La guerra de Troya (V.O. La guerra di Troia)
Italia, 1961
Director: Giorgio Ferroni
Género: Peplum
Guión: Giorgio Ferroni, Ugo Liberatore
Intérpretes: steve Reeves (Eneas), Juliette Mayniel (Creusa), John Drew Barrymore (Ulises)
Música: Mario Ammonini, Giovanni Fusco
Argumento
Ya dura varios años el asedio a la ciudad de Troya por parte de los griegos. El conflicto estalló tras el rapto por parte de Paris, hijo del rey Príamo de Troya, de la bella Helena, esposa del rey espartano Menelao. En honor a la verdad, más que de un rapto se trató de una fuga, pues la joven se marchó con el príncipe troyano por voluntad propia. Una alianza entre los pueblos de la Hélade, dirigida por valerosos guerreros como Aquiles, Ulises o el propio Menelao; se formó para atacar Troya y devolver a Helena a su legítimo marido.
Héctor, uno de los máximos comandantes troyanos, es también hijo del rey Príamo y por tanto hermano de Paris. Tras matar en combate a Patroclo, gran amigo de Aquiles; Héctor es muerto por Aquiles. El desolado Príamo desea recuperar el cadáver de su vástago para poder sepultarlo con todos los honores, y parte personalmente hacia el campamento griego para negociar con Aquiles al respecto. Le acompaña su yerno Eneas, esposo de su hija Creusa y cuñado del caído (así como de Paris). Inicialmente reticente, Aquiles accede a entregarle al viejo rey el cuerpo de su hijo. Pero el caudillo aqueo pretende conservar la armadura que le arrebató a su contrincante a modo de trofeo. Para recuperar también ésta y devolvérsela a la viuda de Héctor, Eneas se ofrece a competir en una pelea contra el más fornido de los luchadores griegos, el coloso Áyax. Tras vencerlo, Aquiles le dice a Eneas que por fin sabe que en Troya tiene un enemigo digno de él.
El noble Eneas desea que finalmente llegue la paz entre griegos y troyanos, tras una larga guerra que no lleva a ninguna parte. Eneas está sumamente disgustado ante la actitud del arrogante Paris (ahora máximo comandante troyano, sólo por debajo de su padre el rey) y la pérfida e intrigante Helena; y considera que con su adulterio ellos son los responsables de la sangre vertida en esa estúpida contienda. Pero aunque su convicción personal le empuje a buscar una negociación para el fin de la guerra, Eneas debe obedecer a su suegro Príamo; y éste (influenciado por Paris) ordena que continúen los preparativos militares. En realidad, Príamo no hace más que defender su amurallada ciudad, pues los atacantes son los griegos, quienes sin éxito tratan desde hace años de entrar.
Poco a poco se van acabando los recursos y los soldados. A Eneas se le encarga la misión de partir en busca de refuerzos. Pero para que Eneas pueda traer más guerreros desde la Frigia, los troyanos necesitan ganar tiempo. Es por ello que solicitan una tregua a los griegos. Paris en persona acude a visitar a los aqueos y se entrevista con Aquiles, Ulises y Menelao. Está dispuesto a entregarles cuatro carros repletos de oro para que acepten la tregua. El gran estratega Ulises propone que además los troyanos les entreguen grandes cantidades de madera, así como diez rehenes, que serán retenidos por los griegos como garantía de que la tregua no será traicioneramente rota. “Al menos uno de los rehenes deberá ser de tu familia directa” dice Ulises. Paris acepta el trato. Cuando se retira, Aquiles y Menelao preguntan a Ulises para qué quiere tanta madera. El astuto rey de Ítaca, futuro protagonista de la Odisea, tiene un plan…
Cuando la tregua ha sido acordada, Eneas parte rumbo a Frigia para buscar refuerzos. Ignora que su esposa Creusa está embarazada. Paris, aconsejado por Helena, decide que su hermana Creusa sea uno de los rehenes que se entregarán a los griegos. Mientras tanto, Ulises va instruyendo a sus hombres para que con la madera vayan construyendo un gigantesco caballo (hueco por dentro). Los troyanos que contemplan ésto desde sus murallas, imaginan que se trata de una ofrenda a los dioses.
Eneas retorna antes de lo esperado, trayendo consigo un enorme destacamento de soldados dárdanos. Alarmados, los griegos deciden que hay que frenar a Eneas antes de que logre entrar en Troya. Aquiles, sin embargo, se opone a atacar a Eneas, pues ello supondría romper la tregua. Aquiles no quiere cometer el deshonor de traicionar un pacto, pero Ulises es más pragmático… Se produce una monumental batalla a las puertas de Troya entre Eneas y sus dárdanos y los guerreros aqueos. A éstos últimos se suman los mirmidones de Aquiles.
Finalmente llega el momento de la lucha cuerpo a cuerpo entre Eneas y Aquiles. Mientras ambos pelean, una flecha lanzada por Paris se clava en el talón del rey griego. Ese era el único punto débil de Aquiles (un semidivino hijo de un mortal y una diosa), y así muere el héroe heleno. Paris se jacta de haber acabado con el máximo comandante enemigo, pero en realidad el mayor mérito es de Eneas. Éste se entera de que su esposa Creusa ha sido entregada como rehén y consigue liberarla. Pero Paris contempla a su cuñado como un estorbo y un potencial rival, y toma la decisión de someterlo a una especie de tribunal militar con la excusa de no haber obedecido sus órdenes.
Al mismo tiempo, se va cristalizando el plan trazado por Ulises: Los mejores soldados griegos se esconderán dentro del caballo hueco de madera. Ulises y los demás fingirán una retirada, marchándose a sus barcos en la costa. Cuando los troyanos ven que los griegos ya no están y que sólo han dejado el caballo donde antes estaba su campamento, piensan exultantes de gozo que sus enemigos se han rendido, que el asedio ha terminado, y que al fin han ganado la guerra. Paris da la orden de entrar el gigantesco caballo dentro de la ciudad, a modo de trofeo. Pero Casandra, la adivina, ha profetizado que ello les acarreará una inmensa desgracia…
Comentario
Aunque la película “La Furia de Aquiles” (Marino Girolami, 1962) es de un año más tarde, ésta “La Guerra de Troya” puede considerarse como su continuación, en lo que a la historia lineal del conflicto greco-troyano respecta. “La Furia de Aquiles”, con Gordon Mitchell en el papel principal, termina cuando el rey de los aqueos mata a Héctor; y el film que hoy nos ocupa empieza precisamente tras ese suceso.
Si el largometraje de Girolami está visto desde la perspectiva de los griegos, “La Guerra di Troia” tiene como protagonista al troyano Eneas, interpretado por Steve Reeves (“Hércules”, Pietro Francisci, 1958). Eneas, con su carácter pacifista, se opone a una guerra inútil y se indigna con su cuñado Paris y la adúltera Helena. Pero por su honor de troyano, combate valientemente contra los invasores griegos, si bien lo que en realidad preferiría sería vivir tranquilamente con su esposa Creusa y el hijo común que ambos esperan.
Si tras la guerra de Troya Ulises se embarcó para retornar a sus tierras junto a Penélope y vivió las aventuras narradas por Homero en “La Odisea”, Eneas también se hizo a la mar rumbo a occidente, llegando hasta costas itálicas (lo que está descrito en “La Eneida”). Él sería así el mítico antepasado de Rómulo y Remo, los legendarios fundadores de Roma. Ese mismo año de 1961, Steve Reeves daría vida a Rómulo en la épica “Romolo e Remo” de Sergio Corbucci. Ese Rómulo tiene en la película un carácter idéntico (amante de la paz y la tranquilidad) al de su antepasado Eneas en éste film; Steve Reeves interpretó en 1961 prácticamente el mismo papel en ambas películas: el del primer rey de Roma y el de su antepasado troyano.
FHP, 2015
[…] director Giorgio Ferroni es también el realizador, entre otros títulos, de la épica peplum “La guerra di Troia” (1961), con Steve Reeves en el papel […]
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[…] brujería. En ocasiones se narran hechos históricos, aderezados con toques de leyenda – como la guerra de Troya o la fundación de […]
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