El gigante de Metrópolis (V.O. Il gigante di Metropolis)
Italia, 1961
Director: Umberto Scarpelli
Género: Peplum, espada y brujería, ciencia-ficción
Guión: Sabatino Ciuffini, Ambrogio Molteni, Oreste Palella, Emimmo Salvi, Umberto Scarpelli, Gino Stafford
Intérpretes: Gordon Mitchell (Obro), Bella Cortez (Mecede), Roldano Lupi (Yotar)
Música: Armando Trovajoli
Argumento
En el año 20.000 antes de Cristo, Atlantis es el continente más poderoso de la Tierra. La ciudad de Metrópolis es allí la capital del Imperio, desde la cual el despótico rey Yotar busca extender su dominio a todo el orbe. Yotar es un tirano sin escrúpulos que ha hecho un mal uso de la ciencia para esclavizar a sus súbditos, privándoles de su voluntad y de su libre albedrío. Sus experimentos amenazan con subvertir el orden natural: Ha logrado prolongar la vida artificialmente, encadenando espíritus a la materia; busca obtener el secreto de la vida y la muerte, desafía a los dioses con su soberbia, amenaza con provocar un desequilibrio planetario con nefastas e imprevisibles consecuencias…
Sabedores de los proyectos delirantes del rey de Atlantis, los integrantes de un pueblo llegado desde un remoto lugar a otro lado del océano se dirigen hacia Metrópolis. Tienen la intención de convencer a Yotar de que deponga su actitud. Durante el trayecto, ya muy cerca de su destino, el viejo caudillo de esa tribu de sabios muere a causa de la extenuación. El encargado de tomar el mando es su musculoso hijo Obro.
Yotar es informado de que un grupo de extranjeros se acerca a los muros de la ciudad, y ordena que sean eliminados mediante “la trampa magnética”. Por las montañas en las que avanzan Obro y sus fieles se extiende una nube tóxica, y cuando los vapores se dispersan, puede verse que los forasteros han sido reducidos a esqueletos. Sólo Obro, dotado de una prodigiosa constitución física, ha logrado sobrevivir.
La tecnología que posee la clase dirigente de Metrópolis está muy avanzada, y los guardianes de Yotar cuentan al parecer con complejos sistemas de videovigilancia que les permiten supervisar todo lo que sucede en los alrededores de la ciudad. Así, comprueban que uno de los extranjeros ha sobrevivido. El rey exige que sea traído a su presencia.