Diabólica malicia – J. Kelley/A. Bianchi, 1972

Diabólica malicia

UK/Italia/España, 1972

Director: James Kelley, Andrea Bianchi

Guión: Trevor Preston, Andrea Bianchi, Erich Kröhnke, Bautista Lacasa Nebot

Intérpretes: Mark Lester (Marcus), Britt Ekland (Elise), Hardy Krüger (Paul), Lilli Palmer (Dr. Viorne)

Música: Stelvio Cipriani

Género: Suspense

Argumento

La atractiva Elise se acaba de casar con Paul, un viudo millonario. Éste es un célebre escritor inglés dueño de una finca en España. Allí llega Elise encontrándose por sorpresa con Marcus, el hijo preadolescente de Paul con su primera esposa. La madre del chico murió un par de años antes, supuestamente de un ataque al corazón mientras se estaba bañando.

Se supone que Marcus debería estar en su internado, pues faltan aún algunas semanas hasta las vacaciones. El muchacho, de 12 años, le explica a su joven madrastra que cancelaron las clases porque en el colegio se extendió un brote de viruela. Elise nota que el hijo de su marido es un chico muy diferente a los demás, solitario y con una inteligencia muy desarrollada.

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Trágica ceremonia en villa Alexander – Riccardo Freda, 1972

Trágica ceremonia en villa Alexander (V.O. Estratto dagli archivi segreti della polizia di una capitale europea, a.k.a. “Tragic ceremony”)

Italia, 1972

Director: Riccardo Freda

Guión: Mario Bianchi, José Gutiérrez Maeso, Leonardo Martín

Intérpretes: Camille Keaton (Jane), Tony Isbert (Bill), Máximo Valverde (Joe), Luigi Pistilli (Lord Alexander), Luciana Paluzzi (Lady Alexander)

Música: Stelvio Cipriani

Género: Misterio, terror

Argumento

Un grupo de amigos compuesto por tres chicos y una chica navegan en un velero y acampan una vez llegados a la costa. Fred, Joe, Bill y Jane son jóvenes trotamundos hippys de familias acomodadas. Tanto Bill como Joe parecen estar interesados en lograr los favores de la común amiga Jane. Fred, por otro lado, prefiere dedicarse a tocar melodías en la guitarra que siempre porta consigo.

Bill le regala a Jane un collar de perlas. En un flashback vemos que ya le había previamente regalado ese mismo collar a su madre. Pero tras contarle a ella en aquel momento que, según el anticuario al que compró el collar pesaba sobre éste una leyenda demoníaca, la supersticiosa madre prefirió no llevarlo puesto, guardándolo en un cajón. Nada más colocarse el collar, Jane tiene una fugaz visión en la que ve a Bill como un zombie.

Al día siguiente continúan su viaje en una especie de todoterreno descapotable. Pero pronto, el vehículo se queda sin gasolina. Los jóvenes llegan a una estación de servicio en medio del bosque, donde sale a su encuentro un anciano que los escruta con recelo. El viejo empleado se niega a llenarles el depósito porque los amigos no llevan dinero en efectivo ni documentos de identidad; pero finalmente, ablandado por la belleza de Jane, accede a proporcionarles la suficiente gasolina para que puedan llegar a la localidad más cercana.

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La policía pide ayuda – Massimo Dallamano, 1974

La polizia chiede aiuto

Italia, 1974

Director: Massimo Dallamano

Género: Polizziesco, giallo

Guión: Massimo Dallamano, Ettore Sanzò (basándose en una novela de Peter McCurtin)

Intérpretes: Giovanna Ralli (juez Vittoria Stori), Claudio Cassinelli (Inspector Silvestri), Mario Adorf (Inspector Valentini), Farley Granger (Polvesi), Sherri Buchannan (Silvia)

Música: Stelvio Cipriani

Argumento

En el pequeño ático de un edificio, la policía encuentra el cadáver de una muchacha ahorcada. La chica cuelga desnuda. El comisario Valentini ha llegado hasta allí tras recibir una llamada anónima. Por el momento se desconoce la identidad de la adolescente y todo apunta a un suicidio. La autopsia determina que la joven mantuvo relaciones sexuales poco antes de su muerte.

La juez Vittoria Stori recibe el encargo de dirigir las investigaciones. Las autoridades consiguen desvelar la identidad de la chica: Se trata de Silvia Polvese. La quinceañera, de buena familia, acudía a un exclusivo colegio de monjas. En el momento de la tragedia, sus padres se hallaban ausentes en África, donde tenían negocios. La criada explica que Silvia había cambiado mucho en los últimos meses, y que se comportaba de manera extraña; siempre llevaba consigo una pequeña hoja de afeitar para cortarse las venas “en caso de emergencia”.

Las pesquisas policiales son delegadas al inspector Silvestri. Valentini se siente aliviado al no tener ya ocuparse del escabroso caso; pues tiene una hija, Patrizia, de la misma edad que la muerta.

Casualmente, mientras en la comisaría se proyectan las grabaciones policiales de una reciente manifestación, la juez Stori reconoce en las imágenes a la difunta Silvia. Allí se ve cómo la chica se mete en un portal, frente a la calle donde tienen lugar las protestas estudiantiles. Se trata del mismo día de su muerte, y sólo como una hora antes. Aquella manifestación se realizó en la otra punta de la ciudad respecto al ático donde apareció el cuerpo de Silvia: Los investigadores llegan pues a la conclusión de que la chica fue asesinada y su cadáver transportado seguidamente al lugar donde fue encontrado.

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