Kwaidan – Masaki Kobayashi, 1964

Kwaidan

Japón, 1964

Director: Masaki Kobayashi

Género: Terror, fantasía, jidaigeki

Guión: Yoko Mizuki (basado en novela de Lafcadio Hearn)

Intérpretes: Michiyo Aratama, Misako Watanabe, Rentaro Mikuni, Tatsuya Nakadai, Tetsuro Tanba

Música: Toru Takemitsu

Argumento

La película está estructurada a base de cuatro capítulos no conectados entre ellos, ambientados todos en el antiguo Japón.

El cabello negro” – Un samurai muy pobre abandona a su mujer y se marcha de Kyoto en busca de fortuna. En otra comarca se vuelve a casar con la hija de un influyente aristócrata. Pero pronto el nuevo matrimonio demostrará ser un fiasco. Pese a estar ahora rodeado de riquezas, el samurai se cansa de su esposa rica, una joven caprichosa e insoportable. Recuerda con nostalgia a su primera mujer, siempre dulce y comprensiva. Transcurridos un par de años, y arrepentido de su primer divorcio, decide regresar a Kyoto para volver junto a su amada, a la que lamenta haber abandonado. Una vez allí se encuentra con la casa común en estado de ruina. Sin embargo ve a su anterior mujer en una de las estancias; sigue siendo tal y como la recordaba, con su larga melena negra. Ella no le guarda rencor, y exprime su deseo de mantenerse de nuevo unidos “aunque sólo sea por un momento”. Extrañado ante esas enigmáticas palabras, él asegura que ya nada volverá a separarlos. Pero al despertar a la mañana siguiente se encuentra con una desagradable sorpresa…

La dama de la nieve” – Dos leñadores, un viejo y su aprendiz, trabajan en el bosque cuando una tormenta de nieve les obliga a buscar refugio en una casa de madera. Allí, el joven Minokichi ve como una etérea y espectral mujer vestida de blanco se inclina sobre su maestro y parece estar sorbiéndole sus energías vitales. A continuación la misteriosa criatura se aproxima a Minokichi y le dice que está dispuesta a perdonarle a causa de su juventud; con la condición de que nunca hable con nadie de lo sucedido aquella noche. Tras ese suceso, Minokichi pasa algún tiempo enfermo y trata de olvidar el encuentro con la vampírica dama de las nieves. A nadie cuenta lo que vió, tampoco a su madre. Nadie en el poblado se explica cómo el congelado cadáver de su anciano maestro perdió toda su sangre sin tener en el cuerpo una sola herida. El tiempo va transcurriendo y Minokichi vuelve a su tarea como leñador. Una tarde, cuando regresa a su casa, se encuentra en el camino a una chica llamada Yuki, que se dirige a Edo en busca de trabajo. No tiene familia y está sola en el mundo. A Minokichi la atractiva joven le recuerda a alguien… La invita a hospedarse en su casa, y pronto ella se convierte en su mujer. Diez años después viven felizmente casados y con tres hijos. Las mujeres del pueblo cuchichean a las espaldas de Yuki, ya que por algún motivo ésta nunca envejece, siempre tiene el mismo aspecto; pese a haber alumbrado tres hijos. Una noche, observando atentamente a su esposa, retorna a la memoria de Minokichi el acontecimiento sucedido la noche de la tormenta de nieve…

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Veneno para las hadas – Carlos Enrique Taboada, 1984

Veneno para las hadas

México, 1984

Director: Carlos Enrique Taboada

Guión: Carlos Enrique Taboada

Intérpretes: Ana Patricia Rojo (Verónica), Elsa María Gutiérrez (Flavia)

Música: Carlos Jiménez Mabarak

Género: Fantasía, terror

Argumento

Verónica es una niña de unos 10 años que vive en la mansión de su abuela, junto a ésta y una criada. Sus padres murieron en un accidente siendo ella muy pequeña. Carmen, la empleada doméstica, le lee cada noche cuentos de brujas y fantasmas. La niña comienza a fascinarse con lo macabro, y en su fecunda imaginación se ve convertida en una poderosa hechicera.

A la clase de Verónica llega una alumna nueva, Flavia. “Ese es un nombre de araña“ le dice Verónica a su recién llegada compañera de pupitre, “mi araña se llama así”. Cuando Flavia se muestra muy sorprendida de que la otra niña tenga una araña, Verónica repone con aire misterioso que la necesita “para sus encantamientos”. Y afirma ser en realidad una bruja.

Flavia pertenece a una familia no creyente y de clase alta. Sus padres son ricos burgueses racionalistas, y ella se ha criado como atea (Flavia: “¿Por qué otras niñas rezan cuando van a acostarse?” Madre: “Porque tienen miedo. Pero tú no.”). Por ello, cualquier tipo de espiritualidad siempre ha sido descartada en su casa como “supersticiones”. El conocer a la misteriosa Verónica despierta en Flavia una gran curiosidad hacia lo paranormal. A partir de ese momento la niña se siente atraída por todo aquello que no puede ser explicado por la ciencia empírica y materialista que preconiza su padre.

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