Prisionera Escorpión 701: Canción de venganza – Yasuharu Hasebe, 1973

Prisionera Escorpión 701: Canción de venganza (V.O. Joshū Sasori – 701 Gō Urami Bushi, a.k.a. “Female Prisoner Scorpion: #701’s Grudge Song”)

Japón, 1973

Director: Yasuharu Hasebe

Género: “pinky violence”, pinku eiga, w.i.p.

Guión: Tooru Shinohara

Intérpretes: Meiko Kaji (Nami Matsushima alias “Sasori”), Masakazu Tamura (Yasuo Kudo), Yumi Kanei (Kinuyo Kodama), Yayoi Watanabe (Midori)

Música: Hajime Kaburagi

Argumento

Nami Matsushima, conocida como “Sasori” (“la Mujer Escorpión”), se halla de nuevo en busca y captura. Es localizada por el inspector Kodama en una iglesia, y los agentes proceden a detenerla durante una boda. Pero, de nuevo, la audaz fugitiva logra escapar.

Yasuo Kudo trabaja controlando la iluminación en un club de alterne. Es un joven melancólico, con aire ausente y depresivo. Ignora los avances de una de las chicas que bailan en el local. Cierta noche, Kudo encuentra en los baños un rastro de sangre. Una mujer malherida intenta ocultarse allí: Se trata de Sasori.

Kudo se da cuenta de que la joven es perseguida por las autoridades y decide ayudarla. Él mismo, en el pasado, tuvo problemas con la policía debido a su militancia política – Era un agitador comunista. Sasori es llevada por Kudo a una destartalada casa que le servía de refugio en sus tiempos de activista. Él recuerda las torturas a las que le sometió la policía, y a consecuencia de las cuales tiene el cuerpo repleto de cicatrices. Por ello, se solidariza con la perseguida; independientemente de los crímenes que se le atribuyan.

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Prisionera Escorpión: La guarida de la bestia – Shunya Ito, 1973

Prisionera Escorpión: La guarida de la bestia (V.O. Joshū Sasori – Kemono Beya, a.k.a. “Female Convict Scorpion: Den of the Beast”)

Japón, 1973

Director: Shunya Ito

Género: “pinky violence”, pinku eiga, w.i.p.

Guión: Hiro Matsuda, Tooru Shinohara

Intérpretes: Meiko Kaji (Nami Matsushima alias “Sasori”), Mikio Narita (Detective Kondo), Yayoi Watanabe (Yuki Nakagawa)

Música: Shunsuke Kikuchi

Argumento

Nami Matsushima, alias “Sasori” (Escorpión), está en busca y captura. Centenares de carteles con su fotografía cuelgan en las calles. Viajando en el metro es reconocida por Kondo, un policía. El agente procede a arrestarla, pero Sasori está armada con un gran cuchillo y opone resistencia. Kondo consigue esposarla, pero en la siguiente parada ella sale del vagón de forma que el brazo del detective queda atrapado por la puerta automática. Sasori le cercena el brazo con su cuchillo al perseguidor, y escapa.

Yuki es una joven prostituta que vive con su hermano deficiente. Ambos tienen relaciones incestuosas. Una noche, cuando Yuki ha terminado con un cliente en un cementerio, ve algo entre las tumbas que la sobresalta: Una mujer esposada a un brazo cortado, del que está intentando deshacerse. Se trata de la fugitiva Sasori.

Yuki decide llevar a Sasori a su casa, y ocultarla allí. La prófuga es atacada mientras duerme por el hermano, y cuando Sasori lo amenaza con su cuchillo Yuki interviene diciendo que el pobre muchacho no es responsable de sus actos. Tras un accidente quedó retrasado mental, y es para aplacarlo que ella se le entrega. Yuki resulta estar embarazada, probablemente de su propio hermano. Sasori comienza a trabajar en un taller de costura.

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Prisionera Escorpión: Celda 41 – Shunya Ito, 1972

Prisionera Escorpión: Celda 41 (V.O. Joshū Sasori – Dai 41 Zakkyobō, a.k.a. “Female Convict Scorpion: Jailhouse 41”)

Japón, 1972

Director: Shunya Ito

Género: “pinky violence”, pinku eiga, w.i.p.

Guión: Fumio Konami, Hiro Matsuda, Tooru Shinohara

Intérpretes: Meiko Kaji (Nami Matsushima alias “Sasori”), Fumio Watanabe (Inspector Goda), Yukie Kagawa (Tomiko Yasuki)

Música: Shunsuke Kikuchi

Argumento

Nami Matsushima, conocida como “Sasori” (Escorpión) a causa de su peligrosidad, languidece confinada en una lúgubre y húmeda mazmorra, la celda 41. Desde que ha sido aislada de las demás presas no ha habido más rebeliones en la cárcel. El alcaide Goda ha sido ascendido a un alto cargo en el ministerio y le queda poco tiempo como director del centro penitenciario. Goda no le perdona a Sasori ser la causante de que se quedara tuerto. Por eso y otros motivos pretende que “Matsu” quede recluída en esa celda a perpetuidad, cargada de cadenas. Pero ello en teoría es ilegal, y como un inspector está por visitar la prisión y ha de pasar revista a las internas, Goda debe sacar a Sasori junto a las demás.

Eso termina desencadenando nuevos problemas: En el patio de la cárcel, en presencia del inspector, Sasori ataca a Goda y provoca un motín. Pues animadas por ello, las otras reclusas se abalanzan sobre el inspector extendiéndose así el caos. En represalia, todas son condenadas a trabajos forzados en unas minas. Las mujeres arrastran allí pesadas rocas. Sasori debe sufrir el castigo suplementario de estar crucificada a un árbol.

Antes de retirarse como director de la cárcel, Goda pretende humillar a Sasori de tal manera que sus compañeras de cautiverio no la vean como un ídolo – pues la resistencia de la “Escorpión” podría inspirar nuevos desórdenes. Sasori es víctima de una violación grupal, ordenada por el jefe de los carceleros. Después, en el furgón que transporta a las presas de vuelta al penal, las otras reclusas le pegan una brutal paliza; pues la consideran responsable de las duras condiciones que todas padecen. Creyendo que Sasori ha muerto, los guardias frenan el vehículo para deshacerse del cadáver. Pero en realidad ella está viva, y ataca con furia a los vigilantes cuando se acercan a ella. De ese modo, Sasori y las otras seis que iban a bordo del furgón logran escapar – tras asesinar ferozmente a los guardias.

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Prisionera número 701: Escorpión – Shunya Ito, 1972

Prisionera número 701: Escorpión (V.O. Joshū 701- gō: Sasori, a.k.a. “Female prisoner 701: Scorpion”)

Japón, 1972

Director: Shunya Ito

Género: “pinky violence”, pinku eiga, w.i.p.

Guión: Fumio Konami, Hiro Matsuda, Tooru Shinohara

Intérpretes: Meiko Kaji (Nami Matsushima alias «Sasori»), Rie Yokoyama (Katagiri), Yumiko Katayama (Kito)

Música: Shunsuke Kikuchi

Argumento

Durante la ceremonia de entrega de un diploma al director de una cárcel femenina, dos presas aprovechan para escaparse. Se trata de Nami y Yuki. No llegan lejos, pues son alcanzadas por los guardias en unas cañadas de las inmediaciones. Las dos son encerradas en sendas celdas de aislamiento, separadas por una gruesa pared de piedra. Están atadas de pies y manos, pero son capaces de comunicarse a base de cabezazos en la pared.

Guardianes de ambos sexos disfrutan humillándolas. En esa situación, Nami Matsushima (conocida en la cárcel como „Matsu“) empieza a recordar lo que la trajo allí. Tres años atrás estuvo perdidamente enamorada de Sugimi, un policía del departamento de antinarcóticos. Sugimi le pidió a Nami que acudiera a un local de la Yakuza para recabar información. Los gangsters la descubrieron como infiltrada, y cuando la estaban violando irrumpió Sugimi para arrestarlos. Al policía no le importaba poner en riesgo a Nami, sólo pensaba en su ascenso. Cuando ella se dió cuenta de que había sido vilmente utilizada, que ella no significaba nada para él, decidió vengarse: Atacó a Sugimi cuchillo en mano. Pero fue rápidamente reducida por otros agentes y enviada a prisión por intento de asesinato. Allí se convertiría en el “número 701” – pues cada interna es sólo un número para los guardas.

Nami demuestra ser una mujer resistente, capaz de aguantar con estoicismo las más salvajes torturas. Y además consigue darle alguna que otra lección a quienes la vejan. Por ejemplo, a una de las carceleras que le trae la comida a la celda de aislamiento consigue volcarle por encima el cubo de sopa hirviendo. Durante una reyerta consigue que una presa que la estaba persiguiendo clave un trozo de cristal en uno de los ojos del director del centro penitenciario. Su tenacidad y su silencio (se niega a confesar) irritan a los guardias, que le inflingen castigos cada vez más duros. Pero no sólo a ella: también las demás presas pagan las consecuencias. Tras el intento de fuga, las raciones de comida se reducen drásticamente para todas. Además las mujeres son condenadas a realizar trabajos forzados: Deben cavar agujeros durante todo el día para después volverlos a tapar. Poco a poco las presas comienzan a ver a Nami con recelo, pues la hacen responsable de que las condiciones hayan empeorado.

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Lady Snowblood – Toshiya Fujita, 1973

Lady Snowblood (V.O. Shurayuki-hime)

Japón, 1973

Director: Toshiya Fujita

Género: Jidaigeki, chanbara

Guión: Kazuo Kamimura, Norio Osada, Kazuo Koike

Intérpretes: Meiko Kaji (Yuki Kashima), Toshio Kurosawa (Ryurei Ashio)

Música: Masaaki Hirao

Argumento

Japón, 1873. Pocos años tras el fin del shogunato Tokugawa, las nuevas autoridades aún no han logrado restablecer el orden el país. Siguiendo el modelo occidental, el gobierno Meiji impone el servicio militar obligatorio, lo que en la provincia de Koichi provoca una rebelión de los campesinos. Una banda de criminales compuesta por cuatro individuos sin escrúpulos busca instrumentalizar la revuelta en provecho propio. Ellos instigan a los lugareños contra las autoridades, prometiéndoles que les librarán del servicio militar a cambio de cuota de dinero – lo que en realidad se trata de extorsión.

El grupo de malhechores está compuesto por Gishiro Tsukamoto, Shokei Tokuichi, Banzo Takemura y la mujer Okono Kitahama. Por aquellos días de gran inestabilidad, se dirige a Koichi un nuevo maestro de escuela, con su mujer Sayo y su hijo de unos 10 años. La familia es emboscada por los cuatro bandidos. Considerando al hombre un agente del gobierno a causa de su traje blanco, lo asesinan brutalmente. También matan al niño. Tokuichi se queda para sí a la viuda Sayo. Ésta finge convertirse de buen grado en la amante del criminal, pero llegado el momento oportuno lo apuñala a modo de revancha. Sayo termina en una cárcel de mujeres, y allí comienza a planear una venganza contra los otros tres asesinos – Una venganza que seguramente no podrá cumplir ella misma, pero que sí deberá ser completada por alguien de su propia sangre…

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