Freddy – Narciso Ibáñez Serrador, 1982
Recientemente, Chicho Ibáñez Serrador recibió un merecido reconocimiento a su trayectoria: Nada menos que el Goya de Honor. Por ello, dedicamos la entrada de hoy a “Freddy”, uno de los episodios de sus “Historias para no dormir”. En el libro que escribí el año pasado sobre esa mítica serie de televisión, pionera en España del terror, el suspense y la ciencia ficción, pueden encontrarse comentados todos y cada uno de los episodios (de las temporadas: 1966, 1968 y 1982), así como de otras contribuciones de Chicho a la pequeña pantalla y sus dos largometrajes.
Nuestro compañero cinéfilo Domingo Ortega, autor del blog Fantástico Español (interesantísima bitácora que recomendamos encarecidamente seguir), ha escrito una excelente reseña en su espacio web tras leer el libro. ¡Muchas gracias por los elogios y por darle difusión!
Domingo, crítico de cine y cortometrajista, es un gran admirador de Chicho, de cuya obra se ha empapado desde la niñez. No se pierdan su video dedicado a la figura del maestro, en el que repasa concisamente la trayectoria cinematográfica de Ibáñez Serrador demostrando un gran conocimiento y un enorme cariño hacia nuestro “Hitchcock” hispano.
El libro actualmente está disponible con una oferta especial: Al principio su precio era de 9,50 € – ¡De ahora en adelante, hasta nuevo aviso, está disponible por sólo 2,50!
Felix H. Ponce
Freddy
España, 1982
Director: Narciso Ibáñez Serrador
Género: Terror, misterio
Guión: Narciso Ibáñez Serrador (como Luis Peñafiel)
Intérpretes: Manuel Tejada (André Latour), Silvia Tortosa (Luisa), Fedra Lorente , Cándida Losada (Tatiana), Narciso Ibáñez Menta (Danieli)
Música: Roberto Pregadio
Argumento
Una compañía de variedades parisina se dirige en autobús a un pueblo, donde durante un par de semanas actuará realizando varias funciones en el teatro local. Entre los artistas se encuentran varias vedettes, un mago conocido como “el gran Danieli”, la cantante Luisa Furneaux o el ventrílocuo André Latour.
Durante el registro en el hotel, André se muestra un tanto contrariado porque no va a poder tener una habitación para sí solo; deberá compartir cuarto con el latoso mago Danieli. Éste último es un personaje dicharachero y un tanto petulante, que siempre lleva consigo jaulas de palomas que usa para sus números. Los animales son sucios y ruidosos, como el mismo mago reconoce.
Sin embargo, a Danieli las “palomitas” que más le interesan son las bailarinas de la compañía. Y como le confiesa a André el prestidigitador, ya le ha echado el ojo a una de ellas, una pelirroja. Ésta comparte habitación con Marián, otra de las vedettes. Marián le dice a su compañera que esa noche saldrá a cenar con un amigo del pueblo que ya conoce de otra ocasión en la que estuvo allí. Ese amigo es anticuario, y Marián le muestra a la pelirroja una figura de barro que él le regaló, y que representa a un chino con atuendos tradicionales. Marián no se opone a que, durante su ausencia, su compañera invite “a alguien” a la habitación común.
Mientras tanto, André Latour se encuentra en el escenario con su número de ventrílocuo: Siempre le acompaña en esas ocasiones su muñeco de madera Freddy, al que el artista teatral “hace hablar”. Tras la actuación es felicitado por Luisa, la cantante, quien parece ser una gran admiradora suya… Pero no es la única; también la bailarina pelirroja se siente muy atraída hacia el ventrílocuo, y es a él a quien desea invitar esa noche a su habitación.
Por otro lado, la vidente Tatiana (oficialmente “gitana húngara” aunque en realidad es italiana de Nápoles) se encuentra en el despacho de Brechard, el director de la compañía. Tatiana se muestra bastante preocupada porque percibe un aura maligna, y está convencida de que en breve se desencadenará una cadena de catástrofes. Así se lo manifiesta a Brechard, quien ignora las premoniciones de la adivina. Ella intuye que entre los artistas de la compañía hay alguien que atrae a la mala suerte, y sospecha de tres personas: El mago Danieli, la cantante Luisa (“en horas bajas”) o el ventrílocuo Latour (“su muñeco siempre me dió escalofríos”). “Pues si tenemos que prescindir de los tres únicos números que valen la pena vamos listos” exclama Brechard con un tanto de sorna.
Esa noche, el portero del teatro se dispone a cerrar. Con linterna camina por los pasillos preguntando si queda alguien, apagando las luces… Al mismo tiempo, en el hotel, la pelirroja propone a André salir juntos a cenar. Se dirigen a un restaurante italiano. Tras ello regresan al hotel y ella sugiere al ventrílocuo que la acompañe a su habitación, ya que su compañera no está. Pero André se excusa diciendo que está muy cansado y se marcha a la suya, situada en la misma planta. La entristecida pelirroja, algún tiempo después, intenta acercarse al cuarto de André para insistir; pero una mano con guante de cuero negro se le posa en el hombro: Es el mago Danieli, quien en su vanidad creía que ella le estaba buscando a él. La pelirroja consigue librarse del pesado con una excusa y regresa a su habitación.
Danieli sólo había vuelto para tomar dinero, y le dice a André (tirado en la cama pero aún despierto) que se topó con la chica en la puerta y que va a salir de nuevo a tomar unas copas…
Una vez en su habitación, la vedette pelirroja empieza a darse de cuenta de que allí suceden cosas extrañas: La ducha está funcionando, aunque su compañera Marián no ha regresado. Poco después observa que la figura del chino de barro ha desaparecido del tocador donde estaba antes. La puerta del cuarto de baño se cierra aparentemente sola… La luz se apaga… La chica, cada vez más asustada, comprende que una presencia se encuentra allí… La joven observa con horror cómo la figura de arcilla del chino, en la parte superior del armario, empieza a moverse por sí misma… Súbitamente la figura le cae encima, y alguien comienza a golpearle con ella brutalmente en la cabeza hasta matarla.
A la mañana siguiente la policía emprende sus investigaciones, interrogando a los artistas. La única persona de entre los compañeros de la víctima que no tenía coartada era la cantante Luisa (a quien unía con la pelirroja su común interés por André). El ventrílocuo, hablando con ella, menciona que Danieli tuvo que ser el último en verla con vida… La policía ha averiguado que la difunta tenía un novio muy celoso del que recientemente se había separado.
Tatiana, “la gitana húngara para la que el porvenir no tiene secretos”, se encuentra en su camerino reunida con las vedettes. La vidente, que adivina el porvenir cortando figuras de papel con tijeras, confiesa que lo que les cuenta a sus clientes y al público es mentira; tan sólo les dice cosas buenas para tranquilizarlos. Sin embargo, ella tiene realmente el don de percibir lo que está por acontecer… especialmente si se trata de desgracias. Los métodos en sí (cartas, poso de café, las líneas de la mano…) son indiferentes, lo importante es la intuición que la persona con facultades especiales tiene al consultarlos. Tatiana está cada vez más convencida de que algo maligno se cierne sobre la compañía teatral, y el asesinato de la bailarina es la primera prueba de ello. Tatiana le comunica al director su intención de pasar esa noche en el teatro y no en el hotel. Se quedará en su camerino en el momento del cierre y luego caminará por los pasillos y los camerinos de los demás, para emprender investigaciones paranormales, paralelas a la ortodoxa metodología policial.
“El asesino está en la compañía… está entre nosotros…” afirma la pitonisa. Esa noche, cuando el portero ha cerrado el teatro, Tatiana se dispone a husmear en los demás camerinos. Cuando llega al de Danieli, una susurrante voz la llama por su nombre… Acto seguido la vidente es apuñalada repetidas veces con unas tijeras, su sangre llueve sobre las palomas del mago…
La compañía de variedades tiene contratos para continuar con su gira por muchas otras localidades francesas. Pero el comisario encargado del caso ordena al director que ninguno de los artistas abandonen el pueblo…
Comentario
Dos años antes de que apareciera el famoso Freddy Kruger de “Pesadilla en Elm Street” (Wes Craven, 1984), Chicho Ibáñez Serrador ya rodó éste otro excelente “Freddy” – película para la televisión en el marco de la etapa ochentera de sus “Historias para no dormir”.
El “Freddy” español está sin embargo ambientado en Francia (así como también “La Residencia”, una de las dos contribuciones al cine de Chicho) y los personajes supuestamente son franceses (aunque todos los actores sean españoles). “Freddy” puede ser perfectamente considerado un largometraje (cuenta con casi 100 minutos de duración) a diferencia de la inmensa mayoría de los episodios de “Historias para no dormir” – la serie de terror y suspense con la que Ibáñez Serrador se hizo célebre en la España de los ´60.
“Freddy” es un cruce entre giallo a la ibérica y film de terror sobrenatural. Hasta la sorprendente y genial conclusión de la película el espectador se mantiene intrigado, ignorando si los asesinatos que se ceban con la compañía de variedades están relacionados con algún fenómeno paranormal o con algo “humano, demasiado humano” (como diría Nietzsche).
En algunos detalles “Freddy” recuerda a „Profondo Rosso“ (Dario Argento, 1975): El inquietante muñeco se asemeja al que aparece en una de las escenas de asesinatos del giallo de Argento; también la voz susurrante del asesino es un elemento que puede apreciarse en ambas películas.
Igualmente nos encontramos en “Freddy” con magníficos diálogos llenos de ingenio y humor (La atmósfera terrorífica va haciéndose más tensa y envolvente hacia la segunda mitad del metraje, pero hasta ahí hay momentos bastante desenfadados).
Muy graciosa resulta la anciana Mademoiselle Dupin, siempre acompañada por “sus perritos sabios”: “¿No es verdad que cuando mis niños (los perros) ladran, pareciera que cantasen?” Una vedette le responde: “Hay algunos cantantes que pareciera que ladrasen, y esos ganan más que usted y sus niños sabios…” También la escena en el restaurante italiano, durante la cena de la pelirroja y André, es de gran jocosidad (Dueño del negocio discute con el cocinero: “¿A que le pongo en la calle?” /“¿A que le pongo a la plancha?”/ “Va a hundir el local!” /“Usted si que lo va a hundir, pero de gordo…”). Chicho logra incluir distendidos momentos humorísticos sin que ello reste seriedad e intriga a ésta película de suspense y terror.
El mago Danieli, caracterizado por el gran Narciso Ibáñez Menta (padre del director) tiene al mismo tiempo un lado cómico y uno perturbador. El ilusionista, parlanchín y mujeriego, oculta un detalle de su vida que no quiere que salga a la luz (aunque él no es el único en la compañía que intenta borrar su pasado…)
El guión de “Freddy” fue escrito por Ibáñez Serrador (bajo su pseudónimo de Luis Peñafiel) y el argumento es idea original suya (Los episodios de “Historias para no dormir” solían estar basados en relatos de famosos autores de misterio como Poe o Bradbury). Cándida Losada, que interpreta a la vidente Tatiana, ya participó en un rol secundario en “La Residencia” (1969) y también en “Tristana” (1970) de Buñuel. La pelirroja, primera víctima, está encarnada por Fedra Lorente, conocida actriz televisiva española.
FHP, marzo de 2016
[…] honorífico a su trayectoria, el Goya de Honor, motivo por el cual publicamos la reseña de su “Freddy” (que nada tiene que ver con el de “Pesadilla en Elm […]
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