Violación – Valentín Trujillo, 1989

Violación

México, 1989

Director: Valentín Trujillo

Género: Suspense, acción

Guión: Valentín Trujillo

Intérpretes: Valentín Trujillo (Pepe), Eleazar García Jr. (Irak), Olivia Collins (Laura), Claudia Guzmán (Jenny)

Música: Diego Herrera

Argumento

El reportero Pepe Garrido trabaja una noche en su casa en uno de sus artículos, ayudado por su amigo el aprendiz Sancho. De repente ambos escuchan ruidos sospechosos procedentes del piso de abajo. Se asoman a las escaleras, y ven como tres hombres cargan con su vecina Alma. Sancho piensa que deben ser “cuates” suyos, que la llevan así porque habrá bebido demasiado, y que es mejor no meterse donde no les llaman. Pero a Pepe algo no le cuadra. Su sexto sentido de periodista le dice que se trata de asaltantes. De inmediato llama a la policía, pero para su gran desconcierto los agentes no le hacen ningún caso. Entonces el intrépido reportero decide intervenir él mismo. Armado tan solo con su cámara de fotos tira la puerta de su vecina abajo y sorprende a los tres maleantes “con las manos en la masa”. Uno de ellos, un individuo bigotudo y de aspecto particularmente patibulario, estaba violando a la joven, que había sido maniatada.

Cuando Pepe hace fotos de la escena que se encuentra, los criminales comienzan a disparar contra él, pero el periodista consigue huir. Al ruido de los disparos acude la policía y arresta a los malhechores.

Pepe trata de convencer a su vecina de que haga una declaración formal denunciando a sus agresores, pero la chica tiene miedo. “Aunque los denuncie volverán pronto a la calle y se vengarán de mí”. Pero Pepe está convecido de que ésta vez será diferente, porque tiene las fotos que prueban la implicación de los delincuentes.

Finalmente Alma accede a declarar, José y Sancho la acompañan a las dependencias policiales. Pero el comisario no la toma en serio. Además, el médico encargado de examinarla dictamina que, al no encontrar desgarramientos ni huellas de esperma, no hay pruebas que atestigüen una violación.

“Todos ustedes están  más podridos que los que me atacaron” les espeta con furia la joven antes de marcharse. Un par de días después, el violador del bigote y sus dos secuaces salen a la calle bajo fianza. El feroz bigotudo, al que llaman Irak, es el líder. Sus compinches se oponen a que siga violando, pues ellos sólo son delincuentes comunes, ladrones que actúan por dinero. En cambio Irak es un psicópata; necesita abusar sexualmente de las jóvenes a las que desvalija. Durante el acto, además, se coloca siempre unos auriculares en los que escucha música mientras perpetra la violación. Uno de sus dos esbirros le deja, pero el otro acepta seguir con él cuando le promete que le pagará el doble.

Pepe está muy frustrado al comprobar que los delincuentes se han salido con la suya. Alma, traumatizada, se ha marchado de la vecindad. El periodista se dispone a combatir la injusticia mediante sus artículos, y escribe un contundente reportaje criticando la pasividad de las autoridades, la ineficacia y laxitud de las leyes. Sin embargo, al director del diario no le gusta nada el artículo… El jefe se mofa de Pepe llamándolo “Clark Kent”, y le reprende con dureza: “¿Pretendes que nos clausuren el periódico? Tienes más coraje que prudencia, y eso no es bueno en éste negocio”.

La novia de Sancho es Jenny, una secretaria que trabaja en las oficinas del periódico. Irak y su cómplice lo primero que pretenden al salir de prisión es darle un escarmiento al entromentido periodista, y se quedan en un coche apostados frente al edificio del diario “El Heraldo” donde Pepe trabaja. Ven salir a Pepe con Sancho y Jenny. Ya es de noche. Pepe acerca a la pareja en su automóvil hasta la casa de ella. Y hasta allí los sigue Irak…

Pepe tiene una relación con Laura, una empleada de una tienda de modas. Ambos deciden casarse espontáneamente, y esa misma noche van a buscar a un funcionario para que realice el enlace. Mientras tanto, Sancho intenta convencer a Jenny de que se acueste con él, pero la chica le dice que “tenga paciencia”, que espere hasta el matrimonio. Sancho, al no ser capaz de conseguir un “adelanto”, se despide de su novia y se marcha a su casa para darse “una ducha fría”… Irak, que estaba todo el tiempo al acecho, se introduce en el piso de Jenny a través de una ventana cuando la chica se ha quedado sola…

Comentario

Valentín Trujillo, icónico intérprete del cine de acción y policiaco mexicano, protagoniza y dirige éste trepidante e intenso thriller. Trujillo da vida al valiente reportero José “Pepe” Garrido, hombre idealista y sediento de justicia.

Pepe está cada vez más desencantado ante la indiferencia de las autoridades, que parecen proteger a los delincuentes en lugar de a las víctimas. El temerario periodista hará todo lo que esté en su mano para combatir a los criminales, especialmente al siniestro violador Irak. Éste último, interpretado por Eleazar García Jr., es un peligroso maníaco de aspecto bestial: Grande y fuerte, con un poblado bigote, el cabello oscuro con una mecha canosa peinado con gomina hacia atrás, mirada gélida y feroz, siempre vestido de cuero negro.

Cuando Irak comienza a acosar a mujeres que pertenecen al círculo íntimo de Pepe, éste le declarará una guerra sin tregua. Sintiendo gran impotencia ante la incapacidad de las autoridades para retirar permanentemente de las calles a ese energúmeno, Pepe decidirá tomarse la justicia por su mano…

La película busca ser una crítica social, y tiene bastantes elementos en común con el polizziesco italiano de los años setenta: En ese género también solía ser un tema recurrente la lucha de un hombre solo (normalmente un policía) contra bandas criminales que operan con la complicidad de la “justicia”. El cuerpo de policía como organismo tiene las manos atadas, pero un agente solitario, consciente de la iniquidad del sistema, se rebela y actúa por su cuenta.

Éste interesantísmo film de Valentín Trujillo tiene también claras influencias del subgénero “rape&revenge” en lo que al argumento respecta. También pueden observarse reminiscencias de “giallo” – pues aunque sabemos desde el principio quién es el criminal, éste realiza siempre sus fechorías ataviado de cuero negro (como las famosas manos de Argento), y sobre todo la forma en la que están rodadas ciertas escenas recuerdan al thriller italiano.

Pero el toque más curioso lo aportan los momentos cómicos, algunos rozando el “slapstick”, y que abundan a lo largo de la primera mitad. Podría pensarse que en una película como ésta la comedia está fuera de lugar, pero lo cierto es que los momentos desenfadados y humorísticos sirven como recurso para que el espectador “baje la guardia”, de forma que las escenas de tensión e intriga que siguen a continuación le cojan desprevenido. Así, tras ver momentos inocentes y graciosos aparecen de repente secuencias muy crudas y violentas, e incluso trágicas: El contraste es brutal, lo que resulta muy efectivo; otorgando al conjunto del largometraje un encanto muy particular.

El personaje más cómico es el entrañable Sancho, el payasil amigo de Pepe. Sancho (interpretado por Rodolfo Rodríguez) admira al reportero, a quien ve como una especie de hermano mayor, y aspira a ser un gran periodista como él. Pero sus constantes meteduras de pata y sus comentarios fuera de lugar le convierten en una especie de bufón. Su aspecto consolida esa imagen: Un jersey de Micky Mouse y unas ridículas y gigantescas gafas ochenteras. Su teléfono está “camuflado” con la forma de una botella de Coca-Cola.

Así, la película va incluyendo numerosos momentos cómicos – como cuando Pepe se queda dormido en su despacho, o su improvisada boda con Laura, o los ruegos de Sancho para que Jenny se acueste con él –  Esos jocosos momentos de comicidad van siendo aleatoriamente combinados con escenas brutales y escabrosas, lentas, muy tensas e incluso angustiosas (rodadas cámara en mano y muchas veces desde la perspectiva de la víctima). A partir de la segunda mitad, el humorismo se evapora, la trama se torna completamente seria y la historia se centra en torno a la venganza personal de Pepe.

Mario Almada, que como Valentín Trujillo es uno de los máximos exponentes del policiaco ochentero mexicano, tiene un papel secundario como detective en acción. A Valentín Trujillo ya lo vimos en la memorable “Policía de narcóticos” (Gilberto de Anda, 1986).

La potente banda sonora de Diego Herrera resulta también muy efectiva, incluyendo elementos de música electrónica.

Por último, es curioso señalar que el nombre (¿o apodo?) del “malo de la película” sea Irak; teniendo en cuenta que el film fue rodado en 1989, cuando comenzó la campaña de demonización contra Saddam Hussein. También el característico mostacho del villano recuerda por cierto al que lucían Saddam y muchos de los ministros y oficiales iraquíes.

“Violación” de Valentín Trujillo es una joya del cine mexicano de serie B que es menester reivindicar.

FHP, marzo de 2016

 

3 comentarios en “Violación – Valentín Trujillo, 1989

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