Kaiketsu Kurozukin (El Encapuchado Negro) – Akikazu Ota, 1981

Kaiketsu Kurozukin (a.k.a. The Black Hood)

Japón, 1981

Director: Akikazu Ota

Género: Chambara, Jidaigeki

Intérpretes: Tomisaburo Wakayama (Kurozukin)

Argumento

Marzo de 1868. En Japón se suceden numerosas revueltas y levantamientos. El shogunato Tokugawa, que ha regido el país por más de dos siglos, ha colapsado hace unos meses. Las luchas por el poder entre la fuerte alianza de los clanes Satsuma y Choshu por un lado y los fieles a los Tokugawa (que siguen siendo Fuertes en Edo) amenazan con provocar una guerra civil.

En ese contexto actúa un misterioso justiciero enmascarado, conocido como Kurozukin. Al estilo del Zorro o de los superhéroes de los comics norteamericanos, éste enigmático personaje con identidad secreta trata de mantener el orden en las calles, algo de lo que los agentes estatales parecen no ser ya capaces.

¿Quién se esconderá tras la negra máscara del Kurozukin? Lo cierto es que sus actividades no son bien vistas por ciertos representantes de las altas instancias. Por ello, muchos samurais al servicio de los señores del Shogunato tratan de acabar con el justiciero solitario (que es un avezado artista marcial y espadachín).

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Zatoichi – Shintaro Katsu, 1989

Zatoichi

Japón, 1989

Director: Shintaro Katsu

Género: Chambara, Jidaigeki

Guión: Shintaro Katsu, Tatsumi Ichiyama

Intérpretes: Shintaro Katsu (Zatoichi), Kanako Higuchi (O-Han)

Música: Takayuki Watanabe

Argumento

Un Zatoichi ya entrado en años se encuentra en la cárcel compartiendo celda con varios presos. Durante la hora de las comidas uno de ellos se presenta como Tsuru, y le dice que fue encarcelado por motivos políticos, pues estaba tratando de coordinar una insurrección contra el shogunato. “Tengo aliados y simpatizantes por todo el país” le dice el rebelde al masajista.

Tras unos latigazos, Ichi es soltado y se dirige a casa de un viejo amigo suyo. Se aloja allí durante unos días.

Mientras tanto, los jefes de la Yakuza se reúnen para reestructurar su organigrama. El viejo oyabun es violentamente depuesto (asesinado ante todos) y el trono del jefe de jefes lo ocupa un ambicioso joven carente de escrúpulos llamado Goemon. Al cónclave de altos jerarcas de la Yakuza acude el importante magistrado Hasshu, autoridad local; y también hace acto de presencia una mujer que ronda los treinta años, y que al suceder a su padre es ella misma una jefa de la Yakuza: Se trata de Ohan del clan Bosatsu.

La reunión yakuza está teniendo lugar en un casino propiedad de uno de ellos. Hasta allí llega Ichi para dedicarse a su gran pasión; el juego de dados. Emplea su habitual estrategia de dejar que primero hagan trampas los demás para a continuación hacerse con las apuestas de todos. Cuando Zatoichi quiere abandonar el casino, varios yakuzas armados salen a su encuentro, recriminándole haber hecho trampa… Pero los jefes Goemon y Ohan, que han presenciado todo, intervienen para que sus hombres no se enzarcen en una pelea contra el ciego, dejando que éste se marche en paz (Tal vez por saber que tan afortunado cliente no era otro que el célebre espadachín Zatoichi, capaz de acabar con ellos en cuestión de segundos).

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La desesperación de Zatoichi – Shintaro Katsu, 1972

Shin Zatoichi monogatari: Oreta tsue  (a.k.a. “Zatoichi in desperation”)

Japón, 1972

Director: Shintaro Katsu

Género: Chambara, Jidaigeki

Guión: Minoru Inuzuka

Intérpretes: Shintaro Katsu (Zatoichi), Kiwako Taichi (Nishikigi)

Música: Kunihiko Murai

Argumento

Zatoichi se cruza en un puente con una mujer que toca el shamisen. La anciana le advierte que tenga cuidado, pues la madera del puente cuenta con agujeros, y es fácil precipitarse al vacío si no se presta atención al andar. Los dos conversan brevemente y la señora pregunta al ciego hacia donde se dirige. “Hacia ningún sitio en particular, hacia donde el viento me lleve” responde el errabundo masajista. La vieja repone que ella, por su parte, tiene la intención de visitar a su hija, que trabaja en una casa de geishas llamada Ogiya en una ciudad próxima. Instantes después de que se han despedido, el ciego tiene la idea de ofrecer unas monedas a la anciana, a modo de propina por tocar tan bien el shamisen… La agradecida mujer se dispone a tomar las monedas, pero distraída ante el sorprendente obsequio, resbala, pierde el equilibrio y cae al vacío… Precisamente ella, que había recomendado al invidente que tuviera sumo cuidado.

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Zatoichi goyo-tabi (a.k.a. Zatoichi at large)- Kazuo Mori, 1972

Zatoichi goyo-tabi (a.k.a. “Zatoichi at large”)

Japón, 1972

Director: Kazuo Mori

Género: Chambara, Jidaigeki

Guión: Kinya Naoi

Intérpretes: Shintaro Katsu (Zatoichi), Rentaro Mikuni (Tetsugoro)

Música: Kunihiko Murai

Argumento

Una mujer es asaltada en el campo. Su agresor se lleva su dinero y la deja malherida. Poco después aparece Zatoichi, quien se da cuenta de que la víctima del atraco está en avanzado estado de gestación. La embarazada rompe aguas allí mismo, y Zatoichi se ve en la situación de tener que asistirla como “comadrona”. Tras el nacimiento del bebé, la madre le pide que lo lleve a la ciudad de Shiobara, para una vez allí entregar el niño a su padre Sataro.

Ichi se dirige hacia ese lugar. Por el camino, un niño de unos 7 años no cesa de tirarle piedras, sin que para ello exista motivo aparente.

El masajista, escuchando las conversaciones de unos pasantes, se entera de que lo están buscando. Hay una orden de captura contra él y se ofrece una recompensa de 2 ryo por su cabeza. Ichi, empedernido jugador, participa en un juego de dados y vence ante el asombro de todos los presentes (entre los que se encuentra una estrafalaria pareja de cómicos).

Una vez en Shiobara, Ichi pregunta por el tal Sataro. Un joven le dice que es el hijo del que elabora el sake en el pueblo… Pero ello resulta ser una tomadura de pelo, pues ese Sataro es un niño que de ninguna manera puede ser el padre del bebé. Éste debe ser otro Sataro… Tras preguntar al progenitor del joven bromista que le llevó hasta allí, Ichi averigua que Sataro es un yakuza que de momento no se encuentra en la localidad. Pero tiene una hermana llamada Oya-e que trabaja en la posada del pueblo.

Cuando Ichi presenta la criatura a su tía, ésta inicialmente se muestra reticente a hacerse cargo del recién nacido. Pero acepta dejar al bebé a cargo de un matrimonio con familia numerosa hasta que regrese Sataro. “Con ocho bocas que alimentar, una más no será mucha diferencia…” Ichi les paga algo de dinero en concepto de manutención.

El niño que le tiraba piedras sigue persiguiendo al ciego, y continúa lanzándole aún más piedras a la cabeza, sin que Ichi se explique el porqué.

El ciego decide quedarse en Shiobara hasta que regrese Sataro, y Oya-e le invita a quedarse hasta entonces en su posada, a cambio de que trabaje como masajista para sus clientes.

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Kaidan Oiwa no borei (El fantasma de Oiwa) – Tai Kato, 1961

Kaidan Oiwa no borei (a.k.a. The ghost of Oiwa)

Japón, 1961

Director: Tai Kato

Género: Drama, jidaigeki/chanbara, terror (kaidan)

Guión: Tai Kato, basándose en la novela de Nanboku Tsuruya

Intérpretes: Tomisaburo Wakayama (Iemon Tamiya), Yoshiko Fujishiro (Oiwa)

Música: Nakaba Takahashi

Argumento

Iemon Tamiya es un samurai empobrecido y bravucón. Su esposa Oiwa le ha abandonado y ha vuelto a casa de su padre porque Iemon estuvo involucrado en un asesinato. Iemon trata de recuperar a su mujer a toda costa; intenta hablar con su suegro pero éste no le quiere escuchar. Un día, Iemon se tropieza en la calle con una muchacha. Tras el choque, la joven cae al suelo. El samurai la ayuda a levantarse, se disculpa, se marcha y se olvida. Sin embargo, la chica ha quedado hondamente impresionada por el fortuito encontronazo…

Osode, la hermana de Oiwa, es entregada por su padre a una “casa de masajes”, para que trabaje allí como empleada. En realidad, tal establecimiento es un prostíbulo. Naosuke, el mejor amigo de Iemon, está perdidamente enamorado de Osode, pero ésta le ignora. Cuando Iemon y Naosuke se enteran del lugar al que ha ido a parar la muchacha, buscan la manera de sacarla de allí.

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Zatoichi va al festival del fuego – Kenji Misumi, 1970

Zatoichi abare-himatsuri (a.k.a. “Zatoichi goes to the fire festival”)

Japón, 1970

Director: Kenji Misumi

Género: Chambara, Jidaigeki

Guión: Shintaro Katsu

Intérpretes: Shintaro Katsu (Zatoichi), Reiko Ohara (Kiyo), Ryunusuke Kaneda (Kuroko), Ko Nishimura (Migi)

Música: Isao Tomita

Argumento

En 1830, en la provincia de Kanto, un poderosísimo jefe del crimen organizado ha logrado unificar bajo su mando a todos los clanes de la Yakuza. Éste líder supremo, al que muy pocos han visto, controla con mano de hierro los negocios ilegales como el juego, la prostitución y la extorsión; y es conocido en todo Japón como “El Oscuro Señor Imperial”, o “el Shogun de los Bajos Fondos”.

Zatoichi llega a esa comarca tras presenciar como numerosos aldeanos se arrodillaban ante la comitiva de algún destacado personaje transportado en palanquín: “¿Quién es ese daimyo?” No obtiene respuesta, pues no se trataba de un daimyo, sino del enigmático oyabun máximo y su séquito.

Ichi es empleado como masajista de los clientes de una casa de subastas. Pese a ser ciego percibe que está siendo subastada una muy hermosa joven. El suave aroma de su piel le basta para poder atestiguar que se trata de una belleza fuera de lo corriente. Todos los presentes, muy excitados, comienzan a pujar; el precio de la chica sube como la espuma. “Se trata de la esposa de un samurai directamente al servicio del shogun” afirma el subastador. Finalmente la muchacha es vendida por 400 ryo al cliente que Ichi estaba masajeando. Ese individuo, que no ha dudado en desembolsar tan grande suma por la joven, se muestra tacaño con el masajista, sin pagarle su sueldo al completo…

Esa noche, cuando el rico personaje y sus escoltas abandonan el municipio con la chica recién adquirida, el grupo es asaltado por un enmascarado Ichi, que se lleva a la muchacha consigo. Al mismo tiempo aparece un samurai que, instantes después de que Zatoichi y la chica se han ido, pasa a todos a cuchillo. El samurai, con los ojos inyectados en sangre y el rostro contraído por el odio, asesina al comprador de la chica y a sus esbirros.

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La conspiración de Zatoichi – Kimiyoshi Yasuda, 1970

Shin Zatoichi monogatari: Kasama no chimatsuri (a.k.a. “Zatoichi´s conspiracy”)

Japón, 1970

Director: Kimiyoshi Yasuda

Género: Chambara, Jidaigeki

Guión: Yoshi Hattori

Intérpretes: Shintaro Katsu (Zatoichi), Yukiyo Toake (Miyo),

Música: Akira Ifukube

Argumento

Zatoichi regresa a su pueblo, Kasama, tras más de 20 años sin visitarlo. Cuando se aproxima al municipio se encuentra con un grupo de jóvenes ladronzuelos vagabundos (entre ellos una chica). Ichi llega a la posada y todos lo reciben efusivamente. Es tan grande la hospitalidad y el regocijo que el ciego masajista se asombra sobremanera. Sin embargo, no es que le hayan reconocido, ni que se alegren particularmente de verlo: Los lugareños creen que forma parte de la comitiva de un rico potentado que está por visitar Kasama; un magnate oriundo de esa localidad que se llama Shinbei, residente en Edo, y que casualmente también retorna allí el mismo día que Zatoichi.

Los dueños del establecimiento habían preparado un suculento banquete en el salón de fiestas, e Ichi se dispone a tomar parte en él. Pero cuando llegan Shinbei y sus hombres, expulsan de allí al vagabundo masajista. Ichi se entera de quién es ese tan importante huésped: Shinbei (o Shinsuke, como se le llamaba en su juventud, antes de convertirse en millonario) era un amigo de la infancia de Ichi. Ambos se criaron en el mismo pueblo, se conocían desde pequeños y robaban melones juntos.

Como Zatoichi es un anma (masajista), es llamado por los hombres de Shinbei para que le haga un masaje a éste. Aprovechando esa oportunidad, el ciego le dice a su viejo amigo que él es “Ichi, el que se crió con Oshige”. Shinbei se acuerda de él, y ambos rememoran los viejos tiempos. Sin embargo, los dos tienen ahora vidas y circunstancias diametralmente opuestas…

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Zatoichi contra Yojimbo – Kihachi Okamoto, 1970

Zatoichi to Yojinbo (a.k.a. “Zatoichi meets Yojimbo”)

Japón, 1970

Director: Kihachi Okamoto

Género: Chambara, Jidaigeki

Guión: Kihachi Okamoto

Intérpretes: Shintaro Katsu (Zatoichi), Toshiro Mifune (Sassa)

Música: Akira Ifukube

Argumento

Tras tres años de ausencia, Zatoichi regresa a un pueblo que recuerda como acogedor y apacible. Pero pronto se percata de que ha dejado de ser el mismo poblado que él conoció: La atmósfera es muy diferente, las calles están desiertas; los lugareños se atrincheran en sus casas con el temor pintado en sus rostros. Tienen miedo de las olas de violencia que se desencadenan con frecuencia desde que la ley de las bandas yakuza impera en la antes tranquila aldea.

Ichi pasa junto a la casa del herrero, viejo conocido suyo. Éste está trabajando, forjando una espada en su yunque. En lugar de alegrarse al ver al retornado masajista le pregunta con frialdad. “¿Por qué has vuelto?” Ichi responde: “Para relajarme durante unos días…” “No vas a poder“ repone el herrero, que continúa golpeando el martillo… Por el sonido, el ciego Ichi se da cuenta de que está fabricando una espada, lo cual le extraña: antes eso no habría hecho falta, pues se trataba de un pueblo pacífico.

Zatoichi se hospeda en la pensión local, y allí otro anma (masajista ciego) le hace a él un masaje. Pero Ichi se da cuenta enseguida de que no se trata de un auténtico profesional, y le muestra cómo debe hacerse un buen masaje… En ese momento irrumpen varios hombres fuertemente armados: Buscan a Zatoichi, por el que se ofrece ahora una recompensa de 100 ryo.

Ichi y el falso masajista (que probablemente se trata de un espía) salen a la calle perseguidos por los yakuza. Todos resultan muertos a excepción de Zatoichi. Éste es abordado instantes después por un ebrio espadachín que se presenta como el yojimbo (guardaespaldas) del jefe yakuza Masagoro. Ese yojimbo quiere cobrar los 100 ryo de recompensa por Zatoichi, pero tras comprobar su maestría con las armas prefiere dejar la confrontación con él para otro momento…

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Zatoichi el samaritano – Kenji Misumi, 1968

Zatoichi kenka-daiko  (a.k.a. “Samaritan Zatoichi”)

Japón, 1968

Director: Kenji Misumi

Género: Chambara, Jidaigeki

Guión: Kiyokata Sarukawa

Intérpretes: Shintaro Katsu (Zatoichi), Yoshiko Mita (Sode)

Música: Sei Ikeno

Argumento

En ésta ocasión, Ichi debe participar en un encargo que una hermandad de la yakuza le encomienda. Unokichi, uno de los miembros de la organización que supuestamente ha incumplido las normas, debe pagar una multa. Si se resiste, los yakuza con los cuales está asociado Zatoichi tienen orden de matarlo.

Los demás bandidos no toman en serio a Ichi, por ser éste invidente. El ciego, por su parte, se toma la situación con su peculiar humor, diciendo que si no puede participar directamente en la captura del tal Unokichi, al menos les acompañará como “observador”. Cuando llegan a la casa en la que se oculta el moroso, los yakuza le cercan pero se resiste a salir. Entonces Ichi entra en la oscura estancia en la se esconde. „Como soy ciego, en la oscuridad tengo ventaja“. De ese modo, Zatoichi lucha contra Unokichi y lo mata. Momentos después aparece Sode, la hermana del finado. Ésta trae el dinero que la banda reclamaba. Si hubiera llegado un minuto antes, no habría sido necesario matar a Unokichi.

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Zatoichi el fuera de la ley – Satsuo Yamamoto, 1967

Zatoichi royaburi  (a.k.a. “Zatoichi the outlaw”)

Japón, 1967

Director: Satsuo Yamamoto

Género: Chambara, Jidaigeki

Guión: Koji Matsumoto

Intérpretes: Shintaro Katsu (Zatoichi), Rentaro Mikuni (Asagoro), Ko Nishimura (Kyushiro Suga), Yuko Hamada (Shino)

Música: Sei Ikeno

Argumento

Tras participar y vencer (para gran asombro de los presentes) en un concurso de tiro con arco, Zatoichi llega a los alrededores de un pueblo donde inmediatamente se percata de que algo anómalo sucede: En primer lugar, se encuentra con un samurai que no porta espada, y que se defiende desarmado contra un nutrido grupo de atacantes. “Si en éstos tiempos los masajistas ciegos llevan espadas ocultas en sus bastones, por qué no puede haber samurais sin espadas?” inquiere el ronin, que (como se verá después) es el líder de los campesinos de la comarca. Ichi se encuentra a continuación con los alegres labradores, que cantan canciones exaltando la laboriosidad y condenando los vicios del juego y la prostitución.

Una vez en el poblado, el errante ciego hace acto de presencia en una casa de juego propiedad del jefe de la yakuza local. Inicialmente es tratado con hostilidad e incluso repelido a golpes por sus hombres, pero cuando el oyabun Tomizo se entera de que se trata nada menos que del temible espadachín Zatoichi, es recibido con todos los honores. Tomizo piensa que Ichi puede serle de utilidad. El jefe yakuza le solicita la mañana siguiente que lleve una carta al jefe Asagoro, en la vecina Kiyotaki. Una vez el masajista ha entregado la misiva, Asagoro le ruega que espere unas horas más para que prepare la respuesta. La “respuesta” resulta ser una cierta cantidad de dinero… Pues, debido a las malas cosechas del pasado año, los campesinos han decidido prescindir de las casas de juego y de los prostíbulos, haciendo así perder importantes ingresos al jefe Tomizo… Como Asagoro protege a los campesinos, y a su carismático líder el samurai “pacifista” Shusui Ohara, se ve obligado a pagar un tributo a Tomizo a modo de compensación, para evitar así entrar en una guerra.

Cuando Zatoichi se entera de que el buen jefe Asagoro está siendo extorsionado de ese modo, monta en cólera, y se propone ayudarle a proteger a los campesinos.

Mientras Ichi escolta a dos labradores por un camino, el trío es atacado por los yakuzas de Tomizo, que tratan de inmovilizar al ciego espadachín con una red. Pero Ichi se libera, y mata en combate a los agresores. De pronto aparece una joven llamada Oshino, hermana de uno de los muertos y prometida del otro. La pobre muchacha, deshecha en llanto, no presenció que fueron sus seres queridos los que atacaron primero, e iracunda abofetea a Ichi llamándolo asesino, entre otras cosas. “Como eres ciego no puedes ver el color de la sangre, ni puedes ver mi dolor!”

Poco después de acudir a la ceremonia fúnebre por los dos yakuza que se vió obligado a matar, Ichi tiene una conversación con el líder campesino Ohara Shusui. Éste piensa que es posible vivir sin armas para evitar así muertes y violencia, pero Ichi afirma que en ocasiones portar armas y usarlas puede salvar vidas…

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