El beso de la muerte – Henry Hathaway, 1947

El beso de la muerte (V.O. Kiss of death)

EEUU, 1947

Director: Henry Hathaway

Género: Drama, cine negro

Guión: Ben Hecht, Charles Lederer, Eleazar Lipsky

Intérpretes: Victor Mature (Nick Bianco), Richard Widmark (Tommy Udo), Brian Donlevy (fiscal D´Angelo), Coleen Gray (Nettie), Curro García, Manolo Royo

Música: David Buttolph

Argumento

Poco antes de Navidad, el ex-presidiario Nick Bianco atraca una joyería junto a sus cómplices. Tras salir de prisión, Nick intentó comenzar una vida honrada, pero nadie quería contratarlo por haber estado en la cárcel. Así pues, se vió obligado a volver a las andadas para sacar adelante a su familia.

Tras el asalto, Nick es arrestado. Sus compañeros logran escapar. Louis D´Angelo, el fiscal del distrito, trata de converlo de que colabore con la justicia. Si delata a sus cómplices recibirá una condena reducida, y podrá volver a ver en breve a su esposa Mary y sus dos pequeñas hijas. Nick se niega a convertirse en un chivato, y está convencido de que sus amigos cuidarán de su familia mientras él esté entre rejas. Cargando con la responsabilidad total del delito, Nick es condenado a veinte años de prisión. En la cárcel conoce a Tommy Udo, un volátil gángster acusado de asesinato. Por haber mantenido la boca cerrada durante el juicio, Nick se gana el respeto de Tommy.

Un par de años después, Nick se extraña de que su mujer lleve meses sin contestar a sus cartas. El preso se entera de que ella ha muerto: Se suicidó por haber acabado en la miseria. Las hijas han sido enviadas a un orfanato. Nick considera a sus antiguos cómplices responsables de la tragedia. Se supone que ellos deberían haberse ocupado de que a su familia no le faltara de nada, y en cambio abandonaron a Mary y las niñas a su suerte. Por ello, Nick decide romper “la ley del silencio”. Contacta al fiscal D´Angelo para aceptar la proposión que él le hiciera y revelar los nombres de sus compinches. Espera al menos que le concedan la libertad condicional para ver a sus hijas y sacarlas del orfanato.

Nick empieza a ser visitado en la cárcel por la joven Nettie, quien trabajaba cuidando a las niñas. Una atracción mutua nace entre ambos. D´Angelo le dice a Nick que sólo obtendrá la condicional si además habla sobre su implicación en otros delitos no resueltos, revelando asimismo los nombres de sus antiguos compañeros de fechorías. De ese modo, Nick se va transformando en un informador habitual de la policía.

Mientras tanto, Tommy Udo también está de nuevo en la calle. D´Angelo necesita pruebas sólidas para que el peligroso asesino retorne a prisión. El fiscal le encarga a Nick que se infiltre en su banda. Sabe que ello será fácil, pues Tommy tiene a Nick en gran estima desde que ambos estuvieron juntos en la cárcel. La reputación de Nick entre los presidiarios es buena, ya que ellos ignoran que se ha convertido en un chivato.

Nick es autorizado a vivir en libertad, a cambio de informar sobre las actividades de Tommy Udo. Nick saca a sus hijas del orfanato, se casa con Nettie y se va a vivir con su nueva esposa y las niñas. Cuando Udo es arrestado y su juicio está por comenzar, el fiscal le insiste a Nick para que comparezca como testigo de la acusación. Ello supondría que su trabajo como infiltrado de la policía saliera a la luz, quedando como un soplón ante el mundo del hampa en general y ante el peligroso Udo en particular…

Nick termina por acceder a las presiones de D´Angelo, pues éste le dice que es la única forma de conservar su libertad. Le promete que ni su nombre ni su foto saldrá en los periódicos, y que las autoridades le proporcionarán una nueva identidad… Sin embargo, esas promesas no se cumplen. Y lo que es peor: Pese a su colaboración, Tommy Udo es absuelto.

Ahora, Nick teme su venganza – No tanto por su propia vida, sino porque sabe que para hacerle el mayor daño posible, Udo no tendría ningún escrúpulo en asesinar a Nettie y las niñas…

Decepcionado por las “garantías” que le ha dado el sistema judicial, Nick toma la resolución de proteger a su familia por su cuenta…

Comentario

“El beso de la muerte” es una muestra notable del clásico cine negro estadounidense. Ben Hecht, autor de la trama, es el mismo guionista que ideó la historia del “Scarface” original, dirigido por Howard Hawks en 1932 (película que sería adaptada cinco décadas más tarde en el célebre remake de Brian De Palma protagonizado por Al Pacino).

En el film que hoy nos ocupa debutó Richard Widmark, quien en los años sucesivos destacaría como gángster en el género policíaco. Widmark encarna con mucho acierto al psicopático Tommy Udo, confiriendo a éste villano de siniestra risita nerviosa un halo sumamente perturbador. Tommy Udo recuerda a los malvados cinematográficos que más adelante acostumbraría a caracterizar Klaus Kinski. Al parecer, Widmark era un empedernido seguidor de los cómics de Batman, y se inspiró en su archienemigo el Joker para dar forma a su personaje.

La película nos muestra cómo el protagonista es dejado solo tanto por sus cómplices, primero, como por las autoridades después. Los hampones que Nick inicalmente encubre, se desentienden de él cuando es arrestado. Y el fiscal sólo lo utiliza para lograr más arrestos, llegando incluso a exprimirlo; presionándolo para que trabaje de infiltrado. Cuando su vida corre peligro, Nick se percatará de que la justicia no se toma demasiado en serio su protección. Él solo deberá velar por su familia…

Originalmente, el motivo por el cual Mary se suicida es que fue violada por uno de los cómplices de Nick, que debían cuidar de ella mientras su marido estaba en prisión. Las escenas fueron filmadas, pero la censura las eliminó de la version final.

El realizador Henry Hathaway estaba especializado en westerns, dirigiendo en numerosas ocasiones a John Wayne. También trabajó varias veces con Gary Cooper.

FHP, febrero de 2018

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