La espía se desnuda – Fernando Di Leo, 1975

La espía se desnuda ( V.O. Colpo in canna, a.k.a. “Loaded Gun”)

Italia, 1975

Director: Fernando Di Leo

Género: polizziesco, comedia

Guión: Fernando Di Leo

Intérpretes: Ursula Andress (Nora Green), Woody Strode (Silvera), Marc Porel (Manuel)

Música: Luis E. Bacalov

Argumento

Nora Green trabaja como azafata en una compañía aérea. Uno de los vuelos en los que viaja la lleva hasta la ciudad de Nápoles. Nada más llegar al aeropuerto se despide del resto de la tripulación y se dispone a cumplir un encargo: Un pasajero le había pedido que entregara una carta a un tal Silvera. Éste tiene sus oficinas en un circo. Nora llega hasta allí y se presenta ante Silvera y sus hombres, individuos patibularios y de hosco aspecto gangsteril. Silvera, el jefe del grupo, es un enorme mulato con cara de pocos amigos. Cuando Nora le entrega la carta, hace amago de marcharse, pero los miembros de la banda la retienen. La misiva contenía una amenaza de muerte de un rival de Silvera conocido como “el Americano”. Éste le informa de su intención de tomar el control de sus negocios en Nápoles.

Silvera  y sus hombres sospechan que el Americano es uno de los pasajeros que llegó en el mismo vuelo que Nora, y que fue él quien le dió personalmente la carta a la azafata. Así, los gangsters la interrogan pero sólo consiguen que Nora les haga una descripción muy vaga del individuo. Deciden dejarla marchar a su hotel, pero la seguirán en todo momento, convencidos de que ella les llevará hasta el Americano. (Pues deben neutralizar al potencial enemigo y ninguno de ellos sabe cómo es porque nadie lo ha visto hasta el momento).

Cuando está saliendo del circo, Nora se desvanece (pues ha sido zarandeada y maltratada por los delincuentes). Un baboso pervertido que trabaja en el circo trata de abusar de ella mientras está inconsciente, pero un joven la salva y se la lleva a su casa. Se trata del trapecista Manuel, una de las estrellas del circo. Los hombres de Silvera, que siempre están vigilando, los siguen en coche.

Nora, muy ligerita de cascos, no tarda en insinuársele voluptuosamente al galante acróbata. Éste insiste en que es necesario notificar lo sucedido a la policía, y los dos se dirigen a la comisaría (siempre con la gente de Silvera al acecho). Allí le exponen el confuso caso al comisario Calogero, un individuo sin muchas ganas de trabajar que les dice que poco puede hacer por ellos…

La situación se complica cada vez más para la pobre azafata. Además de Silvera y el Americano hay otro candidato a convertirse en el “rey del crimen” de Nápoles; un camorrista conocido como Don Calò. Éste pretende que sus adversarios se destruyan mutuamente y manifiesta su intención de no intervenir. Los tres jefes, entre ellos el misterioso Americano a quien nadie conoce, están pendientes de la curvilínea rubia, que sin quererlo y por azar se ha visto implicada en sus tejemanejes y en sus luchas por el poder.

Más adelante, Nora y su protector acuden al espectáculo de Rosy, una payasa monologuista amiga de Manuel que siempre “lo sabe todo sobre todos”. Según sus propias declaraciones, ha sido amante de Silvera y luego de Don Calò (también del playboy Manuel, por cierto), conoce los secretos del uno y del otro (Gente que sabe tanto no suele durar demasiado en el mundillo del hampa). Los tres aspiran a hacerse con el control absoluto del lucrativo negocio de las drogas.

Rosy le dice a Nora que su vida corre peligro. Pero la azafata, en lugar de amilanarse, flirtea con todos los que la siguen; con los hombres de Silvera, con los de Calò, con la policía…

Comentario

Antes de visionar éste film ya estaba prevenido de antemano de que no se trataba de una película “seria” como el resto de la filmografía de Fernando Di Leo, sino de un polizziesco cómico, paródico, parecido en su estilo a los protagonizados por Bud Spencer y Terence Hill o por Tomas Milian interpretando a su popular personaje del “Monezza”.

Con situaciones de enredos, chistes fáciles, ramalazos de “comedia sexy all´italiana”, persecuciones automovilísticas y grandes dosis de slapstick, “Colpo in canna” entretiene pero no deja huella. Es sin duda la más floja de las nueve películas de Di Leo que he tenido la oportunidad de ver hasta el momento, pero ello no significa que sea mala; pues el listón está muy alto: La mayoría de las propuestas de Di Leo (Desde “Milano Calibro 9” hasta “Avere vent´anni”) son auténticas obras maestras.

Ursula Andress, ya madurita aunque todavía de buen ver (rozaba la cuarentena en el momento del rodaje), interpreta a la azafata Nora. Como muchos de los personajes femeninos de Di Leo encarna al arquetipo de femme fatale, a la mujer “emancipada y segura de sí misma” aunque sin perder un ápice de femeneidad; que carece de tapujos en el sexo y a la que le gusta usar a los hombres a su antojo… En ese sentido, el personaje de Nora es análogo al que interpreta Lilli Carati en “Avere vent´anni” (1978) o al de Paola (Lorraine De Selle) en “Vacanze per un massacro” (1980).

Mito erótico de finales de los cincuenta y principio de los sesenta, la suiza Ursula Andress también se desenvolvió como actriz en otras películas italianas como “La montagna del dio cannibale” (Sergio Martino, 1978)

El afroamericano Woody Strode encarna al gangster mulato Silvera. Strode llegó al mundo del cine procedente del atletismo (de forma similar a los culturistas Steve Reeves o Reg Park), y participó como secundario en célebres películas como “Spartacus” (Stanley Kubrick, 1960) o “Hasta que llegó su hora” (Sergio Leone, 1968).

Por su parte, el comisario (personaje que siempre tiene que existir en un polizziesco, aunque sea humorístico) está interpretado por el famoso cómico italiano Lino Banfi. Es muy curioso para el espectador español constatar la enorme similitud entre su personaje, el comisario Calogero, y el excéntrico humorista malagueño Chiquito de la Calzada (en el aspecto físico y la apariencia general), quien no se haría famoso hasta 20 años después de éste film.

La banda sonora fue compuesta por el argentino Luis Enríquez Bacalov, colaborador habitual de Di Leo y autor de la excepcional música de “Milano Calibro 9” (reciclada más adelante para otras películas posteriores del mismo director).

FHP, 2015

 

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