El ataque de los muertos sin ojos
España, 1973
Director: Amando de Ossorio
Género: Terror
Guión: Amando de Ossorio
Intérpretes: Tony Kendall (Jack Marlowe), Fernando Sancho (Mayor Duncan), Esperanza Roy (Vivian), Juan Cazalilla (Gobernador), Betsabé Ruiz (Amante del gobernador), Lone Fleming (Amalia)
Música: Antón García Abril
Argumento
En la localidad portuguesa de Bouzano están a punto de comenzar las fiestas del pueblo. Se conmemora la victoria contra los “Caballeros Orientales”, quienes aterrorizaron a la comarca en el siglo XIV. Éstos templarios, que además de tiranizar a los habitantes del poblado realizaban sacrificios humanos y bebían sangre en busca del secreto de la vida eterna, fueron liquidados en un alzamiento popular hace unos 600 años. Como habían prometido regresar de sus tumbas para vengarse, el líder de la revuelta contra ellos ordenó que les chamuscaran los ojos con una antorcha ardiendo. Así, en caso de volver, no serían capaces de ver a sus potenciales víctimas y cumplir sus siniestras amenazas.
Un extraño personaje, que parece el clásico “tonto del pueblo”, es atacado por una turba de niños gamberros. Una chica llamada Moncha interviene en su ayuda, y más tarde llega un joven que está interesado en la muchacha. Éste anuncia que la visitará por la noche en su casa, cercana a las ruinas de la abadía – Ella estará sola, pues todos los demás se encontrarán en la fiesta local, en la plaza del pueblo.
Los habitantes de Bouzano han preparado unos monigotes vestidos de templarios destinados a ser quemados por la noche (al estilo de las Fallas valencianas). El alcalde Duncan ha contratado a un experto en pirotecnia, Jack Marlow. Pronto Duncan se da cuenta de que su prometida Vivian y el recién llegado ya se conocen…
En efecto, Jack y Vivian tuvieron una relación en el pasado. Y ella no ha podido olvidarle desde entonces. Ambos van a pasear por las ruinas de la abadía. Cuando empiezan a besarse se percatan de que alguien les está vigilando: Es el que parecía el “tonto del pueblo”, quien en realidad es el guardián de las ruinas, el torvo y deforme Murdo. “Ésto no sólo son unas ruinas, ustedes sólo ven lo superficial de las cosas (…) Aquí hay algo más: Los muertos volverán, lo han prometido” Jack y Vivian piensan que se trata de un pobre loco y se retiran. Entonces, Murdo se dirige hacia el interior de la abadía, donde mantiene retenida a una joven. Pretendiendo emular a aquellos caballeros medievales que sacrificaban doncellas, el desequilibrado le hunde a la chica una daga en el corazón. Así mana la sangre que deberá despertar a los malditos esa noche…
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