Introducción a la saga de miniseries «La Piovra» 1984-2001

Introducción a la saga de miniseries „LA PIOVRA“ (1984-2001)

 Nota: El siguiente artículo incluye una descripción a grosso modo de la trama de la serie pero sin realizar spoilers. La lectura es por tanto también apta para aquellos que no hayan visto los episodios y estén interesados en hacerlo. Próximamente se irán publicando de manera regular los análisis pormenorizados de cada capítulo y de todas las entregas, que sí estarán repletos de “spoilers”.

 Trasfondo y datos previos

Entre 1984 y 2001 fue emitida a través de la cadena RAI de la televisión italiana una saga de mini-series llamada “La Piovra” (“El Pulpo”). Los observadores más simplistas y superficiales calificarían la temática de éstos telefilms como “de mafia”, pero lo cierto es que el contenido va mucho más allá del simple thriller gangsteril, transcendiendo la dicotomía de “policías contra bandidos” … Eso ya está implícito en el simbólico título de la saga; pues “la Mafia” es tan solo uno de los muchos tentáculos de ese gran “Pulpo” monstruoso, el Poder Oculto, ese engranaje corruptor enquistado en el mundo de la política y las altas finanzas. El crimen organizado (o la Mafia en el caso específico italiano), es tan solo una de las caras más visibles y mediáticas de un mecanismo global de dimensiones mucho más amplias y siniestras.

La estructura de la cadena de miniseries es poco habitual: “La Piovra” cuenta con diez entregas, de entre cinco y siete capítulos cada una, siendo cada entrega una miniserie en sí misma. En cada sesión se cuenta una historia distinta, pero que sin embargo está hilvanada con acontecimientos que tienen que ver con lo sucedido en entregas anteriores, y en la que intervienen personajes que ya habían aparecido previamente. De un modo u otro, los hechos ocurridos y sus protagonistas siempre están enlazados a lo largo de la cadena de diez entregas (de 1984 a 2001). Excepto en las dos primeras sesiones, cada capítulo tiene la duración de un largometraje.

Sinopsis general

Todo empieza cuando el comisario Corrado Cattani se traslada a una pequeña ciudad siciliana con la misión de investigar el asesinato de su predecesor. Una vez allí va descubriendo poco a poco que el homicidio no forma parte de una habitual venganza mafiosa, que no se trata de un rutinario ajuste de cuentas; sino que tras el crimen se esconden aspectos sumamente inquietantes de una trama mucho más enrevesada, en la que están implicados numerosos ciudadanos “respetables” de esa localidad: El banquero Ravanusa, el abogado Terrasini, la condesa Olga Camastra…

Cattani no se conforma con archivar el caso y está dispuesto a ir hasta el fondo. Ello le acarreará numerosas complicaciones, que repercutirán en su vida profesional y en su propia familia (esposa Else e hija Paola).

En “La Piovra 2” (1985) se tematiza el rol de los servicios de inteligencia y las logias masónicas (los guionistas se inspiraron con seguridad en la P-2 de Licio Gelli). Cattani ha descubierto que el abogado Terrasini y otros criminales están involucrados en el tráfico internacional de armas, y que una misteriosa sociedad secreta les presta cobertura. Además, el comisario constata que su propio jefe dentro de la policía, su mentor Sebastiano Cannito, es un miembro de la logia.

Dos años más tarde se rodaría „La Piovra 3“ (1987). Terrasini y los demás son condenados a prisión, si bien a penas irrisorias. Cuando está a punto de realizar impactantes revelaciones a Cattani, uno de los jefes de la logia encarcelados muere en su celda en “extrañas circunstancias”. Había tomado un café envenenado (idéntico fin que en la vida real tuvo el banquero Michele Sindona, implicado en el escándalo de la Banca Ambrosiana en los años ochenta. A su compinche Roberto Calvi, por cierto, lo “suicidaron” en Londres colgándolo de un puente). Una niña autista, hija del banquero Antinari, es secuestrada por órdenes de ciertos socios de su padre, que intentan presionarlo. Cattani rescata a la pequeña Greta y se va enamorando de Giulia, la hermana mayor de ésta. Terrasini sale de prisión tras cumplir una pena ridícula y vuelve rápidamente a las andadas.

En “La Piovra 3” aparece por primera vez uno de los personajes más interesantes de toda la saga: El misterioso Gaetano “Tano” Cariddi, una especie de guardaespaldas y mayordomo del viejo Nicola Antinari, patriarca de la familia de banqueros. Tano tendrá un rol fundamental a partir de la cuarta entrega.

Tano, siempre serio, hierático y parco de palabras, actúa guiado por una obsesión fija: El ansia de poder. En “La Piovra 4” de 1989 (a mi juicio la cúspide de toda la saga) Tano Cariddi ha logrado hacerse con el control de la Banca Antinari. Sin embargo, todavía no está satisfecho: Quiere adquirir también mediante turbias maniobras especulativas un inmenso imperio financiero. Pero el magnate Filippo Rasi, dueño de una de las mayores empresas que forman parte de dicho consorcio, le obstaculiza en sus propósitos.

Aquí entra en juego otro personaje esencial de la saga: el mefistofélico Antonio Espinosa, individuo siniestro y sumamente poderoso, que está en posesión de un colosal archivo con informaciones confidenciales sobre políticos, magistrados y otros destacados miembros de la vida pública. Con ese banco de datos, Espinosa es capaz de chantajear o corromper a quien sea con el objetivo de imponer sus oscuros intereses. De ese modo, Espinosa y Tano se alían para apartar a Rasi de la junta directiva de su empresa. Además, Tano se casa en un matrimonio de conveniencia con la bella Esther, hija de Rasi, contra la voluntad de la chica y de su padre. Inicialmente, Tano no está interesado en la muchacha, y sólo desea, a través de su entrada en la familia, conseguir acceso a los secretos de la empresa. Esther, por su parte, está enamorada de un adversario de Tano: El comisario Cattani.

 

Y éste a su vez ha iniciado una relación con la juez Silvia Conti, quien también tendrá un papel vital en las sucesivas entregas. Cattani, mientras tanto, protege a Salvatore Frolo, un testigo amenazado por la Mafia, y trata de aclarar lo sucedido en el pasado a la hija de éste.

 

Esther emplea la estrategia de simular amor por Tano y ganarse su confianza para así destruirlo (emulando de ese modo a su veterotestamentaria tocaya). Tano cae en la trampa y termina enamorándose de la atractiva y dulce joven.

Al mismo tiempo la Mafia siciliana tiene un papel secundario pero relevante: Tano se ha aliado a un viejo jefe de la Cosa Nostra prófugo conocido como “Il Puparo” (“El Titiritero”), que es quien intenta a toda costa liquidar a Frolo. Para ello, “Il Puparo” emplea a su hermano pequeño Salvo y al temible sicario Santuzzo.

Espinosa, además de traficar con datos confidenciales, está tratando de llevar a cabo un plan demoníaco: Quiere adquirir el control de una isla cercana a las costas de Sicilia para convertirla en un basurero radioactivo. Pues Espinosa está asociado a innombrables exponentes de gobiernos que buscan desembarazarse de residuos nucleares de la forma más barata y sin el menor escrúpulo de provocar contaminación radioactiva.

Pero “Il Puparo”, el jefe de la Mafia que tiene el control sobre esa isla, se opone a las aviesas intenciones de Espinosa.

En “La Piovra 5” (1990) y “La Piovra 6” (1992), el ex-agente Davide Licata se convierte en co-protagonista junto a la juez Silvia Conti. Licata había escapado de Italia después de que un comando de asesinos masacrara a sus compañeros policías años atrás, intentando matarle también a él y a su familia. Licata regresa a Sicilia y recibe la arriesgada misión de infiltrarse como escolta en la mansión del barón Linori, considerado el principal pionero del tráfico de heroína en Italia. Davide sospecha que Linori es uno de los instigadores del atentado que le obligó a abandonar el país. Tano, que había sido recluído en un manicomio criminal, consigue escapar gracias a la ayuda del barón Linori, que quiere emplear sus servicios.

Entra en escena Maria, la hermana pequeña de Tano, que padece un cierto retraso mental (teniendo alrededor de 25 años se comporta como una niña de 10). En su relación con la vulnerable Maria, a la que siempre trata de proteger y quien se convierte en su “talón de Aquiles”, veremos el lado humano de la compleja personalidad de Tano (quien va evolucionando a los ojos del espectador, desde su primera aparición en “La Piovra 3”, donde tiene todas las características de un gélido y vampírico monstruo).

También Espinosa continúa con sus fechorías, y vuelve a aliarse con Tano Cariddi, si bien siempre serán muy frágiles los pactos entre ambos. Si Tano es astuto como una serpiente, Espinosa es maligno como el mismísimo Diablo.

En “La Piovra 6” (1992) Tano ha huído a Senegal, y Davide es encargado por los servicios secretos de arrestarlo y traerlo de vuelta a Italia.

Éstas dos entregas intermedias, la 5 y la 6, están parcialmente ambientadas fuera de Italia. La acción se traslada también a EEUU, Alemania, Luxemburgo, Checoslovaquia (Praga), Senegal y Turquía.

 

En “La Piovra 7” (1995), Silvia Conti regresa a Sicilia, al mismo pueblo al que Cattani se trasladó en 1984, para investigar un crimen acontecido en la cuarta entrega de la saga. Reaparece la condesa Olga Camastra, ahora una de las personas más ricas e influyentes de la comarca. Silvia y el comisario Breda tratan de esclarecer el reciente asesinato de un preso asociado a la Mafia. Sin embargo, en la ciudad impera la “omertà”, la ley del silencio. Sólo un aficionado a locutor radiofónico, el joven Daniele, parece querer desafiarla. Daniele es, por cierto, el hijastro rebelde de la condesa Camastra. La bella Sara, hija del preso asesinado, busca tomarse la justicia por su mano. Ello en teoría no debería ser demasiado difícil, visto que ha entrado a formar parte del servicio en la mansión del importante mafioso Nuzzo Marciano, al que considera el asesino de su padre.

Entretanto, Saverio Bronta, exiliado italiano en Rusia, emprende su retorno a Sicilia. Poco a poco vamos aprendiendo más sobre su pasado. También él (al igual que Davide) huyó del país porque trataban de asesinarle. Saverio ha descubierto que la condesa Camastra está participando activamente en operaciones de blanqueo de dinero a través de los nuevos bancos rusos (surgidos como hongos tras las masivas privatizaciones post-soviéticas). Y también que la Camastra pertenece a una tenebrosa logia masónica con sede aparente en Bulgaria (organización que usa como uno de sus emblemas un mochuelo de clara inspiración Illuminati), y comandada entre otros por el influyente ex-político italiano Ottavio Ramonte, en su día protector de Saverio.

“La Piovra 8” (1997) y “La Piovra 9” (1998) narran lo acontecido en Sicilia en los años ´50 y ´60 a modo de precuelas de lo que sucede en las entregas anteriores. No veremos aquí a la juez Silvia Conti, pero sí a un adolescente Tano Cariddi, cuando todavía era un pobre pastor analfabeto.

De “La Piovra 10” (2001), el gran final de la saga, sólo revelaré que el volcán siciliano Etna tiene un papel de gran relevancia…

Personajes y actores

El comisario Corrado Cattani, protagonista de las primeras cuatro partes, está interpretado por Michele Placido, gran actor al que conocemos por haberlo visto en “Pizza Connection” (Damiano Damiani, 1984) y también por ser el director de “Romanzo Criminale” (2005).

La francesa Patricia Millardet da vida a la audaz juez Silvia Conti, a partir de “La Piovra 4” (1989), y exceptuando el paréntesis de las partes octava y novena de la saga (precuelas ambientadas en los años cincuenta y sesenta).

Remo Girone realiza el que con seguridad es el papel más brillante de toda su carrera, interpretando al sumamente complejo personaje de Tano Cariddi, lleno de matices y perseguido por trágicos avatares.

Bruno Cremer, actor francés, se pone en la piel del tétrico conspirador Espinosa (de la cuarta a la sexta parte). Una de las pasiones de Espinosa (quien se autodefine como «coleccionista de almas») son los relojes de todo tipo. Aquí encontramos otro importante elemento simbólico, pues se deja intuir que lo que realmente fascina a Espinosa de los relojes son sus mecanismos internos, sus complejos engranajes (análogos a los de las estructuras de poder, y al mecanicismo implacable del mundo moderno). Además, los relojes representan al Tiempo, esa gran ilusión que todo lo fagocita. Hacia el final de “La Piovra 4” (1989) Espinosa tiene un revelador diálogo con el comisario Cattani que retrata magistralmente el funcionamiento del poder oculto…

Espinosa: “Para la democracia, la corrupción es el lubricante indispensable que contribuye a su funcionamiento…” Cattani le explica que su plan ha sido desbaratado “Usted ha perdido, Espinosa” “No, no he perdido… Éste solo es el primer cargamento, uno de muchos… Además: aquellos que mandan y deciden de verdad están de mi parte (…) Ahora sabe demasiado, no le permitiremos dar un paso más.” “¿Va a hacer que me maten?” “No… No ahora. No aquí. No yo. Será la fuerza de las cosas…” (Video)

La bellísima Simona Cavallari es Esther Rasi, hija del acaudalado industrial con la que se casa Tano por interés en “La Piovra 4” (1989). Simona Cavallari, que en su rol de Esther está enamorada del comisario Cattani (Michele Placido) ya había trabajado con Placido anteriormente, en la ya mencionada “Pizza Connection”. Allí Simona es la desventurada adolescente Cecilia Smedile, obligada a prostituirse por su propia madre.

Mario Adorf, italo-germano al que conocemos sobre todo por su participación en “Milano Calibro 9” (Fernando Di Leo, 1972) es el testigo protegido Salvatore Frolo en “La Piovra 4” (1989).

Vittorio Mezzogiorno coprotagoniza la saga junto a Patricia Millardet en las partes quinta y sexta (1990 y 1992). Mezzogiorno, quien fallecería improvisamente en 1994 a los 53 años de edad, interpreta al agente secreto Davide Licata, quien entre otras cosas debe infiltrarse en la familia del criminal barón Linori en Sicilia y capturar a Tano en Senegal.

Ray Lovelock, actor anglo-italiano muy popular que ha participado en “No profanar el sueño de los muertos” (Jorge Grau, 1974) entre otras innumerables películas de terror, gialli y polizzieschi italianos de los años setenta, tiene un papel secundario como el amigo policía de Davide que convence a éste de regresar a Sicilia en “La Piovra 5” (1990).

También sumamente conocida para los amantes del terror italiano setentero y los gialli es la brasileña Florinda Bolkan, colaboradora habitual de Lucio Fulci entre otros muchos, que en la saga de “La Piovra” es la viperina condesa Olga Camastra (partes 1, 2 y 7).

La española Ana Torrent (famosa por “Tesis” de Alejandro Amenábar, 1996) interpreta a Maria, la inocente hermana pequeña de Tano Cariddi. Otro famoso español participa también en “La Piovra”: Francisco Rabal es un abad que ayuda al comisario Cattani en la cuarta parte.

 

En “La Piovra 7” (1995) intervienen Raoul Bova como el comisario Breda y la hermosa Romina Mondello, como la hija del mafioso asesinado que había decidido colaborar con la justicia. Ambos participan en una película de temática similar y ya reseñada aquí, “Palermo-Milano solo andata” de Claudio Fragasso, rodada ese mismo año de 1995.

Raoul Bova vuelve a aparecer en las partes octava y novena (las precuelas), pero en un rol diferente, interpretando a otro investigador policial, el capitán Carlo Arcuti.

También en ambas precuelas vuelve a salir el gran actor siciliano Tony Sperandeo (quien además tiene un rol secundario en “Palermo-Milano solo andata”). Sperandeo ya apareció en “La Piovra 6” (1995) en un rol distinto. En la sexta parte interpreta al sicario Santino Rocchi, quien por encargo de la Mafia secuestra a una niña para presionar a su madre, que está en posesión de un importante secreto. En las precuelas (rodadas en 1997 y 1998), Sperandeo da vida a un personaje casi tan interesante como el propio Tano: el mafioso Turi Mondello, un ambicioso uomo d´onore de la vieja escuela. Además, Sperandeo puede verse también en la segunda parte de La Piovra (1985), como uno de los escoltas del abogado Terrasini (a su vez interpretado por François Périer).

Dirección y banda sonora

La dirección de “La Piovra” corre a cargo de varios directores: La primera parte fue realizada por el célebre Damiano Damiani (director de las excelentes “Pizza Connection” y “Io ho paura”). Para la segunda fue contratado Florestano Vancini. Quien más capítulos rodó (más de 30 en total) fue Luigi Perelli (director de las temporadas 3, 4, 5, 6, 7 y 10). Las precuelas (entregas 8 y 9) fueron filmadas por Giacomo Battiato.

 

Digna de mención es la soberbia banda sonora, compuesta en su mayor parte por el maestro Ennio Morricone. El gran Morricone compuso la música de “La Piovra” exceptuando la primera parte – donde se encargó de ello otro conocido compositor fílmico: Riz Ortolani (célebre es su banda sonora de “Cannibal Holocaust”, Ruggero Deodato, 1980). En las precuelas (8 y 9) la música fue compuesta por Paolo Buonvino.

Comentario

Llega el momento de reivindicar ésta excelente serie italiana, lamentablemente tan poco conocida en el mundo de habla hispana pero muy popular en su país de origen así como en Francia («La Mafia»), Alemania («Allein gegen die Mafia»), Rumanía («Caracatița«) o Rusia («Спрут»).

“La Piovra” es mucho más que un telefilm “sobre la Mafia”; es una compleja trama de intrigas que reflejan muy acertadamente la implicación de organismos estatales, para-estatales e internacionales en los turbios negocios del crimen organizado en sus distintos niveles. “La Piovra”, además de una gran serie de entretenimiento con una enorme calidad artística es también un retrato del Poder Oculto. Eso es precisamente lo que se echa de menos en la colombiana „El Patrón del Mal“, serie sobre Pablo Escobar que es muy recomendable pero que evita mencionar a los auténticos promotores y cerebros del multimillonario negocio del narcotráfico.

Si «El Patrón del Mal» puede ser considerado como una especie de „Scarface /El precio del poder“ en forma de serie, „La Piovra“ equivale a “El Padrino” en formato televisivo.

Además de los elementos característicos del suspense y el thriller político, “La Piovra” posee una dimensión trágica muy profunda, patente en varios de sus principales personajes: Sobre todo el comisario Cattani (quien pese a sus constantes buenas intenciones y sed de justicia porta consigo inevitablemente la muerte, diríase que es todo un “gafe”) y el atormentado Tano Cariddi, ebrio y sediento de poder; esa droga que, en sus palabras, “es a la vez la enfermedad y la cura”…

FHP, 2015

 

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