El ambicioso – Pasquale Squitieri, 1975

L´ambizioso

Italia, 1975

Director: Pasquale Squitieri

Guión: Carlo Rivolta, Pasquale Squitieri

Intérpretes: Joe Dallesandro (Aldo), Stefania Cassini (Luciana)

Música: Franco Campanino

Género: Drama, gangsters

Argumento

Aldo es un contrabandista en Nápoles que no piensa seguir dedicándose por mucho tiempo a esa actividad. Pretende escalar en la jerarquía del hampa y ganar mucho más dinero del que consigue trapicheando con cartones de tabaco. Al margen de los precios establecidos por su jefe Don Enrico, Aldo comienza a vender la mercancía más cara y a meterse en negocios en los que nadie le ha autorizado. Cuando Don Enrico se entera, decide “desterrar” de Nápoles al impulsivo joven. Unos matones enviados por el jefe de la Camorra le pegan una paliza a Aldo, y éste se ve obligado a marcharse de la ciudad por un tiempo. En una gasolinera a las afueras, Aldo conoce a una chica llamada Luciana que viaja en su coche rumbo al norte. El contrabandista le pide que le de un pasaje, y ella accede. Luciana se dirige a Roma, donde trabaja como humilde cajera en un supermercado. Ella le ofrece hospedarse en su casa y ambos no tardan en convertirse en amantes.

En Roma, Aldo contacta a su primo Carlo. Éste también es un delincuente caído en desgracia, y ahora trabaja desguazando coches. Carlo se ha retirado de la vida criminal, pues los que están “por encima” son demasiado poderosos, y los que están por debajo (las bandas callejeras) son demasiado violentas y peligrosas. A diferencia de Aldo, él no tiene grandes ambiciones. Pero accede a proporcionarle nuevas conexiones para un prometedor golpe.

Así, Aldo conoce a Corrado; quien le propone un asalto en el que podrán hacerse con una maleta repleta de joyas. Aldo planifica y ejecuta el golpe con la ayuda de su primo. Pero cuando ambos abren la maleta, se dan cuenta de que en lugar de preciosas alhajas ésta contiene varios paquetes de droga… Ahora los dueños de la mercancía los buscan por todas partes. Carlo trata de convencer a Aldo de que se deshaga del alijo, pues ellos no tienen la posibilidad de venderlo y carecen de experiencia en ese negocio. Pero Aldo, ambicioso como es, decide quedarse con la droga para sacarle el mayor rendimiento posible.

El propietario “legítimo” de la droga resulta no ser otro que Don Enrico. Cuando él descubre que su antiguo empleado Aldo está detrás, se propone darle caza para eliminarlo definitivamente. Sus sicarios sólo encuentran a Carlo, y tratando de hacerle confesar lo asesinan en presencia de su mujer e hijo pequeño. Mientras tanto, Aldo ha escondido los paquetes de droga con la ayuda de su amiga Luciana.

Pronto, Aldo decide dejar de esconderse y salir a retar abiertamente a Don Enrico, regresando para ello a Nápoles. Pero antes, se dedica a formar una banda capaz de plantarle cara a la organización del camorrista. En Roma Aldo se dedica a reclutar maleantes de toda índole; entre ellos moteros, boxeadores, y un taciturno pistolero francés. Cuando ha compuesto y organizado su “ejército” vuelve a Nápoles con el objetivo de desbancar a su antiguo jefe.

Ahora Aldo ya no está interesado en el contrabando de tabaco, sino en el tráfico de drogas; así como en el control de restaurantes y clubes nocturnos. Él y su banda se dedican a cobrar las cuotas de “protección”, de los negocios que hasta ahora pagaban a Don Enrico…

Si bien Luciana acompaña a Aldo en su ascenso hacia la cúspide del hampa, la chica pronto se resiente ante la gradual transformación del hombre del que se enamoró. Luciana empieza a abusar de la bebida y a vagar sola por las calles, convirtiéndose en presa fácil para los enemigos de Aldo…

Comentario

Unos años después de la previamente reseñada “Camorra” (1972), Pasquale Squitieri volvió a ocuparse del mismo tema usando una premisa argumental bastante similar: El joven audaz e indómito que procedente de los bajos fondos busca riqueza y poder a toda costa. Ello, inevitablemente, le empujará a terminar enfrentándose con su mentor. Es muy curioso que quien realiza dicho rol de preceptor convertido en enemigo, el jefe camorrista en ambas películas, es el mismo actor: el francés Raymond Pellegrin (Capece en “Camorra” y Don Enrico en ésta “L´ambizioso”).

El tono del film que nos ocupa es análogo al de “Camorra”, aunque en ésta ocasión hay más tiroteos y persecuciones, más escenas de acción; lo que emparenta al largometraje con el polizziesco más habitual.

Existe también una subtrama que aunque puede pasar inadvertida resulta bastante interesante, y que recuerda a los thrillers político-policíacos de Damiano Damiani o Fernando Di Leo: Se menciona, aunque de pasada, que la droga la traen a Nápoles los marineros norteamericanos. En la película vemos la base naval de ocupación que EEUU instaló en Nápoles desde finales de la IIGM. Se sugiere que Aldo y los demás personajes implicados en el contrabando primero y el narcotráfico después, cuentan con la cobertura yanki para realizar sus clandestinas operaciones. También Don Enrico, hacia el final de la película, parece consciente de que él y Aldo “no son nadie” en esos negocios, pues los que realmente lo controlan todo no son precisamente las bandas que se reparten las calles.

Aldo está interpretado por el “warholiano” Joe Dallesandro, en el que junto a su intervención en “Vacanze per un massacro” (Fernando Di Leo, 1980) es probablemente uno de sus mejores papeles. Stefania Cassini, a quien vimos en “Suspiria” (Dario Argento, 1977) da vida a la atormentada Luciana.

FHP, octubre de 2016

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