Gozu – Takashi Miike, 2003

Gozu (V.O. Gokudō kyōfu dai-gekijō: Gozu)

Japón, 2003

Director: Takashi Miike

Guión: Sakichi Sato

Intérpretes: Sho Aikawa (Ozaki), Yuta Sone (Minami), Kenichi Endo (Endo), Renji Ishibashi (Oyabun)

Música: Koji Endo

Género: Suspense, yakuza

Argumento

Ozaki es miembro de un clan de la Yakuza. En los últimos tiempos se comporta de forma excéntrica e inestable, y su jefe Azamawari piensa que ha perdido la razón. En el cuartel general de la banda, durante una reunión en la que todos están presentes, Ozaki afirma muy convencido y alterado que un minúsculo chihuahua que se encuentra a las puertas del local es un „perro yakuza“ enviado para matarlos a todos. Acto seguido sale a la calle, y liquida al pequeño can a golpes ante la atónita mirada de sus compinches. Esa es la gota que colma el vaso de la paciencia del jefe…

Azamawari encarga a Minami, otro de sus hombres, que lleve a Ozaki a Nagoya – Allí tienen previsto matarlo y hacerlo desaparecer en un vertedero de basuras. Pero Minami siente una gran devoción hacia Ozaki, que le salvó la vida en el pasado, y a quien considera como a un hermano mayor. Por ello, le resulta particularmente duro realizar la misión que le han encomendado.

Durante el viaje en coche a Nagoya, Ozaki continúa con su errática conducta. Habla de liquidar al jefe, y después obliga a Minami a que frene abruptamente porque teme que les esté perseguiendo “un coche yakuza” (a bordo del cual sólo había una señora mayor). Ozaki actúa de forma crecientemente paranoica. Más adelante, cuando Minami se ve obligado a frenar de nuevo, Ozaki se golpea y pierde el sentido. Todos los intentos de Minami por reanimarlo son infructuosos, y termina dando a su aniki (“hermano”) por muerto.

Minami llega a un bar de carretera muy cerca de Nagoya para descansar, tomar un café y pensar qué medidas tomar ante el inesperado suceso. Desde la ventana observa a Ozaki sentado en la parte trasera del descapotable. Está completamente inmóvil, pero sus gafas de sol y su bufanda disimulan su cadavérico aspecto. Minami va un momento al baño y cuando regresa a su mesa, comprueba con estupefacción que el cuerpo de su amigo ha desaparecido. No hay ni rastro de Ozaki, ni en el coche, ni debajo de él, ni en los alrededores. Minami pregunta al personal del establecimiento (tres extraños camareros travestis) y a otros dos clientes allí presentes (dos individuos que discuten acaloradamente sobre el tiempo) si han visto entrar a alguien, pero ninguno de ellos sabe nada…

Más aturdido aún que antes, Minami llama al jefe para informarle de la insólita desaparición. Azamawari insiste en que es necesario encontrar a Ozaki a toda costa. Ya en los alrededores de Nagoya se pincha una de las ruedas del coche de Minami. En esas circunstancias conoce a un misterioso sujeto con media cara pintada de blanco (quien asegura que lo que le pasa en la cara es un problema de pigmentación que le viene “de nacimiento”, aunque salta a la vista que es pintura). Éste se ofrece a ayudarle, y le lleva primero a un cementerio de coches y después a una inquietante pensión.

Minami irá así encontrándose con una serie de bizarros personajes, a cada cual más estrafalario, en sus afanosos intentos por averiguar qué ha sido de su aniki Ozaki…

Comentario

Si habría que emplear un solo adjetivo para describir a ésta película, ciertamente sería el de inclasificable. “Gozu” combina el cine de yakuzas con una road-movie, el suspense con grandes dosis de humor absurdo, las situaciones grotescas con una oprimente atmósfera de pesadilla. Tanto Ozaki al principio como Minami después parecen estar bajo los efectos adversos de una droga psicodélica, que amplifica sus paranoias y aumenta exponencialmente el desconcierto. Para Minami, conforme avanza la trama, realidad y fantasía irán entremezclándose peligrosamente…

Elementos surrealistas y oníricos impregnan en todo el momento el film, que tiene un ritmo bastante lento y pausado, una cadencia casi hipnótica, que envuelve al espectador transportándolo al demencial mundo del protagonista.

La imagen de la película tiene durante el metraje un tono de color alterado que se acerca al sepia, y que contribuye a aumentar el efecto de irrealidad y delirio que se pretende transmitir.

Quien ya esté familiarizado con el cine del polémico y prolífico Takashi Miike, encontrará en “Gozu” los imprescindibles “ingredientes” que el realizador nipón emplea en muchas de sus películas: Un gusto desmesurado por la hipérbole, por lo esperpéntico, por el humor absurdo, las perversiones sexuales, los acontecimientos bizarros…

Al igual que en “Visitor Q” (2001) tenemos a la mujer madura lactante que se ordeña a sí misma (en ésta ocasión, para el estupor de Minami, es la anciana posadera quien hace salir la leche de sus pechos). La escena del “renacimiento” de Ozaki resulta sumamente impactante, y más aún si cabe, la secuencia donde se pueden apreciar las consecuencias que terminan teniendo para Azamawari sus estrambóticos fetichismos…

El actor Kenichi Endo, el padre de la disfuncional familia de “Visitor Q”, participa en “Gozu” como uno de los yakuza de la banda de Azamawari.

El título del film, “Gozu”, hace referencia a una especie de minotauro de la mitología budista; un guardián de las puertas del Infierno (similar a nuestro occidental cancerbero) pero con cabeza de toro. El monstruoso ser aparecerá simbólicamente en una de las pesadillas del protagonista.

Es muy difícil que una película resulte sobrecogedora y cómica al mismo tiempo (una comicidad muy particular, pero no involuntaria). Con “Gozu”, Miike lo consigue con creces.

FHP, marzo 2016

Un comentario en “Gozu – Takashi Miike, 2003

Deja un comentario