Santa Sangre – Alejandro Jodorowsky, 1989

Santa Sangre

México/Italia, 1989

Director: Alejandro Jodorowsky

Guión: Alejandro Jodorowsky, Roberto Leoni, Claudio Argento

Intérpretes: Adán Jodorowsky (pequeño Fénix), Axel Jodorowsky (Fénix adulto), Blanca Guerra (Concha), Sabrina Dennison (Alma), Guy Stockwell (Orgo), Thelma Tixou (La Tatuada), Teo Jodorowsky (Chulo)

Música: Simon Boswell

Género: Psico-thriller surrealista

Argumento

El pequeño Fénix, de unos 10 años, es un niño mago que forma parte del „Circo del Gringo“ en México DF. Su padre, Orgo, es un alcohólico lanzador de cuchillos siempre vestido de estrafalario cowboy. Su madre, la trapecista Concha, pertenece a una bizarra secta llamada “Santa Sangre”. Orgo tiene una amante en la compañía circense, una contorsionista con el cuerpo completamente tatuado que acostumbra a colocarse en la diana a la que Orgo lanza los cuchillos. Ella se excita cuando los puñales (símbolo fálico) se clavan a su alrededor, a escasos milímetros de su piel. Orgo tiene un ave fénix tatuada en el pecho.

La Tatuada es la tiránica madrastra de una niña sordomuda llamada Alma, a la que adiestra como equilibrista. La pequeña, más o menos de la edad de Fénix, debe avanzar por una cuerda en llamas pero tiene miedo, su madrastra la grita y amenaza.

Alma y Fénix se hacen amigos, tras lo cual ella es finalmente capaz de caminar por la soga ardiente.

Fénix tiene como principal compañero de andanzas a un enano llamado Aladín. Juntos, con payasos y otros empleados del circo, participan en un desfile cabalgando a lomos de un elefante.

La policía está a punto de derribar la iglesia de la congregación “Santa Sangre”, a la que pertenece Concha. Ésta es la líder del culto apocalíptico (cantan “El fin del mundo se acerca ya…”) que venera a la “santa” Lirio.

Concha y los demás adeptos (sobre todo mujeres) se han atrincherado en el interior del templo para evitar que sea derruído. Un obispo interviene como mediador, y Concha procede a explicarle los orígenes de la devoción que ella y sus acólitos profesan: Según cuenta, hace mucho tiempo había una niña llamada Lirio que fue atacada allí por dos hombres (los hermanos Terrano), quienes la violaron y le amputaron ambos brazos, dejando que muriera desangrada en una piscina. Sobre esa piscina llena de su sangre, el culto edificó un templo en honor a la mártir. Los miembros de la secta visten unas túnicas rojas con unos brazos doblados y cruzados dibujados en el pecho a modo de emblema.

El obispo, al comprobar que la supuesta sangre milagrosa de la piscina no es más que pintura, se da cuenta de que todo es una farsa. Pero Concha, fanática e histérica, insiste en que se trata de sangre auténtica (“Santa Sangre”). El monseñor abandona su tarea de mediador y considera que esa iglesia es sacrílega y hereje, instando a las fuerzas del orden a que derriben el templo tal y como habían previsto.

Fénix es testigo de la demolición de la iglesia y teme por la vida de su madre. Ella está dispuesta a ser una nueva mártir, pero cuando su hijo se aproxima a ella llorando decide retirarse antes de que lleguen las excavadoras.

De regreso al circo, Concha estalla en un virulento ataque de celos al sorprender a su marido en lasciva actitud con la Tatuada. Fénix debe presenciar la pelea de sus padres. Al salir, Aladín le informa de que el elefante se está muriendo. Sangre mana de su trompa.

Poco después se produce el deceso del paquidermo. Un cortejo fúnebre-circense con un enorme ataúd desfila por las calles hasta llegar a un acantilado a las afueras. Al final del precipicio hay un vertedero de basuras, y junto a él un poblado chabolista donde viven los parias de la sociedad. El gigantesco ataúd con el difunto elefante es empujado al vertedero y de inmediato las legiones de desheredados se abalanzan sobre el féretro. Los exaltados indigentes despedazan el cadáver del elefante y se lo reparten para comer.

Fénix contempla la escena del “entierro” con gran tristeza. De vuelta al circo, su padre Orgo le inicia en lo que parece ser la tradición familiar, tatuándole en el pecho un ave fénix. El niño soporta el doloroso procedimiento atado a una silla. Después su padre le felicita: “Ahora ya eres un hombre”. Ha superado el rito de iniciación. Desde ese momento Fénix ya no viste la túnica de la secta de su madre sino el estrafalario traje de vaquero como su padre.

En una función en el circo, Fénix participa como niño mago. Alma se mete en una caja de cristal, que es recubierta por una manta e instantes después en lugar de la pequeña está allí Concha, su madre. Ha „transformado“ así a una niña en una mujer adulta. A continuación, la trapecista Concha es elevada a las alturas de la carpa por unas cuerdas que le agarran los cabellos. Desde lo alto ve como Orgo, su marido, está de nuevo tonteando con la Tatuada y monta en cólera. Pide que la bajen de inmediato. Para que el público no se percate de lo que sucede, da comienzo precipitadamente el número de los payasos.

Concha sigue a Orgo y a su amante hasta el cubículo donde ambos retozan, y presa de la ira lanza a su marido algo que parece ser líquido inflamable. El hombre, fuera de sí, la coloca en la diana de sus prácticas y tomando dos cuchillos le amputa los brazos a Concha. Ahora ella ha perdido las extremidades superiores igual que su venerada santa Lirio. Luego, Orgo sale tambaleándose por el dolor que en la entrepierna le produce la sustancia tóxica, y termina rajándose el cuello. Fénix, desde el interior de una caravana, ha presenciado el brutal ataque a su madre y el violento suicidio de su padre… La Tatuada huye del circo llevándose a Alma.

Muchos años tras la tragedia familiar, Fénix ya es un joven adulto. Ha pasado todo ese tiempo en clínicas psiquiátricas, profundamente afectado por el trauma. Se encuentra en un estado catatónico. La mayoría de sus compañeros en el centro son adolescentes con el síndrome de Down. Una noche, el médico que se encarga de ellos los lleva fuera de la clínica para que salgan por la ciudad.

Mientras la enfermera y el doctor se ausentan, a las puertas del cine donde se supone iban a entrar aparece un hampón de medio pelo que se lleva con él al grupo de retrasados: Les da a probar cocaína y después, como es un proxeneta, los conduce a una prostituta (horrendamente obesa). Allí, entre las demás putas que desempeñan sus funciones, Fénix reconoce a una que le resulta familiar: Es la Tatuada del circo.

Al día siguiente, de nuevo en su habitación en el manicomio, Fénix escucha una voz que le llama desde la calle. Se encarama a la ventana y ve a su madre, esperándole. Concha ahora ya no tiene brazos. Fénix se descuelga hasta la acera y se va con su madre.

En el barrio de las prostitutas, por la noche, el proxeneta lleva a tres soldados a casa de la Tatuada. Uno de ellos es un gigante con aspecto de deficiente. Precisamente a éste le conduce a un cuarto trasero donde plácidamente duerme Alma, ahora ya una joven mujer. La Tatuada se la entrega para que haga con ella “lo que quiera”, pues “es muda” y no puede gritar. Pero Alma despierta, se resiste y huye, escapando así de ser violada.

Esa misma noche, a casa de la Tatuada llega una inesperada visita: Unos brazos la apuñalan repetidas veces hasta la muerte. A la mañana siguiente, Alma regresa y al encontrar el ensangrentado cuerpo de su “protectora” se marcha de allí.

Fénix, por su parte, camina por la ciudad vestido de mago, con chistera y capa. Se reencuentra en la calle con su viejo amigo el enano Aladín, que se desempeña como limpiabotas. Fénix y su madre trabajan ahora en un teatro, representando funcione

Fénix, colocado detrás de Concha sin que se le vea desde el público, aporta los brazos que ella ya no tiene y ambos se mueven sincronizadamente.

En la compañía teatral también trabaja una mujer llamada Rubí haciendo strip-tease. Ella se siente atraída por el apuesto mago Fénix. Los dos fijan encontrarse una noche después de las funciones tras el escenario. Allí llega Fénix vestido con el mismo extravagante traje de cowboy que usaba su padre, y pertrechado de unos cuantos cuchillos. Ella deberá colocarse en la diana y él lanzará los cuchillos a su alrededor, como Orgo hacía con la Tatuada… Entonces aparece Concha, celosa y despótica, quien le dice a su hijo con severidad: “Ya sabes lo que tienes que hacer…” “No, mamá, no me pidas eso…” “¡Estoy ordenando a mis brazos y a mis manos que la mates!”…

Comentario

Tras dirigir “La Montaña Sagrada” (1973), Alejandro Jodorowsky se embarcó en un ambicioso proyecto para llevar a la gran pantalla la novela “Dune” de Frank Herbert. Debía tratarse de un muy costoso largometraje de ciencia ficción con los habituales toques místico-lisérgicos propios de Jodorowsky. Sin embargo, el productor Dino de Laurentiis (quien entre otras muchas películas financió en 1982 el Conan de John Milius) se echaría atrás y los trabajos fueron interrumpidos. “Dune “ sería filmada en 1984 por David Lynch. No me cabe duda de que la versión de Jodorowsky (que nunca llegó a ver la luz) habría sido mucho más interesante. El psicomago iba a contar con la colaboración del artista gráfico H.R. Giger (diseñador de los extraterrestres de la saga “Alien”) e incluso del mismísimo Salvador Dalí.

En 1980 Jodorowsky dirigió la mediocre “Tusk” y nueve años después volvería al cine a lo grande con la obra maestra que nos ocupa; el psico-thriller “Santa Sangre”, un cruce muy bien logrado entre film surrealista (digno heredero de “El Topo” o “La Montaña Sagrada”) y giallo, con sangrientos asesinatos a la italiana. Y es que “Santa Sangre” fue producida por Claudio Argento, el hermano del famoso Dario. También René Cardona Jr., conocido director mexicano, fue uno de los productores. Las escenas violentas, como el asesinato de la Tatuada (donde no vemos al asesino), están obviamente inspiradas en el inconfundible estilo de los maestros Mario Bava o Dario Argento.

Para matizar, debería señalarse que más que una película mística/esotérica como las anteriores de Jodorowsky, “Santa Sangre” es un film de una enorme profundidad psicológica, que explora el traumatizado subconsciente del protagonista – Incluyendo, como no podía ser de otra manera, un amplio repertorio de elementos oníricos y surrealistas. Entre ellos destacaré la genial escena del entierro del elefante, o el pesadillesco momento en el que Alma se encuentra en la calle durante su huída con un hombre que se arranca su oreja y se la entrega (Algo similar sucede en “La Montaña sagrada”; con el anciano que se extrae su ojo de cristal para depositarlo en la mano de la niña-prostituta). Cuando Alma sale precipitadamente de su casa, parece ser el Día de los Muertos (celebración muy popular en México) pues las calles están repletas de adornos con calaveras. También es memorable la escena de la alucinación de Fénix en el “cementerio”, donde las muertas mujeres de blanco emergen de la tierra…

“Santa Sangre” podría calificarse como película psicoterapéutica con reminiscencias hitchcockianas. Fénix debe recorrer un largo camino para anular los traumas que le atormentan (su “psicosis”) y para superar los fantasmas del pasado que aún anidan en su interior. Sólo entonces podrá “renacer de sus cenizas”, como el ave que le da su nombre.

No se aproxima ni mucho menos al “mainstream”, pero al tratarse de un thriller psicológico “Santa Sangre” es probablemente la película de Jodorowsky más accesible al gran público, la que cuenta con menos parafernalia ocultista. Aún así abunda copiosamente la simbología. El “logotipo” de los brazos cruzados que emplea la secta de Concha recuerda a la escuadra y el compás masónicos.

Cuando Orgo le tatúa el fénix a su hijo de 10 años, le dice que ahora “ya es un hombre”. Algo análogo sucede en la secuencia inicial de “El Topo”, cuando el pistolero le dice a su hijo (de 7 años) que entierre en el desierto su primer juguete y el retrato de su madre. La muerte de Orgo tiene un enorme paralelismo con la de El Coronel de “El Topo” y es muy probable que Jodorowsky realice aquí una auto-referencia. Además: Orgo también usa peluquín, igual que el Coronel.

Si en “El Topo” Jodorowsky contó como actor con su hijo Brontis (el niño en las escenas iniciales) y en “La montaña sagrada” participa su entonces esposa Valerie (como Sel, la representante de Saturno) en “Santa Sangre” el director emplea a tres de sus hijos: Adán y Axel dan vida al mismo personaje en dos etapas distintas de su vida. Adán, el más joven de sus hijos, es el pequeño Fénix y Axel interpreta al Fénix adulto (Hoy Adán ha alcanzado celebridad como músico bajo el nombre de “Adanowsky”). El tercero de los hijos que aparecen el film es Teo (muerto en un accidente de tráfico en 1995), quien tiene un papel secundario pero memorable: El del proxeneta que se lleva de putas a los retrasados, en la sórdida escena antes comentada.

Por cierto, Jodorowsky tiene una bella nieta llamada Alma, igual que la amiguita de Fénix en la película. Alma, que es la hija de Brontis (el pequeño hijo de El Topo), nació dos años después del rodaje de “Santa Sangre” y hoy ejerce como modelo.

La muy destacable banda sonora (a base de sintetizadores y órganos y que cuenta también con canciones folklóricas mexicanas y rítmicas percusiones con tambores) estuvo a cargo del inglés Simon Boswell, quien junto a los Goblin de Claudio Simonetti había compuesto en 1985 la música para “Phenomena” de Dario Argento.

FHP, febrero de 2016

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