La noche que Evelyn salió de la tumba – Emilio P. Miraglia, 1971

La noche que Evelyn salió de la tumba ( V.O. La notte che Evelyn uscì dalla tomba)

Italia, 1971

Director: Emilio P. Miraglia

Género: Giallo, terror

Guión: Fabio Pitorru, Massimo Felisatti, Emilio P. Miraglia

Intérpretes: Anthony Steffen (Lord Alan Cunningham), Marina Malfatti (Gladys Cunningham), Giacomo Rossi Stuart (Dr. Richard Timberlane), Umberto Raho (Farley), Erika Blanc (Susie)

Música: Bruno Nicolai

Argumento

Lord Alan Cunningham es un aristócrata inglés con serios trastornos psiquiátricos. Su salud mental se tornó inestable tras la muerte de su esposa Evelyn. Ésta falleció, supuestamente, cuando estaba por dar a luz, perdiendo también al niño. Alan se siente culpable por ello, ya que pretendía forzarla a abortar al estar convencido de que su esposa le era infiel.

Pese a los consejos de su médico y amigo Richard, quien dirige un frenopático, el atormentado Alan insiste en vivir en el semiderruído castillo de su familia. Allí se dedica a traer esporádicamente jóvenes mujeres, prostitutas o bailarinas de clubs nocturnos, a las que lleva a una cámara acondicionada como “sala de torturas”, donde las azota con un látigo y las apuñala. Suelen ser mujeres que tienen un parecido con la difunta Evelyn, y que son pelirrojas como era ella.

Alan siempre tiene la precaución de cambiar las matrículas de su coche por el camino, cuando se dirige desde la ciudad a su castillo; para que nadie le relacione a él con las desapariciones. Pero en el interior de su propiedad vive un extraño cazador que suele ser testigo de sus desmanes: Se trata de su cuñado Albert, hermano de Evelyn. Alan logra tenerlo bajo control por el momento, pagándole dinero regularmente para evitar que se vaya de la lengua. En otra parte del castillo también vive su tía Agatha, en silla de ruedas; quien tiene secretamente una relación con Albert.

George, el primo de Alan, le recomienda que se vaya a Londres para conocer nuevas mujeres, que le ayuden a superar sus trastornos. Así, es él quien le pone en contacto con Susie, quien está destinada a convertirse en su próxima víctima.

Tanto George como Agatha y Albert, sus únicos parientes, están al corriente de la delicada salud mental de Alan. Sus crisis nerviosas son cada vez má alarmantes, y Richard le ha recomendado en más de una ocasión que se interne voluntariamente en su sanatorio. Al no tener Alan hijos, sus familiares y amigos especulan a sus espaldas con la posibilidad de heredar la inmensa fortuna familiar de los Cunningham.

En una fiesta de su primo George, Alan conoce a una joven llamada Gladys y se enamora de ella instantáneamente. A ésta no la lleva a la lóbrega mazmorra de su castillo para torturarla, sino que le pide esa misma noche que se case con él.

Ella acepta, y tras la boda se muda con él al castillo, donde también residen George, Agatha y Albert. Desde ese momento comienzan allí a suceder fenómenos extraños: Gladys afirma ver por las noches a una misteriosa mujer pelirroja. Alan entiende, por la descripción que hace de ella, que tal mujer no puede ser otra que Evelyn…

Extrañas muertes se suceden en las propiedades de los Cunningham, y cuando una noche de tormenta Alan se dirige a la cripta familiar donde está sepultada Evelyn, descubre con horror que su sarcófago está vacío…

Comentario

Buscando ser al mismo tiempo un giallo y un film de terror gótico, la película no termina siendo realmente ni una cosa ni la otra. Pese a su atrayente título y a su prometedor comienzo, con la escena inicial del hombre que huye del manicomio perseguido por los loqueros mientras está drogado; y también pese a la interesante premisa argumental (la historia de un aristócrata psicópata), el producto final resulta decepcionante y un tanto confuso.

El “loco” Alan parece no estar tan loco después de todo (¡termina siendo el héroe de la película!), y los “malos” son en realidad los que han ingenierizado la conspiración contra él… Varios giros de guión que más que sorprendentes resultan bastante implausibles se suceden hacia el final de la película. Por ello no funciona como giallo, y pese a algunas tétricas y bien logradas escenas tampoco como película de terror, ya que la trama que se termina imponiendo, la de la herencia, es demasiado prosaica; contribuyendo a anular el interés sobrenatural y macabro que tendría una venganza de ultratumba de la tal Evelyn.

Digna de ser destacada, sin embargo, es la escena de la mujer que tras recibir un golpe en la cabeza con una piedra es encerrada en la jaula de los zorros, para ser devorada por éstos.

Es curioso que la “tía Agatha” (Joan C. Davis en su único rol tras las cámaras) parece mucho más joven que su “sobrino” Alan. Probablemente, sólo va en silla de ruedas para dar la impresión de que es una anciana.

El director Emilio P. Miraglia realizaría al año siguiente una película superior, “La dama rossa uccide sette volte”, con una atmósfera bien lograda, y donde los elementos del suspense y el gótico sí están mejor combinados. La actriz Marina Malfatti, que da vida a Gladys, también aparece en ese otro film.

Susie está interpretada por Erika Blanc (nombre real: Enrica Bianchi), protagonista de la terrorífica y muy recomendable co-producción italo-belga “La plus longue nuit du diable” (Jean Brismée, 1971).

FHP, mayo de 2016

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