La espada salvaje de Krotar – Michele Massimo Tarantini, 1982

La espada salvaje de Krotar (V.O. Sangraal, la spada di fuoco)

Italia, 1982

Director: Michele Massimo Tarantini

Género: Espada y brujería

Guión: Michele Massimo Tarantini, Piero Regnoli

Intérpretes: Pietro Torrisi (Sangraal), Yvonne Fraschetti (Aki), Xiomara Rodríguez (Rani), Mario Novelli (Nantuk), Margareta Rance (Lenna), Hal Yamanouchi (Wang), Sabrina Siani (Diosa del Oro)

Música: Franco Campanino

Argumento

El pueblo del rey Ator ha sido desposeído de sus tierras por las hordas del rey Krotar, el enviado de la Diosa del Mal. Sangraal, único hijo de Ator que logró sobrevivir a la masacre creció oculto en las montañas, y una vez alcanzada la edad adulta se convierte en lider y guía de su pueblo.

Sangraal conduce a sus gentes rumbo a la “tierra prometida” de la que hablan “las profecías”. Varios de los suyos desfallecen durante la larga marcha, atraviesan desolados y siniestros parajes, pero gracias al firme liderazgo de Sangraal logran alcanzar el valle donde se disponen a asentarse.

Sin embargo, una vez allí, presencian un encarnizado combate; otro pueblo está siendo aniquilado por las huestes de la malvada diosa Rani. A la cabeza de los invasores está el amenazador Nantuk. Sangraal y los suyos intervienen en ayuda de los lugareños y consiguen repeler a Nantuk y sus esbirros. Éstos aseguran que regresarán para vengarse.

Sangraal y su tribu son acogidos calurosamente por Balam, el rey del pueblo que había sido atacado. Ya que tanto unos como otros han sido considerablemente decimados, Balam propone que ambos pueblos se unan y convivan fundando juntos un nuevo estado. Sangraal acepta, pero la paz y la prosperidad están lejos de florecer…

Balam tiene una bella hija llamada Aki, quien se siente atraída por el heróico Sangraal. Éste, por su parte, ya está casado con la hermosa Lenna. Los celos entre ambas mujeres presagian futuras intrigas…

Pero no será eso lo que provoque la destrucción de la alianza estratégica entre los dos pueblos: Pues Nantuk, siervo de Rani, planea un nuevo asedio. Pronto se produce otra invasión donde las fuerzas enemigas devastan los dominios de Sangraal y Balam. Éste ultimo muere en combate, mientras que Sangraal es apresado y crucificado.

Desde la cruz contempla impotente cómo sus súbditos van siendo sistemáticamente liquidados sin compasión. Incluso su mujer Lenna perece bajo las espadas de los invasores. Al ver eso, el atormentado guerrero pierde el conocimiento.

Entretanto, la princesa Aki ha conseguido eludir el atroz destino de su padre y se dispone a liberar a Sangraal de la cruz. Nantuk se da cuenta demasiado tarde de que Sangraal ha escapado.

Aki se esconde con el malherido héroe tras unos arbustos. A ellos no tarda en unirse un aventurero oriental llamado Wang. Cuando Sangraal vuelve en sí, se dirige desesperado al cuerpo de su amada Lenna y jura devolverla a la vida “No pude protegerla, así que he de rescatarla de la muerte”. Aki trata de disuadirle, pues cree que es imposible desafiar de tal modo a las leyes de la naturaleza. Sin embargo Wang considera que tal vez podría lograrse con la ayuda del sabio Rudak, un mago cuya morada está en lo alto de las montañas. Sangraal insiste en que Wang le conduzca hasta allí y los tres se ponen de  inmediato en camino.

Mientras tanto, los malignos adoradores de la diosa Rani continúan al acecho y nuestros amigos deberán superar numerosos obstáculos para alcanzar su objetivo…

Comentario

“Sangraal la spada di fuoco” es una mediocre pero entretenida barbarian-explotation que toma como modelo al Conan de Milius. El guión es harto calamitoso e inconsistente; se nota que fue escrito con prisas y probablemente sobre la marcha, sin ninguna intención de profundizar en la historia (Muchas sub-tramas comienzan y enseguida se abandonan, por ejemplo la potencialmente interesante historia de celos entre Lenna y Aki está muy desaprovechada).

Tanto los diálogos como la cansina voz en off que nos cuenta la historia previa resultan en varios momentos involuntariamente cómicos y hasta ridículos: “Las Fuerzas del Mal sólo engendran maldad, mas el Bien antepone la bondad” nos explica solemnemente el narrador. Otro absurdo e hilarante ejemplo lo tenemos cuando Wang se presenta a Aki y Sangraal. Al decirle la chica su nombre, el asiático comenta: “Aki, me gusta; es como una dulce música” (!?). El personaje de Wang, que rezuma “sabiduría oriental” y siempre tiene un “proverbio chino” a mano, es una clara imitación del Subotai de Conan el Bárbaro. Aki y antes Lenna, morena una y rubia la otra, hacen las veces de Sonja.

Extrañamente el héroe abandona sin demasiada dificultad la idea de resucitar a su amada, su motivación principal al iniciar el aparatoso periplo. Pronto aparecen nuevos desafíos y misiones: Nada menos que encontrar “el Arca de los Templarios” (!??) – No olvidemos que ésta película está ambientada en una época mágica y prehistórica, mucho anterior a nuestra era.

Además de a los ejércitos de Nantuk, Sangraal y sus camaradas deberán enfrentarse a unos seres “reptiloides” (nunca es posible verlos con claridad) en unos subterráneos túneles y a unos primitivos hombres-mono (caníbales?) en la espesura de la selva.

En su versión española el film se llama “La espada salvaje de Krotar”, pero el tal Krotar no aparece por ningún lado. Sólo es mencionado en una ocasión muy al principio por el narrador (se trata de un rey que expulsó al pueblo de Sangraal de sus tierras originales). Sin duda ese engañoso título fue una idea de los distribuidores españoles, que de algún modo pretendían asociar la película con la popular colección de cómics de “La espada salvaje de Conan”.

El “Ator” al que también se hace mención al inicio como padre de Sangraal, no parece tener nada que ver con el Ator de Joe D´Amato, otro casposo bárbaro itálico rip-off de Conan que daría lugar a toda una saga.

Sabrina Siani, la musa de la espada y brujería a la italiana, también está muy desaprovechada y aparece sólo unos escasos minutos; como una voluptuosa y sucúbica deidad que custodia el arca en la gruta.

El culturista Pietro Torrisi (a.k.a. “Peter McCoy”) interpreta al fornido Sangraal. Torrisi también protagonizó un barbarian-explotation menos conocido pero mucho más interesante, “El Trono de Fuego” (Franco Prosperi, 1982), donde compartió cartel con Sabrina Siani.

Michele Massimo Tarantini, que dirigió “La espada salvaje de Krotar” bajo el pseudónimo de “Michael Lemmick” realiza un inusual trabajo de cámara, recreándose en los planos contrapicados (y abusando de ellos).

Pese a los muchos defectos de la película, su banda sonora es más que aceptable; pues cuenta con ínfulas altamente épicas inspiradas sin duda en el Carmina Burana.

FHP, marzo de 2016

8 comentarios en “La espada salvaje de Krotar – Michele Massimo Tarantini, 1982

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