Hasta el viento tiene miedo – Carlos Enrique Taboada, 1968

Hasta el viento tiene miedo

México, 1968

Director: Carlos Enrique Taboada

Género: Terror

Guión: Carlos Enrique Taboada

Intérpretes: Alicia Bonet (Claudia), Norma Lazareno (Kitty), Marga López (Bernarda), Maricruz Olivier (Lucía), Renata Seydel (Ivette)

Música: Raúl Lavista

Argumento

Claudia es una joven estudiante que reside en un internado femenino. Por las noches tiene espantosas pesadillas en la que ve a una chica ahorcada que no cesa de llamarla.

Víctima de un ataque de pánico, Claudia es atendida a la mañana siguiente por un médico que la recomienda guardar reposo. Sin embargo, la severa señorita Bernarda, directora del centro, insiste en que la muchacha se reincorpore de inmediato a las clases. A excepción de la repelente chivata Josefina todas las alumnas detestan a la directora, a quien han apodado “la Bruja”. Por otro lado, la señorita Lucía, una profesora bondadosa y compresiva, sí que goza de la simpatía de las chicas.

El curso está a punto de terminar y sólo faltan pocos días para las vacaciones. Una mañana durante el recreo, Claudia se siente atraída hacia un misterioso torreón abandonado, situado en frente de la residencia, al otro lado del jardín. Normalmente un candado en la puerta siempre impide el acceso, pero ésta vez está abierto. Claudia asegura a sus amigas que en su sueño la ahorcada la llamaba desde allí. Kitty, una de las chicas, anima a las otras cinco a entrar en el torreón. Al principio no creen lo que afirma Claudia, pero ésta les describe meticulosamente lo que se encuentra en su interior y al subir las escaleras sus compañeras se convencen de que no les está gastando una broma. Claudia ya ha estado allí antes – aunque haya sido en sueños…

La furiosa directora descubre a las muchachas dentro de la torre y acusándolas de transgredir las normas les impone un draconiano castigo: Se van a quedar sin vacaciones.

Las seis permanecerán en el internado y además deberán asistir a las clases intensivas que “la bruja” y la señorita Lucía les dictarán. La chismosa Josefina, que no tiene familia, también se queda allí por voluntad propia. “¡Eso es un castigo aparte!” protesta Kitty, quien lo que más lamenta es no poder encontrarse con su novio Armando como tenía previsto.

Claudia continúa teniendo pesadillas, en las que escucha una voz que la llama, instándola a ir hacia la torre… La directora Bernarda, que parece querer ocultar algo a toda costa, no quiere oír hablar más del tema y amenaza a la preocupada joven con enviarla a un psiquiatra. Una noche, Claudia se levanta de su cama y comienza a caminar en estado de sonambulismo rumbo al siniestro torreón al otro lado del jardín… Dos de sus compañeras de habitación la siguen, una de ellas es Kitty. Claudia va despertando progresivamente mientras avanza hacia allí, y ve que la puerta de nuevo está abierta “Alguien la abrió para mí…” les dice a sus amigas, quienes insisten en regresar rápidamente al dormitorio. Entonces las tres jóvenes ven una espectral figura femenina asomada en la ventana de lo alto de la torre… “Ella está tratando de decirnos algo…”

Al día siguiente, durante la cena, Kitty se distrae observando una foto de su novio. Ello alerta a la directora, quien confisca la imagen. La chica está dispuesta a recuperar la foto como sea. Llena de rabia, Kitty les manifiesta a sus amigas que esa misma noche irá a buscarla al despacho de “la bruja”, ya que supone que la esconderá en algún cajón de su escritorio. Así, la audaz alumna se cuela a medianoche en la oficina de la directora pertrechada con una linterna. En uno de los cajones de la mesa encuentra la foto de Armando tal y como suponía, pero no sólo la de él… También la de una chica cuyo rostro le resulta vagamente familiar: Se trata de la fantasmal muchacha que viera la noche anterior asomada en la ventana de la torre. Pálida y aturdida le enseña después la foto a Claudia y a las demás. Claudia afirma que es ella la ahorcada que la llama en sueños.

Las estudiantes le confiesan lo sucedido a la señorita Lucía, y ésta decide revelarles la verdad que hasta el momento les había sido ocultada: La chica de la foto era Andrea, una alumna como ellas que cinco años atrás se suicidó en la torre. Andrea, alumna aplicada y querida por todos, también había sido castigada por la cruel directora poco antes de quitarse la vida.

El espíritu de Andrea no halla descanso, y en las noches tormentosas como la de su muerte continúa vagando por el internado. Y por algún extraño motivo sigue llamando a Claudia, a la que nunca llegó a conocer, tratando de atraerla hasta lo alto del torreón…

Comentario

“Hasta el viento tiene miedo”, que nos narra una truculenta y fascinante historia de posesiones y venganza de ultratumba, es un maravilloso clásico del cine de terror gótico mexicano y el más popular de los films del maestro Carlos Enrique Taboada.

Se encuentra también sin lugar a dudas entre las mejores películas de terror que se desarrollan en internados femeninos: Junto a “Suspiria” (Dario Argento, 1977), “Phenomena” (Dario Argento, 1985), “Aenigma” (Lucio Fulci, 1987) y muy particularmente la española “La Residencia” (Narciso Ibáñez Serrador, 1970) con la que tiene varios paralelismos – Además de la típica figura de la “severa directora” también allí aparece una “alumna chismosa” que ejerce como “lugarteniente” de la primera; en el caso del film de Chicho sería el personaje de Irene (Mary Maude). Sin embargo, en “La Residencia” se prescinde del elemento sobrenatural.

Como en el precedente elenco de películas, en „Hasta el viento tiene miedo“ vemos a bellas y jovencitas colegialas entre las que destacan la protagonista Claudia (Alicia Bonet), la desinhibida Kitty (Norma Lazareno) y la rubia Ivette (Renata Seydel). Alicia Bonet volvería a trabajar con Taboada en “Rubí” (1970) interpretando a la ingenua y sufrida Maribel (próximamente publicaremos la reseña de esa película). La directora Bernarda está encarnada por Marga López, quien tiene uno de los roles principales en “La muñeca perversa” (Rafael Baledón, 1969), otra interesante muestra del gótico mexicano.

La atmósfera inquietante resulta muy efectiva, con la tétrica torre misteriosa que atrae y repele al mismo tiempo, y los silbidos del viento que se escuchan permanentemente por las noches. También el suspense está desarrollado con gran habilidad; con imprevistos giros de guión que mantienen en vilo la tensión y la intriga. Cuando una noche las chicas se relajan y bailan despreocupadamente en la sala de música, un rostro fantasmagórico aparece en la ventana… Más tarde una supuesta muerta, víctima de un “accidente”, resucita y comienza a comportarse de forma extraña; como si fuera el vehículo, el instrumento, de un ser diverso…

“Hasta el viento tiene miedo”, film emblemático del terror mexicano, acostumbra a emitirse en la televisión de su país de origen el Día de los Muertos.

FHP, marzo 2016

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