varios giros en el aire, pero es interceptado por las mujeres. Sigue intentando llegar hasta la puerta, pero cada vez las ninjas de Sayaka le van cercenando partes de su cuerpo (ora le cortan los dedos, ora una de las manos, la nariz, un pie…) – Cuando el hombre de Ozuno llega hasta la puerta (sin haber alcanzado el jardín) ya no es más que un mutilado despojo. El sobrecogido enviado del clan Kurokawa está ahora seguro de que las mujeres ninja de Sayaka están a la altura de la misión.

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Lone Wolf and Cub / Kozure Okami (Parte I): «La espada de la venganza» – Kenji Misumi, 1972

El lobo solitario y su cachorro: niño y maestría de alquiler (V.O. Kozure Ōkami: Kowokashi udekashi tsukamatsuru / T.I. „Lone Wolf and Cub: Sword of Vengeance“)

Japón, 1972

Director: Kenji Misumi

Género: Chambara, Jidaigeki

Guión: Kazuo Koike, Goseki Kojima

Intérpretes: Tomisaburo Wakayama (Itto Ogami), Akihiro Tomikawa (Daigoro), Tokio Oki (Retsudo Yagyu), Tomoko Mayama (Osen)

Música: Hideaki Sakurai

Argumento

El shogunato Tokugawa controla férreamente el Japón, pero las intrigas entre los diversos clanes que se reparten el poder hacen tambalear de vez en cuando la estabilidad. Para mantener la situación bajo control, el shogunato ha creado desde Edo varios organismos oficiales cuya misión es velar por el buen funcionamiento de las instituciones y el equilibrio entre los clanes. A esos aparatos estatales está supeditada la función de los espías (que hoy se llaman más frecuentemente agentes secretos), la de los ninjas (o integrantes de los cuerpos de élite) y la del kaishakunin shogunal, el verdugo supremo. La misión de éste último consiste en asistir a los nobles que hayan sido condenados por el shogun a practicarse el suicidio ritual del seppuku, cortándoles la cabeza de un certero tajo para evitarles el inmenso sufrimiento que implica tener que abrirse el vientre.

Itto Ogami, samurai de rancio abolengo y experto en el manejo de la espada con el estilo de la escuela Suio (Suiō-ryū) ostenta la dignidad de kaishakunin al inicio de ésta historia. Todo vestido de blanco (el color del luto en la tradición japonesa), ejerce solemnemente sus funciones de verdugo decapitando a nobles que han perdido la gracia del shogun. En las primeras escenas debe incluso decapitar a un niño, un pequeño príncipe que, guiado por su desolado preceptor, se aprieta una espadita de madera contra el vientre para remedar simbólicamente el acto del hara-kiri.

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Trilogía Hanzo the Razor / Goyokiba (Parte I): La espada de la justicia – Kenji Misumi, 1972

Hanzo el navaja: La espada de la justicia (V.O. Goyōkiba, a.k.a. “Hanzo the Razor: Sword of Justice”)

Japón, 1972

Director: Kenji Misumi

Género: Chanbara, jidaigeki

Guión: Kazuo Koike, Takeshi Kanda

Intérpretes: Shintaro Katsu (Hanzo), Ko Nishimura (Magobei Onishi), Yukiji Asaoka, Mari Atsumi

Música: Kunihiko Murai

Argumento

Itami Hanzo es un oficial de policía en la ciudad de Edo (actual Tokyo) durante los últimos años del shogunato Tokugawa. Cuando le llega el momento de prestar juramento de fidelidad ante sus superiores y camaradas se niega a hacerlo, pues es consciente de que el organismo al que pertenece es sumamente corrupto. Su sentido del honor le impide firmar con su propia sangre un documento que no es más que una hueca formalidad burocrática. A Hanzo le asquea la doble moral: Los ricos y poderosos, aquellos que están “conectados” con las altas esferas, los “peces gordos” de la criminalidad, nunca son molestados; y los policías shogunales deben entretenerse limitándose a arrestar a pequeños malhechores.

El superior inmediato de Hanzo es Magobei Onishi, apodado “Serpiente”. Hanzo tiene a su servicio a dos rehabilitados ex-delincuentes que trabajan para él como criados. El incorruptible oficial, que practica metodologías sumamente contundentes a la hora de interrogar sospechosos, se somete voluntariamente a pruebas físicas muy dolorosas: “Las torturas que aplico, debo conocerlas yo mismo”. De ese modo, siguiendo tal vez el nitzscheano precepto de que “lo que no me mata me hace más fuerte”, ordena a sus sirvientes que le vayan colocando gruesos bloques de cemento en las piernas, mientras se encuentra sentado sobre sus tobillos encima de un tablón de madera con afiladas puntas.

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Zatoichi Monogatari (a.k.a The Tale of Zatoichi) – Kenji Misumi, 1962

Zatoichi Monogatari (a.k.a The Tale of Zatoichi)

Japón, 1962

Director: Kenji Misumi

Género: Chanbara / Jidaigeki

Guión: Kenichiro Hara

Intérpretes: Shintaro Katsu (Zatoichi), Masayo Banri (Tane)

Música: Akira Ifukube

Argumento

El masajista ciego Ichi, que en busca de subsistencia recorre los caminos del Japón decimonónico hacia finales del periodo Edo, llega a un poblado donde dos clanes enfrentados de yakuza están a punto de iniciar una guerra de bandas.

Pese a carecer de la facultad de visión, Ichi (que tiene los demás sentidos hiperdesarrollados) es un óptimo jugador de dados y un maestro en el arte de la esgrima. Tanto es así que su destreza con la espada es capaz de derrotar en combate a la mayoría de los que sí pueden ver.

Una vez en el pueblo, el ambulante espadachín ciego desea preguntar por trabajo a uno de los jefes locales de la Yakuza, su viejo conocido Sukegoro. Cuando los hombres de éste le informan acerca de su ausencia, Ichi les pide permiso para participar en su juego de dados. Para gran sorpresa de los gangsters, el ciego gana; tras lo cual se dispone a retirarse después de un breve enfrentamiento verbal con los yakuza, quienes le acusan de haber hecho trampa.

Dos de los bandidos proceden a seguirlo con la intención de asesinarlo, pero entonces aparece el jefe Sukegoro, que invita a Ichi a quedarse, y que exhorta a sus hombres a acogerlo en calidad de huésped.

Sukegoro conoce las magistrales cualidades que el invidente vagabundo tiene como guerrero, e intenta que Ichi realice ante él y otro visitante trucos con la espada. Pero Ichi, a quien en ese momento están haciendo un relajador masaje, repone al encargado de comunicarle los deseos del jefe que su maestría con las armas “no es para exhibirse” (o con otras palabras, que sus facultades no son “para entretener” a los demás, que no está dispuesto a hacer de bufón). Sukegoro resulta contrariado, pues no está acostumbrado a encajar negativas por parte de los que considera “sus súbditos”.

Paralelamente, en la pensión del clan Iioka donde Ichi está alojado, habitan también el yakuza Tatekichi (o Tate), uno de los hombres de Sukegoro, y su bella hermana Tane. Existe un conflicto “fraternal” entre ambos, que involucra a terceras personas, pues Tane amonesta a su hermano por haber abandonado a su novia Saki tras dejarla embarazada, mientras que a su vez Tate insta a su hermana a que vuelva con su ex-novio Seisuke (otro yakuza amigo de Tate).

Sukegoro hace saber a Ichi acerca del próximo enfrentamiento que se avecina, y que tendrá lugar contra el clan rival; los Sasagawa. El jefe quiere contratar al ciego, y éste acepta después de lograr astutamente que Sukegoro suba la suma del pago de 3 a 8 mon.

Un día, Ichi está pescando en el río cuando aparece otro pescador con el que entabla conversación; resulta ser el ronin Hirate, un samurai “fracasado” de Edo, muy aficionado a la bebida y que ha sido contratado como mercenario por los Sasagawa. Ambos, Ichi e Hirate, se hacen amigos pese a estar a sueldo de bandas opuestas. Hirate resulta impresionado por las prodigiosas facultades sensitivas de Ichi, que percibe inmediatamente cuando un pequeño pez se ha llevado el cebo sin picar en el anzuelo. Durante la charla, el invidente espadachín pregunta a su interlocutor si está enfermo… Hirate, sorprendido responde que “no se encuentra mal”, al tiempo que reprime una tos incipiente. En efecto, por su forma de respirar, Ichi ha podido percatarse de que el samurai está seriamente afectado por alguna grave afección pulmonar o bronquial (que, como se verá, le hace vomitar sangre, y que es seguramente la causa de que busque consuelo en el alcohol…)

Otro día aparece en ese mismo río el cadáver de una jóven. Se trata de Saki, la amante de Tate, de la que éste se había desentendido tras dejarla embarazada. A pesar de que no se aclara si se trató de suicidio o asesinato (por parte de Tate), los indicios parecen apuntar más bien hacia la segunda posibilidad. (Poco después de que se hallara el cuerpo, las facultades olfativas de Ichi le revelan que Tate viene de encontrarse con una mujer; éste lo niega enfáticamente y muy nervioso cuando el ciego se lo comenta). Tane, aún creyendo que ha sido un suicidio, responsabiliza a su hermano de la muerte de la joven. Tate, por su parte, busca forzarla para que vuelva con Seisuke, pero ella se niega, y busca protección en Ichi.

Ichi e Hirate vuelven a encontrarse en alguna ocasión más, para pescar en el río y para beber sake. Hirate, pese a su enfermedad y su dependencia del alcohol, es (como el ciego) un gran espadachín. Ambos son muy superiores a la mayoría de lo hombres, y cada uno de ellos es de lejos el más hábil guerrero del respectivo clan yakuza que les ha contratado. Como dice el samurai caído en desgracia, la guerra de bandas “ya parece inevitable” y cuando estalle, “cada uno de nosotros estará en un bando opuesto”.

Poco después, Hirate colapsa en medio de vómitos de sangre y resulta así indispuesto para la lucha. Los del clan Iioka, al enterarse, deciden que ha llegado el momento propicio para lanzar el ataque, pues los Sasagawa están privados de su mejor hombre.

Los Sasagawa, por su parte, se disponen a prepararse para la confrontación, y le hacen saber al enfermo Hirate que usarán una escopeta contra “el ciego”, de cuya habilidad con la espada están informados. La escopeta será “tu sustituta” le dice a Hirate el jefe Shigezo. Al oír ésto, el ronin repone que eso es jugar sucio, que no lo consentirá, y comienza con gran esfuerzo a incorporarse, diciendo que está dispuesto a participar en la lucha siempre y cuando Shigezo renuncie a utilizar la escopeta. El jefe yakuza, sorprendido, accede a esa demanda. Algo más tarde, Ichi (que ya estaba dispuesto a marcharse sin participar en el enfrentamiento) es informado sobre todo ésto y decide quedarse para acudir al lugar de la contienda. En ese momento llega Tane, que le pide que la lleve con él, y que le declara su amor. Ichi, muy conmovido, y pese a sentirse también atraído por ella, rechaza esa posibilidad, pues es él, además de ciego, un vagabundo, un mercenario y “no podría hacerla feliz…”. Además, en ese momento está más preocupado por la suerte de su amigo Hirota. Mientras Tane le dice que le esperará a la salida del pueblo, Ichi parte hacia donde está teniendo lugar el combate.

Allí ya se encuentra Hirate enzarzado en plena lucha, y pese a su enfermedad va venciendo a las decenas de espadachines del clan Iioka que se lanzan contra él. Cuando Ichi llega, Hirate se alegra, y decide que desea morir después de haber tenido un combate contra alguien como él, contra un guerrero de su categoría. Ichi, que hubiera preferido no tener que verse obligado a luchar contra él, acepta el desafío de su camarada, diciendo que “no se lo pondrá fácil”, y a continuación el ciego saca la afilada hoja de su caña de bambú (que usa a la vez como vaina y bastón).

Finalmente, Hirota colapsa y muere. Ichi lo lamenta profundamente, pero los del clan Iioka se regocijan y provistos de nuevos ánimos, embisten ferozmente a los enemigos hasta la victoria final.

Los de Sasagawa son derrotados. El jefe Sukegoro agradece a Ichi su intercesión y cuando se dispone a ofrecerle sake, el furibundo invidente, sombrío por la muerte de su amigo e indignado por esa guerra inútil, le hace saber al líder de la yakuza su descontento y parte definitivamente del poblado para continuar su camino. Con gran facilidad hace caer al río a uno de los esbirros de Sukegoro, que rastreramente intentaba apuñalarlo por la espalda; y sube luego por una colina para no tener que pasar por el camino de salida del poblado, con el fin de esquivar a Tane, que le esperaba allí como había anunciado.

Comentario:

Ésta es la primera de la películas de la serie de films sobre el personaje, la Zatoichi original, en base a cuyo éxito se harían más tarde las siguientes secuelas. Muy buena chambara con el gran Shintaro Katsu en el rol protagonista; en éste film se resalta la importancia de la amistad, la lealtad y el honor; así como el conflicto del personaje principal y su férreo un afán de superación: Ichi es un marginado de la sociedad por motivo de su invidencia; ésta marginación le ha empujado al vagabundeo y a la delincuencia, pero también a desarrollar habilidades sorprendentes , que le han convertido en un gran masajista, en un experto en juegos de azar… y, gracias a duros entrenamientos y gran concentración, también en un maestro de la esgrima. Pues Ichi decidió que debía compensar su invidencia con otras facultades.

Muy buena y muy recomendable.

FHP, 2014