Tunka el Guerrero – Joaquín Gómez, 1983

Tunka el Guerrero

España, 1983

Director: Joaquín Gómez

Género: Espada y brujería

Guión: Joaquín Gómez

Intérpretes: Joaquín Gómez (Tunka), Remedios Hernández a.k.a. Paula Farrell (Malenka), Tom Hernández (El Gran Sabio)

Argumento

En una era post-apocalíptica, donde el pasado y el presente se confunden, la humanidad está dividida en múltiples clanes en los que impera una estricta separación de sexos. La tribu exclusivamente femenina de las “Selenas” ha establecido su hegemonía en un vasto territorio. Esas temibles amazonas han logrado subyugar a la pacífica tribu de los “Senkas”, integrada sólo por hombres. Éstos se ven obligados a residir en el valle de Syx. Los “Tesalis”, otro pueblo compuesto por varones, forman parte una etnia maligna que busca esclavizar a todo el orbe.

Un destacamento de selenas es atacado por los tesalis. Las chicas son llevadas como prisioneras a una gruta. Sin embargo una de ellas ha logrado escapar a la emboscada, y se presenta ante la reina Tanit y su consejera Malenka para informarlas de lo acontecido. Tanit ordena que se envíe a Trila, el “elegido” de los senkas, para que rescate a las mujeres y se enfrente al malvado Gorgo, líder de los tesalis.

Trila cabalga rumbo a los dominios de los tesalis, pero éstos le vencen sin ninguna dificultad. Pocos días después, las selenas encuentran su cadáver y le hacen un funeral con todos los honores, para finalmente lanzar el cuerpo desde un acantilado al mar, para que su espíritu se reúna con “la Gran Madre Ika” (la diosa de esas amazonas).

Algo más tarde los senkas hallan los restos de Trila en la orilla, y creen que ha sido asesinado por las selenas. Tunka, el hermano de Trila, sale del valle de Syx donde su pueblo malvive recluído y se dirige al campamento de las selenas en busca de venganza. De camino hacia allí, en la playa, encuentra la espada de su difunto hermano.

Malenka y otra selena se topan con él en la costa y piensan que se trata de un tesali, pues “nunca un senka logró salir del valle de Syx”. Pero pronto se aclaran todos los malentendidos: Tunka, que ignoraba gasta el momento la existencia de los tesali, se entera así de que éstos son los auténticos asesinos de su hermano. Las selenas lo llevan ante la divina reina Tanit. Tunka, y más tarde sus hombres, deberán enfrentarse a varias pruebas; luchando contra las amazonas para probar su destreza. Tras ello serán aceptados por Tanit y sus guerreras como dignos camaradas de batalla y todos juntos, hombres y mujeres, procederán a luchar unidos contra los tesalis para liberar a las selenas presas en la gruta…

Comentario

“Tunka el guerrero” contiene un par de elementos interesantes en lo que respecta al argumento: Por un lado nos muestra una inicial separación entre tribus de hombres y de mujeres, hostiles entre sí, algo que recuerda ligeramente a la “guerra de sexos” que mediante ingeniería social trata de implementarse en la actualidad (la llamada “ideología de género”).

Ese enfrentamiento debe ser superado para que vuelva a reinar la armonía “en el nuevo ciclo”. Y de hecho, los senkas y las selenas terminan dándose cuenta de que habían vivido en un engaño: Ambos pueblos descubren quién es el enemigo real (los tesalis) y se unen para combatirlo (aunque, como dice el epílogo, “el Mal siempre estará al acecho”). Sólo cuando los dos sexos han dejado de mirarse mutuamente con recelo puede dar inicio una nueva época de prosperidad. También es digno de mención que la película busque reflejar la concepción cíclica del tiempo: Los hechos narrados acontecen tras un apocalipsis, pero no necesariamente en el “futuro” respecto a nosotros como el famoso “Mad Max” y otros films de temática post-apocalíptica similares. Recordemos que los mitos y leyendas de muchos pueblos antiguos hablan de grandes cataclismos (quién sabe si “nucleares”) como aquel que hizo que los océanos engulleran la Atlántida (sin olvidarnos del “diluvio universal”, historia presente en muchas culturas). “Apocalipsis” y “fines del mundo” ha habido varios a lo largo de los eones, y después de cada uno surgió siempre un nuevo ciclo cósmico (lo que los hindúes denominan manvantaras). El hombre materialista moderno ha olvidado la visión tradicional cíclica del tiempo, a la que, por cierto, también alude Nietzsche con su “Eterno Retorno”. Por todo ello, los personajes pueden ser “nuestros antepasados o nuestros descendientes”, como sentencia el epílogo.

Exceptuando esos detalles, que aportan una memorable originalidad a la trama, la película en sí es por desgracia un completo despropósito. Las producciones barbarian-explotation italianas como “Gunan” o “Sangraal” (cinematográficamente hablando lo más similar que nos podemos encontrar a “Tunka”), cuentan con una calidad técnica y artística muy superior; e incluso con un holgado presupuesto en comparación. Las “interpretaciones” en “Tunka” varían desde la lacónica y flemática sobriedad de la mayoría de los personajes (entre ellos el insípido protagonista) hasta el teatral histrionismo exacerbado de otros (especialmente el del “Gran Sabio”, que aparece a lo largo del metraje a modo de narrador, soltando monsergas análogas a las de la voz en off de “Gunan”). Los grotescos “malvados” responden al clásico estereotipo infantiloide: Carcajadas “malignas” a cada momento, al mismo tiempo que muy tontos. No podía faltar tampoco el “amigo gracioso” del protagonista; en éste caso se trata de un enano, quien acompaña a Tunka “amenizando” sus expediciones.

Lo cutre del vestuario de las amazonas es de vergüenza ajena: A excepción de las principales selenas Tanit y Malenka, quienes tienen un aspecto de bárbaras “decentes”, las demás van ataviadas con unos vestidos que parecen disfraces baratos de “los Picapiedra”. Tendría un pase si al menos enseñaran las carnes, pero ni eso. Tanit y Malenka son las únicas relativamente sexys, aunque tampoco están a la altura de Sabrina Siani.

La película fue rodada en las montañas y costas cántabras, tomando unas ruinas romanas (templo y anfiteatro) para escenificar los dominios de las selenas.

Joaquín Gómez es el responsable de perpetrar éste “pseudo-Conan” español. Hay que reconocer que se tomó en serio su proyecto fílmico, tratando incluso de envolverlo con ciertas pretensiones didácticas. Lamentablemente su falta de medios y conocimientos técnicos (así como una obvia ausencia de talento) hace naufragar el resultado final. Además de dirigir, encarna bajo el alias de Dan Barry al protagonista Tunka.

La carrera cinematográfica de Joaquín Gómez incluye una colaboración con el “licántropo ibérico” Jacinto Molina (a.k.a. Paul Naschy) en el peplum hispano “Los Cántabros” (1980), una película mucho más digna. Allí Joaquín Gómez/Dan Barry interpreta al caudillo cántabro Corocotta (siglo I a.C.), quien resistió a la invasión romana.

FHP, marzo de 2016

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