Phenomena – Dario Argento, 1985

Phenomena (a.k.a. “Creepers”)

Italia, 1985

Director: Dario Argento

Género: Giallo / Misterio

Guión: Dario Argento, Franco Ferrini

Intérpretes: Jennifer Connelly (Jennifer Corvino), Daria Nicolodi (Sra. Brückner), Fiore Argento (Vera), Donald Pleasence (Prof. McGregor)

Música: Goblin, Simon Boswell

Argumento

Tras perder el autobús en unos parajes montañosos suizos, una joven intenta buscar ayuda. Se dirige a una casa cercana, pero al entrar es atacada por alguien que trata de clavarle unas grandes tijeras. Intenta escapar al bosque, pero es perseguida y asesinada de forma bestial. Su cercenada cabeza cae por una cascada.

Ocho meses más tarde, el comisario Geiger conversa con un prestigioso entomólogo de la comarca, el profesor McGregor, acerca del trágico asesinato de Vera, una turista danesa. La chica (cuya horrenda muerte presenciamos en los instantes precedentes) se convirtió en la primera víctima de una cadena de estremecedores crímenes.

La adolescente Jennifer, hija del millonario actor Paul Corvino, llega a un exclusivo internado femenino situado en las montañas de Suiza. Es la misma zona en la que desde hace algún tiempo siembra el pánico un asesino en serie, cuyas víctimas son jóvenes y bellas muchachas. La misma noche de su llegada al centro, Jennifer padece una crisis de sonambulismo; se levanta de su cama mientras sueña, sale de la habitación y camina por el techo de la escuela. En esas circunstancias, estando entre dormida y despierta, ve desde la cornisa como una compañera suya es brutalmente asesinada. Entonces cae del tejado y, tras perderse en los alrededores de la escuela y ser recogida por unos jóvenes que casi la atropellan, se encuentra con un chimpancé que la lleva hasta la pequeña casa en el bosque donde reside su dueño: el entomólogo John McGregor. Inicialmente no sabe si el crimen que ha visto antes ha sucedido realmente o lo ha soñado.

Jennifer le pide a su compañera de habitación Sophie que la vigile para despertarla en caso de que volviera a tener una crisis de sonambulismo. Sin embargo, Sophie se escabulle con la intención de encontrarse con su novio. Una vez en el jardín, cuando el novio ya se ha marchado, también ella se convierte en víctima del psicópata que atemoriza la comarca. Mientras tanto, Jennifer vuelve a vagar sonámbula, y sale del edificio. Se va despertando y nota la presencia de una luciérnaga que parece estar queriendo indicar una dirección. La chica la sigue y llega hasta unos arbustos, entre los cuales encuentra un guante lleno de lombrices. Jennifer imagina que el guante debe pertenecer al asesino, y lo lleva al profesor McGregor para que lo analice. El entomólogo confirma que se trata de unas larvas de moscas que acostumbran a habitar en cadáveres (las “moscas sarcófagas”), y supone que la presencia de esas larvas en el interior del guante indican que el asesino ha tenido los cuerpos cerca de sí, interactuando con ellos, cuando los cadáveres empezaban ya a entrar en descomposición.

Jennifer le explica al erudito que ella es capaz de entrar en contacto telepático con insectos. McGregor no se sorprende demasiado, ya que ha oído hablar de casos similares y sabe que los insectos pueden comunicarse entre ellos a distancias que rebasan los miles de kilómetros.

Durante las clases, Jennifer debe soportar las suspicacias de sus maestras y las mofas de sus compañeras, que la toman por loca cuando se enteran de sus facultades “insecto-mediúmnicas”. Pero ella demuestra que las moscas la obedecen, atrayendo enjambres de bichos a la escuela, para asombro y repulsión de las otras chicas.

Lejos de conseguir así que la dejen en paz, la dirección del internado considera a Jennifer como una influencia “diabólica” para las demás alumnas (sospechan incluso que puede tener algo que ver con las muertes) y deciden que sea trasladada a un centro psiquiátrico de reclusión. Una de las profesoras llega a calificarla como “Señora de las Moscas”, equiparádola a Belcebú (Baal-Sabaoth, el Señor de las Moscas, uno de los apelativos del Diablo). Para evitar ser enviada a un manicomio, la chica huye a la casa de McGregor.

El misterioso asesino continúa pululando en los alrededores del internado. Jennifer, ayudada por el profesor, intentará evitar que vuelva a matar y tratará de desenmascararlo…

Comentario

Dario Argento asegura que de todas las películas por él dirigidas, “Phenomena” es su favorita. Se trata de un cruce entre giallo con toques paranormales y cuento de hadas macabro (“Alicia en el país de las moscas”) dotado de una potente belleza visual; una delicia óptica a la que el director de “Suspiria” ya nos tiene acostumbrados. Abundan las imágenes oníricas y la cámara se recrea en los planos de los hermosos paisajes suizos. Especialmente los tensos momentos finales están repletos de intriga.

Jennifer tiene ciertas similitudes con la “Carrie” de Brian DePalma/Stephen King, pues también ella va descubriendo gradualmente sus poderes paranormales (al inicio no es consciente aún de tenerlos). Poco a poco Jennifer tomará la determinación de emplear sus facultades para descubrir al asesino, un perturbado cuya predilección consiste en decapitar inocentes jovencitas.

La atmósfera del internado femenino recuerda un tanto a “La Residencia” (1969), obra maestra de Narciso Ibáñez Serrador (y lamentablemente su único largometraje junto con “Quién puede matar a un niño?”). De igual modo en ese otro film, un enigmático psicópata aterroriza a las internas, matando sangrientamente a una tras otra.

La protagonista de “Phenomena” es tocaya de la actriz que la interpreta: la entonces quinceañera Jennifer Connelly. Un año antes, Jennifer había participado en “Érase una vez en América“ (Sergio Leone, 1984) dando vida a la Deborah adolescente, amor platónico de Noodles.

Donald Pleasance (de “Halloween”, John Carpenter, 1978) desempeña el papel del profesor McGregor. Su hija Angela Pleasence había encarnado a la protagonista de “Symptoms” (José Ramón Larraz, 1984).

La excelente banda sonora, a base de sintetizadores, con momentos corales y provista de toques muy atmosféricos (especialmente el tema “Valley”, escúchese  video sobre éstas líneas), fue elaborada por los Goblin (Simonetti &co.) en colaboración con Bill Wyman (de los Rolling Stones) y Simon Boswell – quien unos años más tarde compondría la música para “Santa Sangre” (Alejandro Jodorowsky, 1989). También se incluyen a lo largo del metraje temas heavy metal de “Iron Maiden” y “Motörhead”.

Daria Nicolodi, mujer de Argento, vuelve a tener un secundario pero vital papel; ésta vez como la directora del centro Frau Brückner. Fiore Argento, hija mayor del director (y hermana de la más conocida Asia), interpreta a la primera víctima; la desafortunada turista danesa.

Morris Shapiro, el abogado de Paul Corvino que viaja a Suiza para intentar sacar a Jennifer de su pesadillesca situación, está interpretado por Mario Donatone; actor que aparece en “El Padrino III” (F.F. Coppola, 1990) como el sicario siciliano contratado para matar a Michael Corleone – y cuyo apodo es, curiosamente, “Mosca” (insecto que en “Phenomena” tiene un importante papel).

El monstruoso «niño», hijo de la profesora, está interpretado por el actor enano Davide Marotta, quien en 2004 interpretó en «La Pasión de Cristo» (de Mel Gibson) al inquietante y maligno bebé que se supone representa al Anticristo.

Existen varias versiones de la película. La original e íntegra italiana dura casi dos horas, mientras que la que se comercializó en EEUU fue inmisericordemente mutilada, quedándose en poco más de 80 minutos. Las opiniones de los fans del cine de terror y misterio suelen estar muy dividadas y polarizadas acerca de “Phenomena”: Ello se debe mayormente a si se ha visto la versión completa (obviamente la mejor) o la censurada.

FHP, febrero de 2016

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