El beso de la muerte – Kostas Karagiannis, 1976

Eglima sto kavouri / εγκλημα στο καβουρι (a.k.a. “Death Kiss” a.k.a. “The Rape Killer”)

Grecia, 1976

Director: Kostas Karagiannis

Guión: Thanos Leivaditis

Intérpretes: Lakis Komninos (Jim/Dimitris), Dorothy Moore (Helen/Eleni), Vagelis Seilinos (Mike), Jane Patterson (Laura)

Música: Yannis Spanos

Género: Thriller

Argumento

Jim, un capitán de barco con ínfulas de playboy, se ha casado con la millonaria Helen. Ella ignora que él sólo la quiere por su dinero. Tras inaugurar su nuevo yate, Jim y Helen celebran una fiesta en su chalet. Entre los invitados se encuentra un médico, amigo de Helen, que tuvo una relación con ella en el pasado. La presencia del doctor levanta las suspicacias de Jim, quien a su vez tiene una amante, la atractiva Laura.

Al mismo tiempo, en la región donde ellos viven, están teniendo lugar unos crímenes salvajes. Parejas que por las noches buscan intimidad en zonas campestres son atacadas por un maníaco, que se dedica a violar a las mujeres para después asesinarlas. Los medios no hablan de otra cosa y la policía está en alerta máxima.

Laura está harta de ser sólo la amante de Jim, querría que él abandonara a su mujer para casarse con ella. Pero Jim se resiste, porque todas las riquezas y propiedades del matrimonio están a nombre de Helen. Laura todavía no sabe que Jim ha trazado un maquiavélico plan para deshacerse de Helen y convertirse en heredero de su gran fortuna sin resultar sospechoso…

Pues el asesino en serie que perpetra los horrendos crímenes está en connivencia con Jim: Los dos se conocen y Jim le ha contratado para que haga desaparecer a su mujer mediante el mismo procedimiento que emplea con las otras. Así, cuando Helen se convierta en una víctima del “temido asesino en serie” nadie se figurará que Jim tuvo algo que ver; aunque él resulte ser el mayor beneficiado del crimen.

El médico, ex-pretendiente de Helen, sospecha que Jim sólo se casó con ella por motivos económicos. Durante la fiesta, el doctor ve desde el balcón cómo un coche llega a las puertas de la villa y Jim se dirige al encuentro de la persona que hay en su interior. Se trata de una mujer… su amante Laura. El médico se apunta la matrícula.

El asesino, entretanto, continúa con sus macabros crímenes. En ocasiones emplea cloroformo para abducir a sus víctimas y poder violarlas durante días en su casa. Allí, en el sótano, el psicópata tiene instalada una especie de mazmorra de las torturas, donde mantiene a las mujeres drogadas en el interior de ataúdes.

Helen, preocupada por la serie de crímenes de la que hablan los periódicos, tiene miedo de quedarse sola en casa. Jim se marcha a encontrarse con “un viejo amigo”, y va a ver a Mike, el asesino, a quien conoce de su época como marinero. Jim le presiona para que mate a su mujer esa misma semana.

Pero Mike y Jim, que han formado una alianza diabólica, no se fían el uno del otro… Además, aunque Jim ha ingeniado un plan casi perfecto, no sabe aún que Mike tiene su propio plan…

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Visitor Q – Takashi Miike, 2001

Visitor Q

Japón, 2001

Director: Takashi Miike

Guión: Itaru Era

Intérpretes: Kenichi Endo (Kiyoshi, el padre), Shungiko Uchida (Keiko, la madre), Kazushi Watanabe (El Visitante), Jun Muto (Takuya, el hijo), Fujiko (Miki, la hija), Shoko Nakahara (Asako)

Música: Koji Endo

Género: Comedia negra / drama

Argumento

Un hombre de mediana edad, cámara de video en mano, acude a una joven prostituta. Se siente indeciso, cree que no es correcto lo que está a punto de hacer. Ella le dice los precios que cobra por sus servicios y le anima a que empiece. Finalmente las bajas pasiones terminan venciendo y se acuesta con ella. No tarda en eyacular y enseguida se arrepiente… Pues resulta que la chica es su propia hija. El hombre, mientras se viste, le dice que debería dejar esa vida y concentrarse en sus estudios. Ella se burla de él y quiere cobrarle más por ser eyaculador precoz.

En una típica casa japonesa de clase media una señora está haciendo un puzzle. Su hijo adolescente aparece iracundo y comienza a azotarla porque la madre le había colocado el falso cepillo de dientes. El chico, Takuya, acostumbra a golpear a su madre cotidianamente por cualquier minucia. La pobre mujer tiene toda la espada marcada por los azotes. Takuya, por su parte, sufre el acoso de sus compañeros de colegio, quienes no sólo le pegan y humillan en la escuela: Por las tardes además se dedican a lanzar cohetes y fuegos artificiales a su habitación desde la calle.

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La casa de los relojes – Lucio Fulci, 1989

La casa nel tempo (a.k.a. “House of clocks”)

Italia, 1989

Director: Lucio Fulci

Género: Misterio, terror

Guión: Lucio Fulci, Gianfranco Clerici

Intérpretes: Keith Van Hoven (Tony), Karina Huff (Sandra/Diana), Paolo Paoloni (Vittorio/Victor), Bettine Milne (Sara)

Música: Vince Tempera

Argumento

En una suntuosa y retirada villa vive una pareja de excéntricos ancianos con su criada Maria y su tuerto jardinero Peter. El señor Victor es un apasionado coleccionista. Su mansión está repleta de relojes de todo tipo (carrillones, de arena, etc) que él cuida con mucho cariño y esmero, para que funcionen todos al unísono. Diríase que está completamente obsesionado con ellos.

Maria, el ama de llaves, intuye que los ancianos ocultan un oscuro secreto. Cierto día, en la capilla de la villa, descubre los cadáveres de una pareja. Un hombre y una mujer jóvenes yacen en sendos féretros vestidos como si acabaran de casarse y con gruesos clavos de más de un palmo de largo que atraviesan sus gargantas. Victor y su mujer Sara acuden con frecuencia a la capilla donde yacen sus sobrinos (a los que ellos mismos mataron) para acicalar y maquillar sus rostros (que ya comienzan a descomponerse). Los asesinaron porque al parecer los jóvenes conspiraron para hacerse con su dinero.

Al viejo matrimonio, el comportamiento de su criada les parece sospechoso; piensan que sabe demasiado… Cuando Maria anuncia que va a marcharse por unos días poniendo como excusa a su madre enferma, Sara la mata atravesándola con una barra de hierro. No podía arriesgar que la criada hablase sobre los misterios de la casa. Como la señora le dirá luego a su marido, ya es la tercera empleada del hogar en lo que va de año…

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La Piovra IV – Capítulo 2

La Piovra IV

(Aquí puede leerse la INTRODUCCIÓN A LA SAGA DE “LA PIOVRA”)

Italia, 1989

 Director: Luigi Perelli

Guión: Sandro Petraglia, Stefano Rulli, Francesco Marcucci

Intérpretes: Michele Placido (Comisario Corrado Cattani), Patricia Millardet (Silvia Conti), Remo Girone (Tano Cariddi), Simona Cavallari (Esther Rasi), Luigi Diberti (Ettore Salimbeni), Bruno Cremer (Antonio Espinosa), Mario Adorf (Salvatore Frolo), Marcello Tusco (Il Puparo),  Adriano Pappalardo (Santuzzu Salieri), Gianpaolo Saccarola (Salvo), Alice de Giuseppe (Greta Antinari), Claude Rich (Filippo Rasi), Franco Trevisi (Kemal Yfter), Vanessa Gravina (Lorella de Pisis)

Música: Ennio Morricone

Aquí puede leerse lo que sucedió en el capítulo anterior

Capítulo 2

Tras el soplo de Yfter, Cattani se dirige al casino del asesinado Tindari, donde está por realizarse una fraudulenta operación financiera. Está programado de antemano que un miembro de la Mafia, haciéndose pasar por cliente, gane jugando a la ruleta. El juego está amañado. Cattani acude allí haciéndose a su vez pasar por otro cliente del casino. Para acceder a la sala donde tiene lugar el juego es ayudado espontáneamente por Esther.

Tras desenmascarar el fraude, el falso jugador es arrestado. El croupier confiesa que seguía las órdenes del director del casino. Éste se encuentra en paradero desconocido, pero pronto es localizado y detenido también. Para encontrarlo han debido averiguar antes su número de teléfono, mediante la táctica de empeñar las joyas de Esther en una joyería.

Tras la redada en el casino, Salvo se da cuenta de que Yfter les ha delatado. Poco después, el abogado del turco es asesinado, embestido por un camión cuando estaba en el interior de una cabina telefónica. Cuando Cattani se entera de eso trata de ponerse en contacto con el propio Yfter, que vive en un hotel bajo nombre falso. Pero el comisario llega demasiado tarde, y encuentra a Yfter ahogado en la bañera con las manos atadas.

Entre sus papeles halla un papel donde se menciona a Frolo en conexión con Tindari y un tal “De Pisis”. Corrado acude a visitar a Frolo en la cárcel y le pregunta quién puede ser ese individuo, pero el preso no lo sabe. Sin embargo Cattani está seguro de que Frolo sabe algo que la Mafia desea impedir que salga a la luz. Tras el atentado en el hospital está convencido de que alguien quiere silenciarlo para siempre.

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La montaña sagrada – Alejandro Jodorowsky, 1973

La Montaña Sagrada (a.k.a. “The Holy Mountain”)

México/EEUU, 1973

Director: Alejandro Jodorowsky

Guión: Alejandro Jodorowsky

Intérpretes: Alejandro Jodorowsky (Alquimista), Horacio Salinas (Ladrón), Valerie Jodorowsky (Sel), Ana De Sade (Prostituta)

Música: Alejandro Jodorowsky, Ronald Frangipane, Don Cherry

Género: Fantástico/Surrealista

Argumento

Un hombre con barba y melena despierta con el rostro cubierto de moscas. Aparece un enano sin manos ni pies y a continuación el hombre se encuentra clavado a una cruz en forma de T, mientras una multitud de niños se burla de él. Pero logra bajarse y ahuyentarlos. El enano le implora clemencia y ambos se hacen amigos tras fumar lo que parece ser hachís o marihuana. Caminan a través de una ciudad mexicana, donde hay un desfile militar/procesión de despellajados carneros crucificados y donde un ejército represivo ejecuta ciudadanos desarmados ante el deleite de los turistas. De las heridas de los muertos salen volando pequeños pájaros.

Los dos llegan hasta un “circo de sapos y camaleones” que escenifica la conquista de América. Los camaleones se mueven ataviados con plumas y adornos indígenas en una plataforma llena de blancas pirámides aztecas. Se aproximan tres carabelas de las que descienden varios sapos vestidos de misioneros y guerreros españoles a la usanza del siglo XV. A continuación todo el escenario va tiñéndose de sangre y se producen explosiones que lo destruyen todo, sapos y camaleones incluídos.

El hombre (similar a Jesucristo) y su amigo el enano tullido llegan a una tienda que vende cruces y figuras religiosas. A cargo de ese negocio están unos obesos legionarios romanos, que incitan al “Cristo” a beber una botella entera de tequila para provocar que caiga sin sentido. Una vez está inconsciente, lo desnudan y usan su cuerpo para fabricar un molde – que utilizan a su vez para producir centenares de figuras de Jesucristo a tamaño natural.

Cuando el hombre despierta, tumbado entre montañas de patatas, grita desesperado al comprobar lo que han hecho con él; y a latigazos expulsa virulentamente a los “romanos” igual que Cristo a los mercaderes del templo. Después, presa de una gran furia, destruye todas las figuras que puede. Pero toma una y se la lleva, caminando con ella a través de las calles hasta llegar a una iglesia abandonada que sirve ahora como salón de baile: Sólo parejas de hombres están bailando, y uno de los dos porta siempre una máscara de gas. El principal músico de la orquesta lleva un sombrero con el símbolo del “ojo que todo lo ve” y una mujer sobre el tablado está caracterizada como diablesa.

El hombre coloca a la figura de Cristo sobre el polvoriento altar. De una Biblia salen gusanos como si se tratara de un cadáver en descomposición. Despierta a un individuo vestido de obispo, quien airado le expulsa del lugar.

De camino se ha encontrado con un grupo de prostitutas que salían de otra iglesia. Entre ellas, una niña pequeña, a la que un viejo entrega su ojo de cristal. Una de las prostitutas, acompañada de un chimpancé, se enamora del hombre similar a Jesucristo y comienza a seguirlo. Éste, al haber sido expulsado de la iglesia por el “obispo”, procede a comerse el rostro de la figura del Cristo (moldeada a partir de su propio cuerpo) que hasta el momento llevaba con él. Lo que queda del muñeco lo ata a unos globos y el maniquí se eleva así a los cielos.

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Zatoichi el fuera de la ley – Satsuo Yamamoto, 1967

Zatoichi royaburi  (a.k.a. “Zatoichi the outlaw”)

Japón, 1967

Director: Satsuo Yamamoto

Género: Chambara, Jidaigeki

Guión: Koji Matsumoto

Intérpretes: Shintaro Katsu (Zatoichi), Rentaro Mikuni (Asagoro), Ko Nishimura (Kyushiro Suga), Yuko Hamada (Shino)

Música: Sei Ikeno

Argumento

Tras participar y vencer (para gran asombro de los presentes) en un concurso de tiro con arco, Zatoichi llega a los alrededores de un pueblo donde inmediatamente se percata de que algo anómalo sucede: En primer lugar, se encuentra con un samurai que no porta espada, y que se defiende desarmado contra un nutrido grupo de atacantes. “Si en éstos tiempos los masajistas ciegos llevan espadas ocultas en sus bastones, por qué no puede haber samurais sin espadas?” inquiere el ronin, que (como se verá después) es el líder de los campesinos de la comarca. Ichi se encuentra a continuación con los alegres labradores, que cantan canciones exaltando la laboriosidad y condenando los vicios del juego y la prostitución.

Una vez en el poblado, el errante ciego hace acto de presencia en una casa de juego propiedad del jefe de la yakuza local. Inicialmente es tratado con hostilidad e incluso repelido a golpes por sus hombres, pero cuando el oyabun Tomizo se entera de que se trata nada menos que del temible espadachín Zatoichi, es recibido con todos los honores. Tomizo piensa que Ichi puede serle de utilidad. El jefe yakuza le solicita la mañana siguiente que lleve una carta al jefe Asagoro, en la vecina Kiyotaki. Una vez el masajista ha entregado la misiva, Asagoro le ruega que espere unas horas más para que prepare la respuesta. La “respuesta” resulta ser una cierta cantidad de dinero… Pues, debido a las malas cosechas del pasado año, los campesinos han decidido prescindir de las casas de juego y de los prostíbulos, haciendo así perder importantes ingresos al jefe Tomizo… Como Asagoro protege a los campesinos, y a su carismático líder el samurai “pacifista” Shusui Ohara, se ve obligado a pagar un tributo a Tomizo a modo de compensación, para evitar así entrar en una guerra.

Cuando Zatoichi se entera de que el buen jefe Asagoro está siendo extorsionado de ese modo, monta en cólera, y se propone ayudarle a proteger a los campesinos.

Mientras Ichi escolta a dos labradores por un camino, el trío es atacado por los yakuzas de Tomizo, que tratan de inmovilizar al ciego espadachín con una red. Pero Ichi se libera, y mata en combate a los agresores. De pronto aparece una joven llamada Oshino, hermana de uno de los muertos y prometida del otro. La pobre muchacha, deshecha en llanto, no presenció que fueron sus seres queridos los que atacaron primero, e iracunda abofetea a Ichi llamándolo asesino, entre otras cosas. “Como eres ciego no puedes ver el color de la sangre, ni puedes ver mi dolor!”

Poco después de acudir a la ceremonia fúnebre por los dos yakuza que se vió obligado a matar, Ichi tiene una conversación con el líder campesino Ohara Shusui. Éste piensa que es posible vivir sin armas para evitar así muertes y violencia, pero Ichi afirma que en ocasiones portar armas y usarlas puede salvar vidas…

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Las puertas del silencio – Lucio Fulci, 1991

Le porte del silenzio (a.k.a. “Door into silence”)

Italia, 1991

Director: Lucio Fulci

Género: Suspense

Guión: Lucio Fulci (como “Jerry Madison”)

Intérpretes: John Savage (Melvin Devereux), Sandy Schultz (mujer misteriosa), Jennifer Loeb (Margie)

Música: Franco Piana

Argumento

En la introducción previa a los títulos de crédito vemos un aparatoso accidente de coche. Seguidamente tiene lugar un funeral.

Melvin Devereux es el propietario de una agencia inmobiliaria que se encuentra en visita de negocios en los alrededores de Nueva Orleans. Allí aprovecha para ir al cementerio y visitar el panteón familiar. Al mismo tiempo está teniendo lugar un entierro (es el cortejo que aparece en el prólogo fílmico; el sepelio de la víctima del accidente de tráfico). Al salir del camposanto una misteriosa mulata saluda a Melvin, pero éste es incapaz de recordar de dónde la conoce.

Melvin prosigue su periplo en coche, pero el motor de su automóvil se estropea cuando está atravesando un pequeño poblado. Allí vuelve a encontrarse a la mulata, que sigue en la misma actitud enigmática de antes. Ella le recomienda un mecánico, y mientras el coche está siendo reparado van los dos a un motel. La chica parece muy interesada en él, lo que levanta las suspicacias del agente inmobiliario– sospecha que lo que a ella le interesa es su dinero. Mientras Melvin está en el cuarto de baño de la habitación del motel ella se marcha, dejando una nota escrita en el espejo con pintalabios: “No ha llegado el momento todavía”.

Cuando su automóvil vuelve a funcionar, Melvin continúa su viaje a través de las áridas carreteras. Un coche fúnebre trata de bloquearle el paso en la autopista, y casi le hace descarrilar.

Más adelante, ante un bar de carretera, Melvin ve aparcado el coche fúnebre. Al acercarse, observa el ataúd a través de la ventanilla trasera y se estremece al leer en la cinta de una de las coronas de flores que el nombre del difunto comienza por “Mel…”. No puede ver el nombre completo porque lo tapan otras flores. Entra en el bar con la intención de hablar con el chófer, comienza a beber whisky para calmar sus nervios y finalmente le pregunta al empleado de la funeraria por el nombre del muerto. “Se llamaba Melvin” le responde. Y se marcha rápidamente mientras el turbado agente inmobiliario pregunta infructuosamente por el apellido…

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El Topo – Alejandro Jodorowsky, 1970

El Topo

México, 1970

Director: Alejandro Jodorowsky

Guión: Alejandro Jodorowsky

Intérpretes: Alejandro Jodorowsky (El Topo), Brontis Jodorowsky / Robert John (Hijo), Alfonso Arau (Bandido), Mara Lorenzio (Mara), Paula Romo (Desconocida)

Música: Alejandro Jodorowsky

Género: Western surrealista

Argumento

Un pistolero vestido de cuero negro atraviesa el desierto junto a su hijo pequeño. El misterioso individuo, conocido como “El Topo”, descabalga y hace que el niño completamente desnudo entierre en la arena un peluche y la fotografía de una mujer: “Ahora tienes siete años y ya eres un hombre. Entierra tu primer juguete y el retrato de tu madre”.

Padre e hijo continúan a lomos de su caballo hasta llegar a un pueblo abandonado donde ha tenido lugar una masacre. Charcos de sangre por doquier, cadáveres putrefactos, animales destripados… En el interior de una saqueada iglesia penden multitud de hombres ahorcados.

Se encuentran a un moribundo y el Topo le pregunta quién cometió esa atroz carnicería. El agonizante le ruega que le mate, pues no puede soportar el sufrimiento. El Topo le entrega la pistola a su hijo y es éste quien dispara el tiro de gracia. Tras ello, el Topo se coloca unos extravagantes anillos en los dedos.

No lejos de allí tienen su escondrijo un grupo de bandidos mexicanos fetichistas. Uno se deleita acariciando unos zapatos de mujer (a los que luego dispara con su revólver para practicar su puntería), otro corta un plátano a rodajas con su sable para despues comerse los pedazos, y el tercero delinea en el rocoso suelo la figura de una mujer usando piedrecitas para a continuación tumbarse sobre ella en actitud coital…

Los bandidos ven llegar al Topo y salen a su encuentro con burlesca algarabía. Cerca de ellos hay un rebaño de ovejas balando. Uno de los forajidos infla un globo, el cual coloca en el suelo. El aire va saliendo por un diminuto agujero, y todos entienden que cuando el globo se desinfle llegará el momento de desenfundar y disparar. El Topo es el más rápido y elimina a dos de sus oponentes. El tercero, que estaba en el centro, es desarmado, herido y cuestionado acerca del lugar donde se encuentra el resto de la banda y su líder. Cuando recibe la información que necesitaba, el Topo ultima al forajido y le mete al muerto sus anillos en la boca.

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Santo y Mantequilla Nápoles en la venganza de la Llorona – Miguel M. Delgado, 1974

Santo y Mantequilla Nápoles en la venganza de la Llorona

México, 1974

Director: Miguel M. Delgado

Guión: Francisco Cavazos

Intérpretes: El Santo (él mismo), José «Mantequilla» Nápoles (él mismo), Kikis Herrera (La Llorona), Ana Lilia Tovar (Lilia), Sonia Cavazos (Sonia), René Cardona (Severo Segovia)

Música: Gustavo César Carrión

Género: Luchadores, acción, terror

Hoy, 5 de febrero, se cumplen 33 años de la muerte del  luchador Rodolfo Guzmán Huerta (1917-1984), más conocido como el Santo; protagonista de una cincuentena de películas e icono cultural mexicano.

Argumento

El Santo, célebre luchador enmascarado de la lucha libre mexicana, combate en el ring contra su adversario El Dragón. Muchos telespectadores le contemplan, entre ellos dos embelesadas jóvenes admiradoras. Desde otro lugar, también siguen la transmisión de la pelea un torvo individuo tuerto con sus siniestros esbirros. Éstos planean hacer fracasar al Santo en su próxima misión…

Tras la pelea, el famoso luchador está citado con el profesor Esteban Lira; quien desea proponerle  un trabajo: Se trata de abrir un sepulcro de la época de la Nueva España perteneciente a una aristócrata del siglo XVII llamada Eugenia Esparza, para quitarle al cadáver su medallón; joya que conduce a un tesoro de 100.000 doblones de oro. Inicialmente el Santo rechaza con vehemencia la propuesta, pues le repele la idea de profanar y desvalijar una tumba. Pero cuando el profesor Lira insiste en que el dinero se destinará a causas benéficas como orfanatos y hospitales infantiles, el enmascarado luchador acepta colaborar.

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Zatoichi y el condenado – Kazuo Mori, 1965

Zatoichi sakate giri  (a.k.a. “Zatoichi and the doomed man”)

Japón, 1965

Director: Kazuo Mori

Género: Chambara, Jidaigeki

Guión: Shozaburo Asai

Intérpretes: Shintaro Katsu (Zatoichi), Kanbi Fujiyama (Hyakutaro)

Música: Seitaro Omori

Argumento

Ichi ha sido arrestado por su participación en operaciones clandestinas de juegos de azar. Condenado a recibir un centenar de latigazos, mientras le azotan recuerda lo que la noche anterior le contó su compañero de calabozo: A él le van a soltar después de aplicarle el castigo, pero el desventurado Shimazo ha sido condenado a muerte por un crimen que – tal y como asegura – no cometió. Shimazo ruega a Zatoichi  que una vez le pongan en libertad vaya a la ciudad de Oarai para explicar su situación a dos influyentes amigos suyos: Senpachi y Jubei. Éstos dos habrán de testificar a su favor para aclarar el malentendido judicial que ha llevado a Shimazo al “corredor de la muerte”. También le pide que informe a sus familiares.

Tras recibir los latigazos, Ichi es soltado y prosigue su camino. Está indeciso acerca de ir o no a esa ciudad que Shimazo le indicó para ponerse en contacto con esos dos individuos. Finalmente decide ignorar el ruego de su compañero de celda: “Tengo que pensar también en mis propios intereses” y toma un trayecto diverso.

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