Zatoichi royaburi (a.k.a. “Zatoichi the outlaw”)
Japón, 1967
Director: Satsuo Yamamoto
Género: Chambara, Jidaigeki
Guión: Koji Matsumoto
Intérpretes: Shintaro Katsu (Zatoichi), Rentaro Mikuni (Asagoro), Ko Nishimura (Kyushiro Suga), Yuko Hamada (Shino)
Música: Sei Ikeno
Argumento
Tras participar y vencer (para gran asombro de los presentes) en un concurso de tiro con arco, Zatoichi llega a los alrededores de un pueblo donde inmediatamente se percata de que algo anómalo sucede: En primer lugar, se encuentra con un samurai que no porta espada, y que se defiende desarmado contra un nutrido grupo de atacantes. “Si en éstos tiempos los masajistas ciegos llevan espadas ocultas en sus bastones, por qué no puede haber samurais sin espadas?” inquiere el ronin, que (como se verá después) es el líder de los campesinos de la comarca. Ichi se encuentra a continuación con los alegres labradores, que cantan canciones exaltando la laboriosidad y condenando los vicios del juego y la prostitución.
Una vez en el poblado, el errante ciego hace acto de presencia en una casa de juego propiedad del jefe de la yakuza local. Inicialmente es tratado con hostilidad e incluso repelido a golpes por sus hombres, pero cuando el oyabun Tomizo se entera de que se trata nada menos que del temible espadachín Zatoichi, es recibido con todos los honores. Tomizo piensa que Ichi puede serle de utilidad. El jefe yakuza le solicita la mañana siguiente que lleve una carta al jefe Asagoro, en la vecina Kiyotaki. Una vez el masajista ha entregado la misiva, Asagoro le ruega que espere unas horas más para que prepare la respuesta. La “respuesta” resulta ser una cierta cantidad de dinero… Pues, debido a las malas cosechas del pasado año, los campesinos han decidido prescindir de las casas de juego y de los prostíbulos, haciendo así perder importantes ingresos al jefe Tomizo… Como Asagoro protege a los campesinos, y a su carismático líder el samurai “pacifista” Shusui Ohara, se ve obligado a pagar un tributo a Tomizo a modo de compensación, para evitar así entrar en una guerra.
Cuando Zatoichi se entera de que el buen jefe Asagoro está siendo extorsionado de ese modo, monta en cólera, y se propone ayudarle a proteger a los campesinos.
Mientras Ichi escolta a dos labradores por un camino, el trío es atacado por los yakuzas de Tomizo, que tratan de inmovilizar al ciego espadachín con una red. Pero Ichi se libera, y mata en combate a los agresores. De pronto aparece una joven llamada Oshino, hermana de uno de los muertos y prometida del otro. La pobre muchacha, deshecha en llanto, no presenció que fueron sus seres queridos los que atacaron primero, e iracunda abofetea a Ichi llamándolo asesino, entre otras cosas. “Como eres ciego no puedes ver el color de la sangre, ni puedes ver mi dolor!”
Poco después de acudir a la ceremonia fúnebre por los dos yakuza que se vió obligado a matar, Ichi tiene una conversación con el líder campesino Ohara Shusui. Éste piensa que es posible vivir sin armas para evitar así muertes y violencia, pero Ichi afirma que en ocasiones portar armas y usarlas puede salvar vidas…
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