Inferno – Dario Argento, 1980

Inferno

Italia, 1980

Director: Dario Argento

Género: Misterio / Terror

Guión: Dario Argento

Intérpretes: Leigh McCloskey (Mark Elliot), Irene Miracle (Rose Elliot), Eleonora Giorgi (Sara), Daria Nicolodi (Elise), Alida Valli (Carol), Veronica Lazar (Enfermera)

Música: Keith Emerson

Argumento

La joven Rose, que reside en un antiguo edificio neoyorkino, lee con interés y desasosiego un libro titulado “La tres madres”, escrito originalmente en latín por un arquitecto y alquimista de origen italiano. En él se narra la leyenda de tres poderosas hermanas nigromantes, expertas en la magia negra, y situadas cada una en una ciudad diferente: Mater Suspiriorum, la “Madre de los Suspiros”, en Friburgo (Alemania). Mater Lacrimarum, la “Madre de las Lágrimas”, en Roma. Y Mater Tenebrarum, la “Madre de las Tinieblas”, en Nueva York. Según lo narrado en el libro, sólo es posible neutralizarlas consiguiendo sendas llaves (“la segunda llave está escondida en el sótano”…)

Influenciada por la lectura, Rose se dirige a la tienda del anticuario Kazanian, situada junto a su edificio. Allí es donde ha comprado el libro, e inquieta le pregunta al comerciante si hay algo de cierto en lo que exponen sus páginas. Kazanian repone hoscamente que “nuestras vidas están guiadas por los muertos, esa es la única verdad”. La joven envía una carta a su hermano Mark, que estudia en Roma.

Recordando lo que leyó sobre la segunda llave, Rose se dirige al frío y húmedo sótano. Allí encuentra un gran charco, y al asomarse cae en él su colgante. Cuando intenta recuperarlo se da cuenta de que lo que parecía ser sólo un charco es en realidad toda una estancia subterránea sumergida por las aguas. Rose se introduce dentro y bucea para recobrar su amuleto.

Allí hay cuadros colgados en las paredes, butacas y alfombras; se trata de toda una habitación perfectamente amueblada – a un nivel más inferior que el propio sótano – y llena de agua hasta el techo. Rose debe salir de nuevo a la superficie del “charco” para tomar aire. Cuando al final encuentra lo que había perdido descubre con estupor que allí hay además un cadáver flotando en avanzado estado de putrefacción.

Alguien había seguido a la chica hasta el sótano. Se oyen pasos, murmullos y voces. Rose regresa aterrada a su piso.

Unos días después, en Roma, Mark se encuentra en el aula de música de la universidad cuando se dispone a leer la carta que ha recibido de su hermana Rose. A Mark le llama poderosamente la atención la presencia de una bella y enigmática joven entre sus compañeros, que le mira fijamente y lleva consigo un gato de angora.

Un viento huracanado entra en el aula y la chica del gato desaparece. Mark sale tras ella, sin haber tenido tiempo de leer la carta de su hermana. Su amiga Sara, extrañada ante su comportamiento, descubre la carta y la lee. En ella se habla sobre las siniestras “Tres Madres”. Sara se dirige a la biblioteca en busca de una edición de ese libro. Una vez se ha hecho con él intenta llevárselo, pero se pierde en el subsuelo de la biblioteca. Allí encuentra un extraño laboratorio oculto donde hierven varios calderos.

Una especie de hechicero se halla al fondo y se da cuenta del libro que la muchacha lleva consigo. El individuo, con garras en lugar de manos, ataca a Sara e intenta sumergir su cabeza en uno de los calderos. La chica consigue escapar, aunque debe dejar allí el libro.

Más adelante, Sara llega a su edificio despavorida. En el ascensor se dirige a uno de sus vecinos, y le invita a que le haga compañía en su apartamento para protegerla. Carlo accede, y ambos entablan una conversación. Ella no le explica todo lo que le acaba de suceder, pero menciona la leyenda de las temibles Tres Madres. Él, periodista de deportes de profesión, no cree en esas historias sobrenaturales. Sara pone algo de música (el “Va pensiero” del Nabucco de Verdi) y llama a Mark para que venga de inmediato, pues es de gran importancia que lea la carta de su hermana y que se entere de lo que le acaba de suceder a ella en la biblioteca. De repente se interrumpe la electricidad, y tanto la luz como la música solamente funcionan con intermitencias. Alguien ha entrado dentro del piso. Carlo trata de reparar lo que considera un problema eléctrico, y recibe una cuchillada que le atraviesa el cuello. Poco después, también Sara es asesinada.

Mark llega demasiado tarde, y encuentra el domicilio de su amiga lleno de sangre y con los dos cadáveres. De la carta de Rose sólo quedan en el suelo dos indescifrables pedazos. El asesino se ha encargado de destruirla. Al salir de los apartamentos, sumamente turbado por lo sucedido, Mark ve pasar en un coche a la misma atractiva dama del gato que viera por la mañana en la Universidad.

Al mismo tiempo, en Nueva York, Rose está cada vez más preocupada por el espeluznante ambiente que se respira en su edificio. Se siente vigilada constantemente, oye ruidos y pasos por las noches, siente un intenso olor agridulce, escucha susurros inquietantes y ve sombras que la siguen. En una conversación telefónica con su hermano le insta a venir de inmediato para ayudarla a salir de esa pesadilla… Pero una presencia maligna ha entrado en su piso, tomando de su estantería el libro de las Tres Madres para después atacarla a ella desde detrás.

Poco después Mark llega a Nueva York, a la vieja casa donde reside su hermana. ¿Habrá llegado también ésta vez demasiado tarde? La portera, que está picando carne cruda para su perro, le entrega al joven las llaves del piso de Rose. Mark debe constatar que su hermana no se encuentra allí. Varios indicios despiertan su inquietud: El pomo interior de la puerta está roto, hay huellas de sangre en la alfombra, el auricular del teléfono está colgando…

Mark registra el apartamento, en busca del libro de las Tres Madres del que había oído hablar por Sara. Poco después llega una vecina y amiga de Rose, que también estaba intentando localizar a la desaparecida. Se trata de Alice, una condesa que reside en el edificio con su tétrico mayordomo. Alice le explica a Mark que ya casi no quedan inquilinos allí, que han ido desapareciendo poco a poco, la mayoría de los pisos están vacíos. Ella también está preocupada por la repentina ausencia de Rose, sobre todo porque sabía lo angustioso de su situación en los días previos. Estaba obsesionada por la leyenda de las “Tres Madres”.

Mark y Alice deciden investigar juntos para esclarecer la misteriosa desaparición de Rose. Pero en el edificio deberán enfrentarse a varios obstáculos, pues moran allí individuos (o seres) interesados en impedir que la verdad salga a la luz…

Comentario

Tres años después de “Suspiria” (1977), Dario Argento lanzó la segunda parte de lo que más adelante se denominaría “La Trilogía de las Madres”. Ésta vez la acción no se desarrolla en Friburgo sino en Nueva York y parcialmente también en Roma. La obsesión que Rose, una joven estudiante de literatura interesada en las ciencias ocultas, desarrolla por el libro sobre el trío de brujas malditas – escrito por un arquitecto y alquimista que asegura haber tenido contacto directo con ellas – lleva a que los elementos argumentales vistos en “Suspiria” tengan una continuación.

El autor del libro es además el constructor de ese edificio encantado cargado de simbolismos y enigmas en el que Rose reside. Cuando Mark llega allí se muestra una placa donde se menciona que el esoterista Gurdjieff (una de las influencias más importantes de Jodorowsky) vivió allí en 1924.

Como en la mayor parte de la filmografía de Dario Argento, lo más importante es la atmósfera. “Inferno” es considerada la más personal de sus obras. Las escenas violentas, una vez más, están muy estilizadas – no pueden faltar los clásicos guantes negros del asesino, aunque en ésta ocasión aparecen también manos desnudas (o más bien garras). A una de las víctimas le es cercenada la cabeza con un vidrio usado a modo de guillotina. Otro individuo, que intentaba liquidar en un estanque a unos gatos que había introducido en un saco (y a los que consideraba embrujados), cae en las fangosas aguas y es devorado vivo por las ratas que emergen del alcantarillado…

La fotografía, de una gran belleza y un enorme poderío visual, cuenta con el idéntico estilo de “Suspiria”. Ópticamente ambas películas poseen el mismo tipo de contrastes cromáticos. La banda sonora – en general bastante discreta – ésta vez no fue compuesta por los Goblin, sino por el inglés Keith Emerson. El mejor momento musical con diferencia viene sin duda hacia el final de la película, cuando Mark descubre la habitación secreta bajo el suelo del piso de Rose, y suena una canción coral en latín con toques de rock progresivo titulada “Mater tenebrarum”:

Claudio Argento produjo la película de su hermano (como haría 9 años después con “Santa Sangre”). Daria Nicolodi, la mujer del director, aparece interpretando a la condesa Alice. Al personaje de Rose da vida la bella Irene Miracle – Quien cinco años antes había sido una de las dos desventuradas jóvenes del “Ultimo treno della notte” (Aldo Lado, 1975). Tanto Daria Nicolodi como Gabriele Lavia tuvieron importantes papeles en otra gran película de Argento; “Profondo Rosso”. En ambos films Lavia interpreta a un personaje llamado Carlo. Alida Valli, que ya había salido previamente en “Suspiria”, es en “Inferno” la inquietante portera Carol.

FHP, febrero de 2016

 

3 comentarios en “Inferno – Dario Argento, 1980

Deja un comentario