Las puertas del silencio – Lucio Fulci, 1991

Le porte del silenzio (a.k.a. “Door into silence”)

Italia, 1991

Director: Lucio Fulci

Género: Suspense

Guión: Lucio Fulci (como “Jerry Madison”)

Intérpretes: John Savage (Melvin Devereux), Sandy Schultz (mujer misteriosa), Jennifer Loeb (Margie)

Música: Franco Piana

Argumento

En la introducción previa a los títulos de crédito vemos un aparatoso accidente de coche. Seguidamente tiene lugar un funeral.

Melvin Devereux es el propietario de una agencia inmobiliaria que se encuentra en visita de negocios en los alrededores de Nueva Orleans. Allí aprovecha para ir al cementerio y visitar el panteón familiar. Al mismo tiempo está teniendo lugar un entierro (es el cortejo que aparece en el prólogo fílmico; el sepelio de la víctima del accidente de tráfico). Al salir del camposanto una misteriosa mulata saluda a Melvin, pero éste es incapaz de recordar de dónde la conoce.

Melvin prosigue su periplo en coche, pero el motor de su automóvil se estropea cuando está atravesando un pequeño poblado. Allí vuelve a encontrarse a la mulata, que sigue en la misma actitud enigmática de antes. Ella le recomienda un mecánico, y mientras el coche está siendo reparado van los dos a un motel. La chica parece muy interesada en él, lo que levanta las suspicacias del agente inmobiliario– sospecha que lo que a ella le interesa es su dinero. Mientras Melvin está en el cuarto de baño de la habitación del motel ella se marcha, dejando una nota escrita en el espejo con pintalabios: “No ha llegado el momento todavía”.

Cuando su automóvil vuelve a funcionar, Melvin continúa su viaje a través de las áridas carreteras. Un coche fúnebre trata de bloquearle el paso en la autopista, y casi le hace descarrilar.

Más adelante, ante un bar de carretera, Melvin ve aparcado el coche fúnebre. Al acercarse, observa el ataúd a través de la ventanilla trasera y se estremece al leer en la cinta de una de las coronas de flores que el nombre del difunto comienza por “Mel…”. No puede ver el nombre completo porque lo tapan otras flores. Entra en el bar con la intención de hablar con el chófer, comienza a beber whisky para calmar sus nervios y finalmente le pregunta al empleado de la funeraria por el nombre del muerto. “Se llamaba Melvin” le responde. Y se marcha rápidamente mientras el turbado agente inmobiliario pregunta infructuosamente por el apellido…

Melvin olvida sus negocios y se dedica a partir de ese momento a seguir al coche fúnebre para tratar de esclarecer el extraño incidente.

En otra ocasión, encontrando el vehículo funerario aparcado, abre la puerta trasera y puede comprobar con horror que el nombre del muerto es el suyo: Melvin Devereux. De inmediato consulta un listín telefónico, y su pavor aumenta al ver que el único Melvin Deveraux de toda la ciudad es él.

Se dirige a las pompas fúnebres y su asombro crece cuando ve quién trabaja allí: La secretaria que le recibe es la misteriosa mulata que se ha encontrado antes. Ella reacciona como si no le hubiera visto nunca…

Comentario

Última película de Lucio Fulci que trata de una manera diferente su tema predilecto – el de la muerte. Aquí no veremos zombies, ni sangre, ni cuerpos en putrefacción. Todo es mucho más sutil y con un halo de misterio; el suspense y el terror metafísico son los componentes más importante. Si en la recientemente reseñada “Voci dal profondo” (penúltima de Fulci, rodada poco antes de ésta) la trama se intercala con los sueños y pesadillas de los personajes, penetrando en sus planos oníricos, aquí nos encontramos con varias realidades paralelas o superpuestas. El protagonista, Melvin, comienza a adentrarse en un abismo de locura, percatándose poco a poco de que está muerto. Él ha sido la víctima del accidente de tráfico, él está siendo enterrado en las escenas iniciales – pero todavía no lo sabe. Tienen lugar dislocaciones temporales que por momentos aumentan la confusión – tanto la del protagonista como la del espectador.

La primera mitad del film resulta en muchos momentos sumamente tediosa (el largo viaje de Melvin por la carretera sin que tengamos muy claro cuál es su objetivo), pero el aburrimiento va transformándose en intriga a partir de la aparición del coche fúnebre. Lo que comienza como una insulsa road-movie sin demasiado sentido va adentrándose en el género del terror psicológico.

No es ni mucho menos de las mejores de Fulci, pero debido a su carácter atípico resalta en su filmografía. Aún así considero otras dos películas suyas sumamente infravaloradas como “Voci dal profondo” o “Aenigma” más interesantes que ésta su obra final – rodada íntegramente en Louisiana, EEUU, y con actores norteamericanos.

La banda sonora, compuesta por un tal Franco Piana, flojea bastante. Un buen acompañamiento musical siempre es de vital importancia para la atmósfera adecuada – Sobre todo en una película de terror y misterio.

FHP, enero de 2016

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